Se llama Tempe Cume y es una técnica de sanación nacida en Venezuela. Su creador, Ulises Santamaría, la presenta.
Los practicantes -trajeados con los colores violeta y blanco- se mueven en una suerte de danza con aires orientales. Quien la observa puede pensar que la técnica es familia de disciplinas como el yoga, el tai chi o la biodanza; y aunque comparte algunas de sus premisas, tiene sus especificidades. De hecho, se creó en Venezuela hace ocho años. Su nombre es Tempe Cume y quiere decir "técnica de los números en movimiento para sanar cuerpo, mente, emociones y espíritu". Consiste en una serie de ejercicios energéticos, dirigidos al corazón y las diferentes glándulas endocrinas: las gónadas, las suprarrenales, el páncreas, el timo, la pituitaria y la pineal. "Si hablamos desde el ámbito científico decimos glándulas endocrinas, pero si lo hacemos desde la óptica holística diremos chacras", explica Ulises Santamaría, autor de la técnica. "Sabemos -continúa- que las glándulas son tangibles y verificables médicamente, pero quien mantiene el equilibrio en ellas es una energía que gira alrededor de esos puntos, y recibe el nombre de chacra. Cada uno tiene una vibración especial, y por ello le corresponde una serie particular de movimientos.
Existen 50 series que se van ejercitando en sesiones de dos horas y media". Los suaves movimientos del Tempe Cume van dirigidos a estas glándulas endocrinas, a fin de mantener su equilibrio bioquímico, del cual depende en buena medida la salud del organismo.
Santamaría expone su teoría: todas las emociones -tristezas, rabias y angustias, entre otras- que se experimentan en el transcurso de la vida se convierten en sustancias psíquicas y bioquímicas no benignas que se alojan en las zonas vulnerables del cuerpo. Cada quien tiene su talón de Aquiles. Los movimientos del Tempe Cume restituyen el equilibrio bioquímico en las diferentes glándulas, a través de las vibraciones de alta frecuencia que producen los movimientos. "Cuando hacemos Tempe Cume nos convertimos en una especie de antena y recibimos la energía por la cabeza, de allí baja al resto del cuerpo por la columna vertebral, haciendo un reconocimiento de las células que están en desequilibrio; en su recorrido se gesta un círculo energético que restituye la armonía corporal". Son movimientos de sanación que, al tiempo de conferir mayor elasticidad al cuerpo, ayudan a alcanzar una mayor flexibilidad en la vida y mejor adaptabilidad para los cambios.
El aprendizaje de la técnica consta de cuatro niveles. "En el básico se enseñan cuáles son los activadores energéticos, ubicados en las glándulas endocrinas. Luego sigue el primer nivel, en el cual se trabaja con el cuerpo físico; el segundo se centra en el cuerpo mental y emocional; el tercero apunta a lo espiritual; y el cuarto se propone que la disciplina se convierta en una forma de vida cultivando tres valores, el de la fe, el amor y los no resentimientos", explica.
Entre los beneficios del Tempe Cume, Santamaría asegura que ha sido una herramienta efectiva en el tratamiento de hipertensión, insomnio y estrés crónico, entre otras dolencias. Un valor agregado: su práctica hace que los dos hemisferios cerebrales se ejerciten al mismo tiempo, lo que otorga más agilidad mental y corporal. l
Serie de movimientos para activar las glándulas suprarrenales |
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