viernes, 21 de noviembre de 2008

Podemos pasar la página

En cualquier momento de nuestra vida tenemos que pasar la página. Esto significa, dejar atrás personas, sentimientos, situaciones... para iniciar un camino nuevo. Pero muchas veces decir adiós al pasado para soltarnos de él... exige hacer nuestro mejor esfuerzo.
Hay momentos en los que deseamos, racionalmente, salir de ciertas situaciones o sentimientos definitivamente. Pero la realidad es que emocionalmente no estamos listos para soltarnos o dejarlos ir. Tal vez porque muy en el fondo mantenemos la esperanza de que las cosas cambien y podamos continuar a su lado, o porque ha sido tan inesperado que nos es difícil aceptarlo, o pensamos que no podremos comenzar de nuevo que será casi imposible tener una nueva y mejor oportunidad.
Lo cierto es que tenemos que aprender a decir adiós a una etapa de la vida o a una situación determinada, para poder lanzarnos de lleno a vivir la siguiente etapa, la próxima relación, la nueva situación y hacerlo sin la añoranza o el peso de lo que vivimos en el pasado. ¿Sabías que no podemos abrirnos a una nueva relación, si todavía tenemos un gramo de añoranza hacia nuestra relación pasada? Solo la dedicación plena y entusiasta a una tarea, nos permitirá obtener de ella los mejores resultados y la satisfacción, con la condición de que 100% de nuestros recursos intelectuales y emocionales estén comprometidos con la nueva tarea y habiendo renunciando a la anterior. Mientras no cerremos esa página en el libro de nuestra vida, el cerebro seguirá trabajando secretamente para conseguir el viejo sueño de mantener aquella situación.
Es cierto que soltar, dejar ir o renunciar, nos produce una sensación de nostalgia o tristeza, Pero pese a que siempre da algo de miedo comenzar una nueva etapa, es bueno hacerlo con todo el entusiasmo y el optimismo posible, con la confianza en nosotros y en la vida de que sucederá lo mejor.
Pasar la pagina en el terreno amoroso. A veces tenemos que renunciar al deseo de que nuestra pareja sea exactamente como nosotros quisiéramos, para poder disfrutar de los aspectos positivos y agradables de la relación. Cuando nos abandonan o sentimos que es tiempo de terminar la relación, tenemos que hacer un balance, que nos permita sacar el aprendizaje y luego, vivir el duelo: llorar la perdida, apretar los puños, tocar fondo e impulsarnos para salir de ahí completamente renovados y dispuestos a abrirnos a otra relación que no tiene porque ser igual que la anterior.
Pasar la página cuando cambia nuestro papel en la vida. A veces en la vida nos toca dejar o cambiar la actividad que habíamos realizado por cierto tiempo. Estos cambios implican adquirir conocimientos y destrezas e inclusive asumir el reto de desarrollar nuevas habilidades, además de enfrentarnos a lo desconocido. En estos caso es importante vivir el duelo y aceptar los cambios sin resistirnos. Solo quien pasa el dolor de dar por terminada una etapa que fue mas placentera en su vida... puede disfrutar de todo lo bueno que le traigan las próximas experiencias.
Pasar la página frente a pérdidas o cambios físicos. Cuando estamos enfrentados a situaciones inevitables o cambios irreversibles, es probable que tengamos que aceptarlos para aprender a vivir con ellos. Cuando una persona quiere seguir viviendo como si no hubiera ocurrido nada y no reconoce los cambios físicos que ha sufrido producto de una enfermedad o de la edad, sigue cometiendo los mismos errores. Es más acertado en este caso admitir que ha habido ciertos cambios para adoptar nuevos hábitos y adaptarnos a un nuevo ritmo de vida. El mejor remedio para superar las pérdidas es el tiempo. Distraer la mente, mantenernos ocupados, además de adoptar una práctica espiritual como orar o meditar, nos mantendrá conectados a Dios y acompañados por su presencia mientras superamos la tribulación. Adaptarnos poco a poco a los cambios, nos llevará después de la etapa de acoplamiento a tomar la mayor felicidad posible de la nueva situación.
A veces las pérdidas pueden ser subjetivas, pero no por esto menos importantes. La ilusión de alcanzar un ideal político, la esperanza de conseguir un mejor puesto, o el deseo de ser padre o madre en un momento dado pueden ser muy difíciles de aceptar. Soltar las expectativas que nos hacemos y vivir atentos y abiertos a reconocer todo lo positivo que viene con ciertas negativas en la vida, puede ser muy reconfortante. Recuerda que nada sucede por casualidad y que cuando una puerta se cierra... es porque ya hay otra abierta.
Jackie : D

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