martes, 25 de noviembre de 2008

Por favor, simplifica tu vida

Ya son pasadas las siete de la noche y todavía te falta recoger a tu hija de la clase de baile, los invitados quedaron en llegar a las ocho y todavía no has ido al supermercado a comprar algo que te falta, tu pareja no contesta el teléfono y le acabas de gritar a tu hijo porque se quedó en casa de una amigo sin avisarte y además tienes que ir a recogerlo. ¿Te parece familiar esta escena?
La sociedad actual nos presenta la oportunidad de hágalo todo usted mismo, además de rápido y fácil. Pero el día sigue teniendo sólo 24 horas y la lista de cosas por resolver y hacer se hace cada vez más larga. Y aunque tratamos de hacerlo todo, al final del día somos un manojo de nervios, agotados, irritables y llenos de estrés, sin tiempo para nada y con un gran sentimiento de impotencia por las cosas pendientes no cumplidas.
Pero existe una solución que descubrí hace poco; es algo simple pero a la vez mágico: Poner límites, no comprometernos a hacer más de lo que en realidad podemos y a delegar o a renunciar sin sentirnos culpables. Los límites nos permiten establecer un balance entre la dedicación y el esfuerzo que empleamos para resolver nuestras necesidades y las de los demás. Poner límites te permitirá tener tiempo para hacer todas esas cosas que te gustan y que te hacen sentir relajado y lleno internamente.

Ordena tu lista de tareas pendientes. Toma una hoja de papel y coloca dos columnas. Una que diga: Esencial, y otra que diga: No esencial. Luego escribe todo lo que tienes que hacer por tu familia, por tu trabajo y por ti, ordenándolo debajo de cada una de ellas. Luego tacha todo lo que hayas escrito debajo del titulo No esencial y bórralo como si no existiera.
Prepara otra hoja de papel y coloca dos columnas de nuevo: Me gusta hacerlo y No me gusta hacerlo. Toma todo lo que escribiste en la columna Esencial y repártelo en estas dos columnas según tu gusto. Todo lo que entro en No esencial y No me gusta debes dejar de hacerlo inmediatamente. Es posible que te sorprenda descubrir cuántas cosas innecesarias o desagradables para ti has estado haciendo.

Manten ordenados tus espacios personales. Lo que tengas que hacer resuélvelo inmediatamente, no acumules y si ves desorden ordena inmediatamente, bota lo que no necesites. Decide mantener tu escritorio siempre ordenado y limpio, resuelve o delega pero no guardes para después, de esta manera, trabajarás mejor.

El placer es vital. Aunque no lo creamos el placer es vital; incluye una o mas actividades que te gusten al día. De esta manera te suavizarás la vida. A veces te pasas los días esperando a que otros tomen ciertas iniciativas para hacerte feliz... Decide hacerlo tú.

Atiende tu reloj biológico. Algunas personas son como los pájaros madrugadores, otras como las aves de medianoche, otros prefieren trabajar al amanecer. Encuentra el momento del día en que te sientes más lleno de energía y realiza tus tareas a la hora que te sientas más a gusto; además, de esta manera serás más efectivo y te costará menos.

Organiza tu semana. Escoge un día para hacer las citas y las diligencias en el centro, prepara una lista de acuerdo con las distancias para no tener que ir de un lugar a otro perdiendo el tiempo y gastando gasolina. Si organizas tus actividades de manera que te queden juntas las que están más cerca físicamente, ahorrarás tiempo y energía para realizar otras actividades que disfrutas mucho más.

Establece rutinas. Prepara antes de dormir una lista de las actividades del día siguiente. Tener un horario y rutinas planificadas de antemano alivia la necesidad de estar revisando y decidiendo constantemente, sobre qué es lo próximo que vas a hacer. Piensa en el menú para el día siguiente, revisa qué tienes disponible para preparar algo sencillo y anota qué falta para el día de compras. Reparte responsabilidades entre todos los integrantes de tu familia y asegúrate de tener tu ropa y la de los tuyos lista, las loncheras listas y las hojas del colegio firmadas al momento en que te llegan, para que no te vuelvas loco cuando te la pidan tus niños. También puedes escribir en una agenda todas las fechas importantes, tales como cumpleaños, pagos y citas, incluyendo los compromisos que haces y las actividades del colegio de los niños. Revísala todas las noches y ajústala si fuese necesario.

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