domingo, 26 de octubre de 2008

Pura crema






Son la apuesta segura de lacosmética facial
para mantenerla piel flexible y luminosa.
Tomenota y déle a su rostro el cuidado
que solicita según su necesidad

La piel está formada por varias capas, y es en la epidermis —nivel superior— donde se encuentran los lípidos encargados de resguardar e impedir que el agua se evapore. Cuando desciende
el nivel de humedad por agresiones ambientales, falta de cuidados, alimentación desequilibrada, estrés, beber alcohol, fumar, padecer de estados críticos de fiebre, o no ingerir suficientes líquidos, los efectos se manifiestan sin dar el menor aviso. Sensación de tirantez, descamación, aspereza, enrojecimiento, picor. El cutis pierde brillo, el maquillaje no se siente confortable y, lo que es peor, los signos de envejecimiento amenazan antes de tiempo con la aparición de finas líneas. Con la madurez, la producción de las glándulas sebáceas decrece lo que también provoca resequedad y arrugas más profundas.

La deshidratación es, pues, un estado transitorio que padece la piel en cualquier momento de su vida. Afecta por igual a todos los tipos: normal-seca-grasa-mixta-sensible, desde las más jóvenes hasta las maduras, incluyendo las masculinas.
Para contraatacar la sequía cutánea, se requiere hidratar la piel a diario, tanto en
la mañana como en la noche. Las cremas hidratantes son las aliadas para lograrlo. Además de agua, aportan vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos e
incluso tienen protector solar. El objetivo no es otro sino el de mantener el nivel
ideal de humedad, aparte de conservar la flexibilidad, juventud y el resplandor de todas las pieles.

Elíxir de juventud

Con la llegada de la madurez, la regeneración celular se ralentiza; es decir, va perdiendo velocidad, y poco a poco va reduciendo su capacidad de renovarse por sí misma. Igualmente hay una disminución de estrógenos, lo que denota una piel más fina, se incrementa la sequedad y hay pérdida de elasticidad, flacidez y luminosidad. Aparecen las llamadas manchas de la edad por el comportamiento irregular de la melanina. También se afecta la capacidad de la piel para protegerse de los rayos solares. En las edades maduras, las arrugas ya no son señas típicas del contorno de ojos, sino que, además, marcan buena parte del rostro: la frente, el entrecejo, los surcos nasogenianos (alrededor de la boca), el cuello y el escote. Este proceso, que
es totalmente normal e imposible de frenar, no actúa solo. El fotoenvejecimiento o envejecimiento prematuro se acelera por el efecto nocivo de los rayos solares y el ataque de los radicales libres, moléculas inestables que producen un efecto degenerativo, oxidando las células desde el interior.
La cosmética antiedad es la opción para combatir estos signos de la vejez e, incluso, ayuda —en parte— a revertirlos. Cremas cuyas fórmulas contienen ingredientes
mucho más efectivos y sustancias más activas, que actúan en una sola dirección: reparar, regenerar y revitalizar la piel. Antioxidantes como las vitaminas A, C y D, y otras sustancias como el resveretrol que neutralizan el daño de los radicales libres y ayudan a reducir la apariencia de manchas de la edad. Los activos reafirmantes, de
su lado, aportan efecto lifting; fortalecen y tensan la piel para modelar el contorno. Igualmente, el ácido hialurónico y los péptidos facilitan la producción natural de colágeno en la piel y ayudan a rellenar, desde el exterior, las arrugas profundas para obtener un efecto liso inmediato. Todo este arsenal es, pues, la garantía de lucir un rostro joven

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