viernes, 24 de octubre de 2008

Mitos y realidades del BOTOX



"Todo tratamiento que se inyecte, requiere de aplicación médica" afirma la Dra. Klara Senior, médico estético. "Para la aplicación de la toxina botulínica, por ejemplo, se necesita tener experiencia y responsabilidad, debe ser un profesional que sepa hacerlo, esté propiamente capacitado para esto y conozca la anatomía facial. Puede ser un cirujano plástico, un dermatólogo o un medico estético", recalca Senior, quien señala que el BOTOX® no se puede aplicar en cualquier zona del rostro. "Este tratamiento está aprobado solo para las arrugas que se producen a consecuencia de la expresión facial (patas de gallo, horizontales de la frente y aquellas que aparecen en el entrecejo)".

La popularidad y la rentabilidad de los tratamientos estéticos ha propiciado su aplicación por parte de personas que no son médicos, o que aun, siendo médicos no tienen la certificación y experiencia adecuada y es por ello que se han escuchado casos de resultados negativos (como ptosis palpebral o caída temporal del párpado, asimetrías faciales, entre otros); algunos de ellos debido a la obtención de manera ilegal de sustancias no aprobadas y aplicadas a sus pacientes bajo condiciones que no cumplen con las normas sanitarias necesarias. Recientemente el mercado se ha visto invadido de sustancias que prometen beneficios instantáneos o que asemejan tener los mismos resultados que otras sustancias con muchos años de experiencia, calidad y seguridad, como es el caso del BOTOX®, que es la única toxina botulínica aprobada por la FDA de Estados Unidos, para el uso médico y cosmético. En cuyo caso se han reportado casos de reacciones adversas severas similares al padecimiento del botulismo, e incluso, se ha habladode casos de muertes por el uso inescrupuloso de fármacos no aprobados y de dosis excesivas que en ocasiones triplican las dosis normalmente recomendadas. Siendo necesario recalcar que la FDA aprobó en el año 2002 el BOTOX® cosmético solo para el tratamiento de las arrugas del 1/3 superior del rostro.

La especialista explica que existen muchos mitos y realidades entorno a la toxina botulínica, conocida como BOTOX®:

1.Para observar resultados efectivos no es necesario colocarse dosis excesivas. Todo lo contrario, esto puede generar un rostro tieso sin expresión y pérdida de la naturalidad. Cada rostro tienen su propia expresión natural y no debemos cambiarla, por lo que la dosis y los sitios de aplicación varían de acuerdo al caso de cada paciente con la finalidad de respetar los gestos que van con "la personalidad de cada paciente particular"
2.No es la fuente de la eterna juventud. El BOTOX® es un tratamiento que suaviza los signos visibles del envejecimiento, no que detiene el proceso biológico del mismo.
3.No es veneno de serpiente. El BOTOX® es un medicamento que se extrae de una bacteria llamada clostridium botulinum, y su principio activo es conocido como "toxina botulínica tipo A"
4.No elimina la flacidez. Es un tratamiento sólo para las arrugas de expresión (entrecejo, patas de gallo y arrugas horizontales de la frente), idealmente en pacientes menores de 65 años. En personas mayores de 65 anos, que tienen mucha flacidez en el rostro este tratamiento no esta indicado como terapia única, siempre debe ser combinado con terapias contra la flacidez como radiofrecuencia y/o láser y su colocación amerita de una técnica especial.
5.No hace que las arrugas se vuelvan más pronunciadas una vez que desaparezca el efecto. Si bien el efecto de BOTOX® es pasajero (duración promedio 4 a 6 meses), una vez que éste desaparece, las expresiones y las líneas del rostro aparecen gradualmente sin afectar su aspecto previo al tratamiento. Ni los músculos de la expresión facial ni la piel sufren daños, ni cambios no deseados permanentes, la decisión de repetir o no el tratamiento es enteramente opcional y voluntaria.
6.No dura para siempre. De acuerdo a la especialista, dura alrededor de 4 a 6 meses. Pero ojo que estamos hablando de la primera inyección. Con las aplicaciones subsiguientes el efecto irá durando cada vez más tiempo. Incluso, según asegura la especialista, hay personas que no tienen que volver a inyectarse hasta por un año o más.

Asimismo es importante seguir ciertas recomendaciones: exigir antes de aplicárselo la ampolla, de manera de verificar si es BOTOX® realmente; antes de aplicárselo es necesario preparar la piel con tratamientos que estimulen el colágeno como la radiofrecuencia, la microdermoabrasión, entre otros; combinar el BOTOX® con otras técnicas, así se puede conseguir un tratamiento integral que logre cubrir las necesidades; no excederse en las reaplicaciones y no hacerlas antes de los 4 meses. También es muy importante cuidarse después de aplicarse el tratamiento: no agachar la cabeza, no meterse en un sauna, no tomar analgésicos con ibuprofeno, no acostarse horizontal antes de las 6 horas, no hacer ejercicios y no masajear la zona tratada.


Los tratamientos inyectables son procedimientos médicos cuya aplicación requiere de un entrenamiento apropiado para su eficacia y seguridad, de lo contrario pueden traer consecuencias muy graves para la salud del paciente, e incluso la muerte.

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