miércoles, 28 de enero de 2009

Lo hecho, hecho está

Muchas personas viven aferradas al pasado. Es sorprendente observar cómo algunas personas viven lamentándose por lo que les pasó, recordando lo que les hicieron, añorando lo que tuvieron o dándole aún vueltas en su cabeza a una situación que ya ocurrió, pensando en lo que podrían haber hecho para cambiarla, impedirla o solucionarla.

Vivir en el pasado nos impide disfrutar de todos los aspectos maravillosos que nos ofrece la vida en este momento, además nos sabotea la posibilidad de actuar hoy, de una forma conciente y concreta, para no repetir en el futuro las mismas actuaciones del pasado.

Cuando te acercas a un amigo o a un ser querido y le sugieres que ya deje el pasado atrás, que no vale la pena que siga recordando lo que pasó, o que ya es tiempo de parar de sufrir porque se merece vivir de otra manera, generalmente escuchas como respuesta: si estuvieras en mi lugar, pero es que me desgració mi vida, ojalá pudiera, pero no es sencillo olvidar… frases que justifican su negativa a soltar y pasar la página para dejar que los acontecimientos formen de una vez parte del pasado.

Mientras más nos neguemos a superar el recuerdo y la afectación que nos produjo alguna situación pasada, el dolor se quedará a vivir con nosotros, convirtiéndose en el resentimiento que alimente nuestros peores sentimientos, incluyendo el de convertirnos en víctimas de la situación o de la actuación de las demás personas. Muchas veces el comentario hiriente o descalificador que nos hicieron en el pasado se convierte en el freno que nos impide sentirnos capaces de alcanzar el éxito o la consecución de nuestras metas. No permitas que algún comentario injusto que se te hizo en el pasado te impida extender tus horizontes. Si decides soltarte de ellos y quitarles el poder… no podrán afectarte nunca más.

Los remordimientos del ayer y los temores del mañana son los mayores ladrones de nuestro tiempo. Ya deja de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer para evitar lo que pasó… ¡Suéltalo!

Algunas de las emociones más frecuentes cuando quedamos atrapados por el paso son: La tristeza, la rabia, la frustración, la impotencia, el temor, la apatía, la nostalgia, la sensación de fracaso… Permanecer mucho tiempo en cualquiera de ellas será suficiente para anular tu capacidad de éxito, bienestar y realización personal.

Debes abandonar cualquier esperanza de tener un pasado mejor, lo que pasó… pasó y no hay manera de cambiarlo. Acepta y disponte a invertir toda tu atención, entusiasmo y energía en construir una nueva vida, positiva y diferente para ti y para los tuyos en el único momento que puedes hacerlo: Hoy. Afortunadamente no necesitas tener un pasado mejor para tener un futuro maravilloso, siempre es posible comenzar de nuevo.

La mayoría de los pensamientos que inviertes en mantener vivo algún recuerdo negativo del pasado te roba parte de la energía que necesitas para enfocar tus esfuerzos diarios hacia el éxito y tu realización.

Regresa del pasado
No puedes seguir pensando en lo que te sucedió, ¿Hasta cuándo vas a estar ahí contándole a todo el mundo lo que pasó?, acumulando rabia, frustración y resentimiento, porque el más afectado de ese proceso seguirás siendo tú. Es tiempo de tomar la decisión valiente de aceptar y pasar la página.

Borrón y cuenta nueva
Acepta lo que no puedes cambiar, para poder superarlo tienes que aceptarlo. Ya pasó y no tienes forma de devolver la película, para cambiar ese momento. Así que acepta la realidad sin preguntarte: ¿Por qué en este momento?, ¿qué hice yo para merecerlo?

Elimina tus deseos de venganza
No puedes continuar buscando culpables, porque te desgastarás física y emocionalmente. Además de esta manera alimentas tu deseo de venganza y aunque te sientas justificado por lo que viviste, te recuerdo que todo lo que deseas a otro, la vida se encargará de devolvértelo a ti. Más bien sácalos de tu mente y ¡perdónalos! Mientras sigas recordando eventos pasados y cómo han afectado tus posibilidades de éxito y bienestar, no conseguirás hacer nada que valga la pena, sólo aumentará tu resentimiento y malestar.

Maneja la frustración
Las cosas no siempre saldrán como tú lo esperas. Así que es muy importante que dejes un margen amplio para aceptar lo inesperado. No descargues tu malestar con las personas que amas, porque te lo aceptarán un par de veces y, en algún momento, se sentirán heridos por tu comportamiento y esto afectará la relación que mantienes con ellos. Nunca es tarde para empezar de nuevo y lo mejor está por venir, ¡no te lo pierdas!

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