viernes, 24 de octubre de 2008

DMAE: 2da causa de pérdida de visión en Hemisferio Occidental





La pérdida de visión central, causada por la DMAE impide a los ancianos la realización de actividades cotidianas que ameriten agudeza visual, tales como leer, coser, tejer, ver televisión, entre otras.


El sentido de la vista no está exento de presentar los problemas degenerativos que suelen ocurrir a edades avanzadas. La degeneración macular asociada a la edad -DMAE- se presenta con frecuencia en personas mayores de 60 años y es la segunda causa de pérdida de la visión en ancianos del hemisferio occidental.

Gema Ramírez, oftalmóloga galardonada con el premio J. M. Espino 2008, explicó que la DMAE se origina en la mácula -un área de la retina que mide aproximadamente tres milímetros- y puede presentarse de dos maneras: seca, que causa un deterioro lento y progresivo; o húmeda, cuando se produce por la exudación de sangre proveniente de vasos capilares enfermos ubicados en el ojo, lo que produce una pérdida acelerada de la agudeza visual.

"El cuerpo humano produce una sustancia denominada factor de crecimiento endotelial, cuando la concentración de este elemento es excesiva ocurre un crecimiento descontrolado de vasos sanguíneos patológicos -que exudan sangre-. La acumulación de líquidos produce un engrosamiento de la mácula, lo que causa visión borrosa, deficiencia en la percepción de los colores, dificultades para definir contornos, entre otras alteraciones", detalló la oftalmóloga.

Sin embargo, existen terapias efectivas que sirven para combatir esta patología, como el ranibizumab -único anticuerpo monoclonal aprobado para aplicarse en inyecciones intravítreas- el cual ha demostrado eficacia en el tratamiento de pacientes que padecen esta enfermedad.

Ramírez señaló que el ranibizumab es un anticuerpo monoclonal aprobado específicamente para el tratamiento de la DMAE húmeda, cuya acción inhibe el factor de crecimiento endotelial y logra una reducción de los vasos capilares enfermos, lo que permite, no solo detener el progreso de la enfermedad, sino mejorar la condición de base del paciente.

La acción de ranibizumab tiene básicamente dos efectos: disminuye la cantidad de líquido acumulada en la mácula y evita la formación de nuevos vasos sanguíneos anormales. El fármaco se administra en inyecciones intravítreas de dosificación mensual, tiene altos niveles de tolerabilidad y seguridad, aún así la terapia debe ser aplicada por un retinólogo.

Por su parte, la oftalmóloga María Eugenia Centeno, miembro del Centro de Cirugía Oftalmológica -CECOF- destacó que la pérdida de visión central, causada por la DMAE impide la realización de actividades cotidianas que ameriten agudeza visual, tales como leer, coser, tejer, ver televisión, entre otras. La especialista acotó que las personas con antecedentes familiares de degeneración macular son más propensas a presentar la enfermedad en la adultez.

"Las personas que consumen una dieta rica en antioxidantes tienen menos riesgo de presentar degeneración macular asociada a la edad.

Sin embargo, una vez que la enfermedad es diagnosticada hay que tomar acciones rápidas para prevenir la pérdida de visión. En este punto, mi experiencia con la administración de ranibizumab ha sido satisfactoria, por primera vez contamos con un fármaco que realmente mejora la condición del paciente, no sólo detiene el deterioro", concluyó Centeno.

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