domingo, 4 de enero de 2009

Creciendo Juntos

“Compartir actividades con los niños puede ser una experiencia divertida y enriquecedora al mismo tiempo. Ahora que estamos en fin de semana, aprovechemos la oportunidad de pasar momentos de calidad con ellos. Y es posible que te sorprenda descubrir cuánto han crecido y que ahora tienen un criterio propio con respecto a ciertas situaciones e inclusive una imagen propia y definida acerca de ti como padre.

Existen ciertas reglas que son importantes de tener en cuenta al momento de compartir un buen rato con ellos: no los agredas nunca con tus comentarios o actitudes, mantente lo más relajado posible a su lado. Escúchalos con atención y evita mostrarles que ya conoces el juego o que sabes más que ellos acerca del tema sobre el que conversan. Sonríe y muéstrate divertido y dispuesto a compartir con ellos. Acarícialos mientras hablan, y mírales a los ojos con atención. Bájate de tu postura de adulto y colócate a nivel de ellos como si fueras niño, para que puedas jugar con permiso y espacio para la diversión verdadera. También puedes sugerirles que prueben algún juego que recuerdas de cuando fuiste pequeño, agregando alguna anécdota divertida que lo haga más atractivo para ellos. En fin, disponte a pasar un buen rato de diversión, intimidad y contacto con tus niños, abierto a todo lo que descubrirás... Esto los hará sentir especiales, queridos, importantes y tomados en cuenta.

Compartir con niños puede aportar experiencias maravillosas, aunque para algunos adultos no sea una tarea fácil. Sin embargo, ahí está el reto, pues a través del contacto con los niños, los adultos tienen la oportunidad de construir una relación con ellos que les permita ir desarrollando conjuntamente sus mejores potencialidades. Aunque para conseguirlo, es preciso contar con un poco de apertura y sobre todo con la humildad necesaria para atreverse a mirar a un niño desde la misma altura. Recordemos que cada niño viene al mundo con un carácter único y diferente y con una serie de talentos muy especiales. Nuestra responsabilidad como padres consiste en inculcarles ciertos valores que les servirán para construir su vida y la relación con los demás, comprendiendo y respetando su verdadera esencia. Además de apoyarlos a desarrollar sus talentos y a fortalecerlos frente a a sus debilidades.

Conectemos con la niñez y rescatemos algunas cualidades dormidas
Atrévete a experimentar. Los niños son mucho más creativos que los adultos, porque están más abiertos a todas las posibilidades, no tienen grabados tantos prejuicios como nosotros, atrévete a hacer cosas diferentes, con espontaneidad sin planificar tanto. Sorpréndete a ti mismo y a ellos, haciendo algo divertido. Estoy segura de que después de hacerlo, te sentirás renovado y lleno de vida.

Goza cualquier actividad. Los niños, generalmente, disfrutan imitando a los adultos cuando están haciendo las actividades más rutinarias, mientras nosotros las sufrimos y las hacemos con fastidio. Te sugiero que pongas toda tu atención en cada cosa que haces, permitiéndote disfrutar de las cosas más sencillas. Hazlo de una manera diferente y dejándote llevar por tu creatividad y fantasía, tal como lo hacen los niños.

Evita pensar tanto y siente un poco más. De vez en cuando déjate llevar por tus sensaciones y experimenta la vida de una manera diferente. Practica sentir el viento y el sol sobre tu cuerpo con los ojos cerrados, esto te ayudará a recuperar la serenidad y la sensibilidad, que muchas veces te hacen falta para ver la situación que enfrentas desde una perspectiva más clara y objetiva.

Recupera tu espontaneidad. Para los niños es muy fácil ser espontáneos, porque ellos se muestran como son sin temor a ser desaprobados por ello. Atrévete a mostrarte como eres, sin temor a lo que piensen los demás, supera la timidez o el miedo a hacer el ridículo en un momento dado. Ser tú mismo de forma sencilla y espontánea, te quitará un enorme peso de encima y te hará sentir liviano, libre y pleno.

Desarrolla tu creatividad. Observemos a lo niños jugar... en unos minutos nos daremos cuenta de que su creatividad no tiene límites y de que, además, la usan para darle brillo y color a todo lo que hacen. Anímate a darle rienda suelta a la creatividad en tu vida. La próxima vez que vayas de paseo a un lugar natural con tus hijos, estimula el espíritu de exploración buscando objetos fáciles de coger como piedras, hojas o ramitas de formas y colores diferentes... Una vez que tengan una buena colección, siéntate a compartir con ellos los detalles de la búsqueda y el significado que tiene cada objeto para cada uno de ustedes. Estoy segura de que te reirás y lo disfrutarás.

En definitiva, cuando los padres se permiten soltar las riendas por un momento, dejando que sus propios hijos les muestren el camino de la creatividad, recuperan la alegría y la espontaneidad.

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