miércoles, 24 de diciembre de 2008

Es tiempo de Renovarse

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La Navidad es una época para el reencuentro con nosotros mismos, con la Divinidad y con los demás. También es una temporada de reconciliación, entrega y reflexión. Son varias las tradiciones que sirven para celebrar y disfrutar del espíritu de la navidad junto a nuestros seres queridos y rescatar alguna de ellas significaría ponernos en contacto con nuestra infancia y con los sentimientos positivos que compartimos junto a la familia. Esta es una época especial para la expresión de nuestros sentimientos más cálidos y positivos, para el intercambio de caricias, gestos, detalles y palabras amables... Para la fraternidad y para favorecer el acercamiento y el intercambio con nuestros amigos y familiares, fortaleciendo el vínculo que nos ha unido hasta este momento. Dejemos que nos envuelva ese sentimiento de solidaridad, de tal manera que podamos invertir un poco de tiempo y compasión para realizar acciones desinteresadas hacia alguien que necesite de nosotros, aún cuando sea un desconocido. Frases como: “La paz sea contigo”, “Feliz Navidad y próspero Año Nuevo”, que nos sirven para expresar y hacer llegar a otros nuestros mejores deseos, pueden cobrar un nuevo y profundo significado al tener una actitud más abierta y positiva que nos lleve a convivir con amor…

Abre las puertas de tu corazón para dar lo mejor de ti y, aun cuando tropieces con la indiferencia y la apatía de algunas personas a tu alrededor, conéctate con el espíritu de esta época, eleva tu alegría, motivación y entusiasmo para compartir con los demás.

¡Que esta Navidad sea el comienzo de una nueva y maravillosa etapa en nuestra vida! Llénate de amor, alegría, paz y conciliación, vence la apatía y decide llenar tu vida con sentimientos y pensamientos más positivos. No importa como haya sido tu situación de vida antes de la llegada de la Navidad, recuerda que todo pasa y que siempre puedes volver a comenzar con más fuerza, valor, pasión y determinación. Que los buenos sentimientos que encierra la Navidad se queden contigo y te acompañen a vivir cada día. Que sea el momento propicio para un nuevo comienzo, para el fortalecimiento de tus relaciones a través del amor, para que tus sueños se cumplan y para que vuelvas al reencuentro contigo mismo y con la presencia de Dios.

Para vivir el significado de la Navidad
Revive una tradición. Rescata alguna de las tradiciones que formaron parte de las navidades en familia que más recuerdas. Si compartes tu vida con alguien toma en cuenta sus experiencias y crea una celebración que encierre los recuerdos positivos de los dos: la comida en familia, el intercambio de los presentes, la música, el compartir con los amigos o quedarnos en casa para descansar y renovar nuestro vínculo familiar.

Realiza actos bondadosos y desinteresados. Abre tu corazón y déjate llevar por el espíritu amoroso de la Navidad y comparte con un extraño un regalo, un juguete, un plato de comida caliente, una visita, una sonrisa, una acción amorosa y desinteresada dirigida a suavizar su condición de necesidad, soledad o dolor. Recuerda que compartir con otros un poco de lo que tenemos hará que la abundancia se manifieste siempre en nuestra vida cotidiana y eso se revertirá en prosperidad para nosotros mismos. Compártelo con tus hijos, hazlos partícipes de cada acto de bondad que vayas a realizar. El verdadero dar es del corazón e implica entregar sin esperar recompensa.

Llena tu corazón de amor. Busca la reconciliación y el acercamiento con aquellas personas que te hirieron o te afectaron negativamente en el pasado. Llénate de amor y practica el perdón. Si no puedes localizar a esa persona simplemente envíale un pensamiento de amor y perdón, acompañados con el recuerdo de los gratos momentos compartidos (mentalmente). No olvides que es la Divinidad quien suelta los nudos que nos mantuvieron atados al pasado cuando perdonamos desde el corazón. Perdónate a ti mismo por los errores y las equivocaciones del pasado y date la oportunidad de comenzar un presente nuevo y renovado.

Comparte con tus seres queridos. Crea una reunión para compartir momentos de calidad con ellos. Evita el enfrentamiento, las discusiones y los recuerdos tristes. Utilicen las reuniones para recordar los momentos gratos, para expresar el cariño y la gratitud con frases amables y de reconocimiento con gestos y detalles. Conviértete en un elemento conciliador para favorecer el acercamiento y la relación entre todos.
Vive el significado espiritual. No olvides que estás hecho de espíritu Divino y recobra el sendero perdido. Conéctate con la presencia de Dios en tu interior y practica algunos momentos de recogimiento, oración, reflexión o meditación. Da las gracias por todos los regalos y las bendiciones que has recibido. Haz una lista de aquellas personas que alguna vez hicieron algo especial por ti, y a pesar de no haber hablado con ellas en mucho tiempo, hazles una llamada para desearles una Feliz Navidad.

¡Deseo que tengas una Feliz Navidad, llena de paz, armonía y prosperidad!

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