viernes, 21 de noviembre de 2008

Los ancianos y el sexo

Los ancianos y el sexo

¿Por qué sólo a los jóvenes y hermosos se les debería permitir el privilegio
de la realización sexual, cuando más de una quinta parte de la población tiene
que conformarse con leer al respecto?
Nadie quiere pensar que sus padres tienen relaciones sexuales; menos aún a medida en que envejecen. Recientemente, mi amiga Rhona me dijo en un estado cercano a la histeria cómo su madre, que vivía en un complejo habitacional para personas de tercera edad, recibía notas que un residente le metía debajo de la puerta sugiriéndole sexo "sin compromiso" y dejándole su número telefónico. Pero su mamá no la estaba llamando para quejarse. A los 71 años, estaba llamando para jactarse y preguntarle a su

hija qué tipo de negligée debía usar.
"¡Mamá!", contestó mi amiga, de 39 años de edad. "En todos mis años de considerable experiencia, nadie me había propuesto sexo 'sin compromiso'. Matrimonio, sí; sexo, no". "Ah, bueno, siempre me he interesado más por la naturaleza física de las cosas", fue su respuesta. "¿Y si el asunto trasciende? ¿Cómo se sentirían tus nietos siendo objetos de bromas en el patio de juegos?", preguntó la hija. "Estoy segura de que eso no sucederá. Pero entonces, ¿qué debo responderle?". "¿Qué te parece un 'no'?", le contestó Rhona.
Para muchos, el nacimiento virginal de Jesús es la manera perfecta de imaginar su propia concepción, inmaculada y sin sexo. La edad de los hijos -sea 15 o 50- o la de sus padres no importa: en el siglo XXI, la idea del sexo a una edad avanzada sigue entrando en las categorías de lo pervertido, repulsivo, sucio o simplemente ridículo. Como hijos, pareciéramos incapaces de pensar en el futuro, en que nosotros también seremos despreciados un día si mantenemos nuestros hábitos sexuales.
Sin embargo, para la mayoría de la gente, el deseo no desaparece el día en que se les exonera del pago del transporte público. En su libro Sexuality and Older People: Revisiting the Assumptions (Sexualidad y la tercera edad: una revisión de los supuestos), los autores Deacon, Minichiello y Plummer observaron que la vida sexual de las personas mayores estaba directamente relacionada con el nivel de interés y la frecuencia de la actividad sexual anterior. Es lógico: si usted está acostumbrado al sexo, usted querrá continuar, ¿y por qué dejarlo?
Sin embargo, para el resto de la sociedad, el derecho a seguir siendo un ser humano en pleno funcionamiento (lo que incluye actividad sexual) luego de cierta edad se convierte en algo casi inmoral. Un beso y un abrazo es todo lo que se puede tolerar. Después de cierta edad, se supone que usted deba usar un traje de dulzura asexual respetable, como si hubiera regresado a la niñez.
La sociedad parece haber olvidado que la gente que ahora está cumpliendo 70 años o más es la misma que ayudó a impulsar la revolución sexual en los años sesenta. ¿Realmente creemos que se van a dedicar a bordar y tejer en su chochez?
Un estudio reciente realizado por la firma de condones Durex reveló que 4% de las personas de la "tercera edad" tenían relaciones sexuales por lo menos una vez a la semana. La madre de un amigo reclutaba a sus amantes en sus clases nocturnas. "Le sorprendería saber lo que sucede en las clases de francés avanzado", dijo. La mamá de otro amigo, de 78 años, tenía una hermana gemela y compartía con ella su entrenador de tenis de mesa, de 55 años.

Viagra
Al igual que Internet, la viagra ha cambiado el comportamiento de mucha gente. Ahora hay miles de ancianos que colocan publicidad en la web en busca de relaciones amistosas, y algo más. Los publicistas luchan por atraer su atención con accesorios sexuales, condones y medicamentos milagrosos. Ahora que la población de Estados Unidos y Europa se inclina más hacia los pensionados que hacia los hijos, ya no son los excéntricos los que están disfrutando; la mayoría pronto dejará a un lado la jardinería para unirse a la diversión.
Además, como Rhona se dio cuenta, no ha de pensarse que sólo porque sus padres o familiares mayores han entrado en "hogares para ancianos" se les acabó la acción.
Un profesor israelí, G. Bronner, recientemente dio una serie de conferencias en ancianatos de Tel Aviv sobre los dilemas que enfrenta el personal en cuanto al comportamiento sexual de las personas mayores. "Desafortunadamente, muchos profesionales que se especializan en geriatría comparten actitudes similares a las del público en general", dijo en el boletín de la Federación de Sexología Médica.
Sin embargo, es necesario un cambio de actitud: dado que la tasa de divorcio va en aumento, hay ahora un creciente número de solteros entre los millones de personas jubiladas, muchas de las cuales andan en búsqueda de nuevas relaciones.
El año pasado fui a ver a la abuela de una amiga en Estados Unidos. A los 96, era tan audaz como una adolescente. "Ten cuidado", advertía mi amiga. "Es terriblemente coqueta pero su vista no es muy buena". Desafortunadamente, yo estaba usando un traje de pantalón y chaqueta y al poco rato ella estaba batiendo las pestañas. Cuando le preguntaron cómo estaba, contestó: "Bien, pero los chicos no dejan de molestar". Tenía tantos amoríos que las enfermeras no podían estar al tanto de todos; y ella no era la única.
Esta era una residencia permisiva, en la cual la salud sexual se discutía abiertamente. En muchas de estas instituciones, la falta de privacidad brinda poca oportunidad para tales actividades. En algunos ancianatos, los solteros que muestran algún interés en el sexo, desde la masturbación hasta la actividad sexual completa con otros, pueden ser catalogados como personas con problemas de comportamiento -la conducta incluso puede ser motivo para que reciban tranquilizantes.
Un problema adicional para las mujeres es que debido a que viven más que los hombres, el número de parejas potenciales de su propia edad desciende abruptamente. Sin embargo, tanto para hombres como para mujeres, la situación puede ser dura: las erecciones y eyaculaciones pueden ser algo tan espinoso como la lubricación.
Los medicamentos tomados para otras dolencias pueden tener efectos secundarios que causan estragos en las respuestas corporales. Además, la historia emocional de la gente puede representar obstáculos. Deacon y sus colegas también observaron que una relación o un matrimonio sin amor a mediana edad puede socavar seriamente una relación o experiencia sexual más tarde.
Sin embargo, aunque la carne pueda ser débil, el espíritu está dispuesto. ¿Por qué sólo a los jóvenes y hermosos se les debería permitir el privilegio de la realización sexual, cuando más de una quinta parte de la población tiene que conformarse con leer al respecto? No todos nosotros podemos ser especímenes tan perfectamente preservados como Joan Collins o Sean Connery, pero la mayoría de nosotros aún puede ser tan romántica, graciosa y atractiva como a los 25.
Además, si esto le permite sentirse más joven y desear vivir más tiempo -como lo indican numerosos estudios-, entonces, ¿por qué no? Como señaló un estadounidense de 78 años en su planilla de inscripción en un sitio de citas por Internet: "Estoy jubilado, no cansado".

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