viernes, 2 de enero de 2009

Un Poco de Paciencia

Hace unos dias fui a una oficina para recoger unos documentos que había mandado a hacer. Cuando llegué, la oficina era un caos. El espacio estaba completamente lleno de personas tratando de resolver sus pendientes legales. Unos, buscando la manera de saltarse la fila, otros perdidos en el medio de tantas personas tratando de definir cuál era la ventanilla o la fila correcta para poder resolver sus problemas. Estaban los malhumorados y los acelerados, los condescendientes y los que informaban a todos los que iban llegando... en fin, toda una aventura matizada con las diferentes personalidades de cada una de las personas que se encontraban en ese lugar. En ese momento recordé que la herramienta más importante de usar era: tener paciencia.

Al dejarnos llevar por la urgencia o por la expectativa, casi siempre reaccionamos con brusquedad y hasta con violencia, entorpeciendo aún más la solución de nuestra propia situación. El camino correcto en el medio de ese pequeño caos era tener la paciencia para averiguar con calma cuáles eran las reglas, de manera que, al seguirlas, pudiéramos facilitar el proceso, para así beneficiarnos todos.

Siempre habrá momentos donde las situaciones no se presenten como esperamos, podemos aprender a ser pacientes. Tener paciencia implica darnos el espacio y el tiempo con la calma suficiente para analizar una situación, de manera que podamos aceptarla o darle solución. ¿Cuántas veces es tu hijo pequeño el que te hace perder la paciencia con su comportamiento? Tenemos que aprender a respirar suave y profundamente antes de dejarnos llevar por la rabia, para no reaccionar agresivamente. La paciencia es una de las virtudes más necesarias de incorporar a nuestra vida cotidiana.

Ser paciente no significa aguantar todo lo que te hacen los demás, tampoco consiste en permitirles a otros que abusen de ti o irrespeten tus derechos. Por el contrario, ser paciente implica colocarte en el lugar de la otra persona para comprender un poco sus actitudes o su comportamiento, también implica manejar tus emociones para evitar el responder exageradamente a algunas situaciones o circunstancias de tu vida.

Ser pacientes nos da la oportunidad de servir como un elemento conciliador muchas veces, tomando en cuenta no sólo nuestras necesidades personales sino las de los demás. Ser pacientes nos da la posibilidad de mantener el equilibrio personal con más facilidad, recordando que todo pasa y que al mismo tiempo todo representa una oportunidad de aprender algo nuevo o de poner en práctica algo que ya sabemos. Además, si no puedes hacer que cambie una situación, más vale que la aceptes con paciencia para que no te afecte tan profundamente y así puedas obtener con calma e inteligencia el mejor beneficio.

La paciencia es una de las herramientas indispensables para disfrutar de una buena relación. Aceptar y respetar las diferencias personales nos permitirá ser más pacientes y tolerantes cuando los demás actúen o se comporten de una manera diferente a como esperábamos que lo hicieran. Cuando te dejas llevar por la impaciencia, la mayoría de las veces terminas teniendo una actitud intolerante y agresiva, hiriendo con tus palabras, comentarios y actitud hasta a las personas que más amas. Aprende a manejar el caballo desbocado de tus emociones negativas y conviértete en una persona más comprensiva, tolerante y paciente con quien otros puedan compartir.

Claves para recuperar la paciencia
Cuenta hasta 100 si fuese necesario
Es muy importante que mantengas la calma, para que puedas evitar tu reacción negativa. Tómate el tiempo necesario para serenar tus emociones y recuperar la claridad mental que te permita actuar de la mejor manera.

Colócate en el lugar del otro. Recuerda que no todas las personas podrán actuar o comportarse como tú lo harías. Por eso aceptar sus diferencias y fijar tu atención en sus cualidades te ayudara a mejorar tus relaciones de trabajo, de estudio y de amistad.

Analiza la situación y encuentra el lado positivo
Pensamientos como: podía haber sido peor, no todo el mundo piensa igual que yo, bueno todavía tiene solución, vamos a resolverlo con calma... son algunos de los que te ayudan a serenar tus emociones y a tener una visión más positiva.

Sé paciente con tus niños
Muchas veces esperas tanto de ellos que se te olvida considerar sus limitaciones y su corta edad. Actúa calmado y con amor, especialmente cuando cometan un error. Reconocer y aceptar sus limitaciones te permitirá ayudarlos eficazmente para que puedan superarlas y al mismo tiempo tu respeto y cariño los hará sentir queridos y seguros de poder superarlas

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