viernes, 30 de enero de 2009

Construyendo un remanso de paz

Hoy es tu mejor dia! Porque te levantaste una vez más y te encuentras vivo aquí y ahora… Tienes hoy la oportunidad de sembrar paz y armonía en un mundo que se mueve cada día más por la ambición, la competencia, la envidia, el deseo de poder, el materialismo y la superficialidad. Es hora de hacer un alto en el camino, para recuperar la calma, serenar nuestras emociones y dar claridad a nuestra mente; sólo así podremos convertirnos en el instrumento perfecto para expresar y proyectar un poco de armonía a nuestro alrededor. Cada mañana, al sonar el despertador, evita levantarte aceleradamente. Yo tengo una costumbre que practico hace muchos años y la quiero compartir contigo: al abrir los ojos toma conciencia de que estás vivo, estírate un poco, dale unos minutos a la mente y a tu cuerpo para que se sincronicen al nuevo día. Sonríe y reconoce por unos segundos las bendiciones del nuevo día. Busca una motivación especial que le dé un sentido diferente y positivo a tu día. ¡Hoy tu vida puede ser diferente!

Toma una larga ducha. Después de levantarte es recomendable que te des un ducha con agua tibia, lo más larga posible, para que puedas soltar todas las tensiones y el estrés acumulado en tu cuerpo. Mientras lo haces, imagina los diferentes momentos que enfrentarás a lo largo del día de forma positiva y exitosa

Levántate 30 minutos antes para que puedas caminar un rato, disfrutar de la salida del sol, oxigenarte y aumentar la vitalidad. De esta manera estarás listo para enfrentar un nuevo día lleno de entusiasmo y energía. Invita a tu pareja o a un buen amigo a compartirla

Desayuna. Aunque lo hagas muy frugalmente, aparta unos minutos para tomar un jugo de frutas, comerte una tostada o un cereal antes de salir de casa y entrar en actividad. Dedícate a saborear los alimentos sin que tu mente te lleve a pensar en el tráfico, en el trabajo, en las cuentas… Estos son unos minutos que refuerzan tu autoestima a través del cuidado y mantenimiento de la energía vital de tu cuerpo

Saluda con entusiasmo a tus seres queridos. Antes de salir, despídete de cada uno de ellos, es importante expresar nuestros sentimientos positivos, a través de palabras amorosas, frases calificadoras, gestos cariñosos que denotan el amor que sentimos hacia ellos

No permitas que el tráfico te afecte. Si estás obligado a tomar alguna vía congestionada en tu carro o en un transporte público, acéptalo y relájate. Piensa que en la medida en que lo hagas podrás disfrutar de otros elementos en tu recorrido. Observa a tu alrededor los cambios que han ocurrido en calles y edificaciones, escucha buena música en tu aparato de sonido, conversa con las personas de al lado, sonríe a los demás choferes que pudieran estar atrapados igual que tú

¿Has pensado en cómo cambiaría tu vida si en lugar de darles tanta importancia a los grandes acontecimientos, se la dieras a los pequeños detalles? ¡Cuídalos al máximo! Porque los detalles son los que le dan calidad a tu día. Valora las cosas pequeñas pero esenciales de tu vida, ¡Reconócelas! y coloca tu atención en todo lo bueno que te suceda a cada momento, aunque te parezca pequeño y cotidiano

Quítate el reloj de vez en cuando, especialmente el fin de semana o en los momentos en los que vayas a compartir con tus seres queridos. Esto te ayudará a enfocar tu atención en ellos para entregarte a vivir cada momento con sensibilidad y pasión. ¡Relájate y déjate llevar por los ritmos de tu corazón!

No malgastes el tiempo. Ocúpalo solo en aquellas cosas que van a generar un beneficio para los demás o que te ayudarán a cumplir tus metas. Deja de pensar en cómo puedes resolver una situación que no depende de ti, que no está en tus manos para resolver o que es responsabilidad de otra persona. Concéntrate en hacer un buen uso de tu tiempo y de tu energía

Conéctate con Dios. Guarda siempre un momento para la reflexión, la oración o la meditación. Recuerda que la presencia de lo sagrado en tu vida es el lugar a salvo donde puedes refugiarte cada vez que lo necesitas. Evita conectarte solo en momentos de angustia y necesidad, hazlo también cada vez que recibas un regalo esencial

Concédete un tiempo sólo para ti. Dedica una pequeña parte de tu día a realizar alguna actividad que te guste, que te divierta, que te enriquezca, te relaje o te acerque a la realización En la medida en que te sientas bien contigo mismo te será más fácil aceptar y disfrutar del contacto con los demás.

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