martes, 13 de enero de 2009

No todo es personal

Tengo una amiga que se ha convertido en una persona conflictiva a causa de su susceptibilidad. Constantemente está a la defensiva, criticando y juzgando a los demás por su comportamiento y actitud hacia ella. Para muchos de sus conocidos se ha vuelto tan difícil y delicada la relación, que han optado por alejarse de ella, aumentando su malestar y su reacción. Ella se siente abandonada y reafirma así su tesis de que nadie la quería y que sólo estaban con ella por interés o por lastima.
A veces no sabemos cómo actuar en una situación como ésta: ¿Les damos una explicación a nuestros amigos susceptibles para aclarar detalladamente cualquier malentendido o mas bien nos quedamos callados, sin dar explicaciones, dejando que se imaginen lo que quieran?

Detrás de cada persona susceptible muchas veces se esconde una persona insegura, con baja estima, que vive pendiente de la actitud, el comportamiento y hasta de los gestos que tengan las demás personas en especial los seres queridos, todo esto en busca de llenar la necesidad de saberse aprobado por ellos. ¿Cuántas veces has herido a una persona de éstas con un comentario inocente?

¡No puedes seguir viviendo de esta manera! Tienes que mantener una actitud diferente que te permita creer que nada te toca a ti personalmente a menos que tú lo permitas. Cuando estableces un límite amplio y firme entre tú como individuo y todas las personas y las situaciones que vives cada día, te es más fácil experimentarlas sin afectarte por lo que pase con ellas. Piensa que no tienen nada que ver contigo, que son negocios, trabajo, diferencias que se pueden reconciliar, que no te vieron, que no se dieron cuenta, que la persona tiene estrés o muchas preocupaciones en este momento y que por eso no te vio o no se fijo en ti, cualquiera de estas razones será suficiente para que no te enganches emocionalmente y no te dejes afectar como lo haces siempre. Evita ir más allá tratando de averiguar la verdadera razón por la que a veces pasan las cosas, porque es posible que lo que estés buscando sea reconfirmar la vieja tesis de que lo hicieron a propósito y fue dirigido hacia ti.

Aprende a vivir la vida suavemente, tomando lo mejor que te ofrezca cada experiencia y desechando todo lo negativo que puedas observar dentro de la misma situación. Elévate por encima de las programaciones negativas que están ahí todo el tiempo para mostrarte razones que reafirmen tus temores. Recuerda que puedes elegir sentirte bien contigo mismo, con lo que vives, con lo que tienes y con las personas que te acompañan a vivir.

No dependas de la aprobación de los demás. Depender de los demás significa que no tenemos confianza en nuestras capacidades, cualidades y valores.

Aprende a valorarte para que eleves tu autoestima. Lo primero que necesitas hacer es quererte un poco más para que puedas ganar independencia emocional. Eres un ser humano muy especial y cualquier persona se sentiría contenta y a gusto de compartir contigo. Cambia los pensamientos negativos que tienes acerca de ti mismo, respétate y confía en tu capacidad de asumir nuevos retos.

Vuélvete extrovertido. Anímate a expresar tus dudas, tus ideas o sentimientos en cualquier momento.

Encuentra las palabras y el momento adecuado para hacerlo pero... ¡Hazlo! No te quedes con todo eso que piensas y sientes guardado dentro de ti y sin aclararlo o expresarlo. Así podrás superar tus sentimientos de duda y fragilidad.

No dependas de los factores externos. Las personas que dependen de los factores externos para ser felices no llevan las riendas de su vida. Comprende que no vales más como persona por el valor de lo que tienes o por lo que consideran los demás, sino por lo que crees y sientes de ti mismo y de la vida que llevas.

Evita fijarte en lo que tienen o hacen los demás personas. Cada vez que mueves tu cabeza para fijarte en lo que tienen o hacen los demás, te confundes y te afectas. Concentra tu atención en lo que tienes y en lo que haces para conseguir lo que quieres, de esta manera podrás reconocer y disfrutar de tus logros aun cuando te parezcan pequeños.

Crea tu propio mundo. Rodéate de las cosas que te hacen sentir bien, deja de esperar tanto de las otras personas, concéntrate en aceptarte, valorarte y quererte mucho, de esta manera te sentirás más a gusto con quien eres y con la vida que tienes.

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