lunes, 1 de diciembre de 2008

Cabellos sin límites



Una cabellera que atraiga las miradas tiene que ser sana, brillante y sedosa. Para tenerla así, basta con procurarle los cuidados adecuados.

Cada cabeza es un mundo y como tal, cada cabellera es diferente, por lo que es fundamental usar los productos adecuados y darle los cuidados según sus características. El tipo de cabello viene determinado por la genética: normal, seco y graso, pero a lo largo de su vida sufre alteraciones por diversas causas como: la edad (suele ser normal en la infancia, graso en la adolescencia y seco en la etapa adulta), los procesos químicos a los que son sometidos (tintes y permanentes tienden a secarlo), y agentes externos como agua, viento, calor y secador de pelo, que lo maltratan.
Un cabello normal es aquel que luce suelto, flexible y brillante. Para mantenerlo así lo ideal es usar un champú neutro, sin necesidad de usar acondicionador, "porque no le hace falta", según manifiesta Lino di Eugenio, experto peluquero con más de 30 años en el oficio. Señala, igualmente, que el pelo seco es cuando luce opaco, frágil y áspero. Recomienda el uso de champú y acondicionador nutritivo que le aporte vitaminas y ceramidas y le restablezca la humedad pérdida. Necesita, además, una mascarilla o un baño de crema semanal. En cuanto a los grasos, refiere el especialista que su aspecto y el tacto es aceitoso, pero sin brillo y desprende un olor muy desagradable. Para estos, aconseja lavarlos a diario con un champú especial para su tipo, que regule o controle el exceso de producción sebácea y le devuelva su volumen, "no es conveniente usar acondicionador, pero si tiene las puntas resecas o deshidratadas, debe aplicarse una crema con proteínas por un tiempo máximo de tres a cinco minutos y atenuará el problema". Otros buenos consejos son: al momento de secar el cabello, retirar el exceso de agua con una toalla, peinar con un peine de dientes anchos para desenredar y colocar el secador a quince centímetros de distancia del cabello para evitar que se 'queme'. El secado es necesario sólo cuando realmente amerite su uso, de lo contrario, deje secar su cabellera al viento.
Igualmente importante es el cepillado. Para Di Eugenio es como hacerle ejercicio al cabello, ya que de esa forma se retiran las partículas de polvo, se activa la circulación, y a la vez se distribuye la grasa natural del cuero cabelludo hasta las puntas, como un "baño de crema natural". Recomienda hacerlo con suavidad, y no cien veces al día, pues esto sólo causará horquetillas, estimulará la caída del cabello y maltratará al cuero cabelludo

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