¿Qué es la acidez?
Es la sensación ardiente y dolorosa que se presenta en el esófago (justo debajo del esternón). El dolor suele originarse en el pecho y extenderse hacia el cuello y la garganta. También se le conoce como pirosis o dolor torácico no cardíaco.
¿Por qué se produce?
Porque el ácido que normalmente se encuentra en el estómago sube hacia el esófago, irritándolo. El ácido gástrico es, realmente, ácido clorhídrico, un líquido muy fuerte que es utilizado para disolver los alimentos y facilitar su posterior absorción en el intestino delgado.
¿Y por qué sube?
La respuesta de esta pregunta exige una explicación previa: en la parte baja del esófago existe un mecanismo mediante el cual se abre y se cierra el paso hacia el estómago. El órgano que desempeña esa misión es el esfínter esofágico inferior. Cuando se abre, permite la entrada de los alimentos. Cuando se cierra, impide que el ácido gástrico se salga. El problema es que no siempre se cierra bien (o se abre más de lo que debería), por lo que el fuerte ácido sube hacia el esófago irritando sus paredes que no son blindadas a toda prueba como las del estómago.
¿Cómo es realmente el esfínter esofágico inferior?
Es como un anillo muscular. En algunas publicaciones dicen que es como una dona (de puro músculo) alrededor del esófago. Cuando se contrae, se cierra y cuando se relaja, se abre.
¿Por qué se abre cuando no debería?
Hay varias razones: cuando la presión en la barriga es mayor que en el tórax o cuando la persona toma algunas sustancias químicas que lo relajan o consume ciertos alimentos y bebidas. También cuando hay mucho estrés o se fuma.
¿A qué se refieren con el aumento de presión en la barriga?
Imagínese uno de esos envases de plástico utilizados para la mayonesa o la salsa de tomate. El envase está lleno, tapado, y usted lo aprieta con fuerza con las dos manos... llegará un momento en que la tapita se abre y el contenido sale expulsado. Pues algo similar puede ocurrir en el estómago. La tapita es el esfínter que se abre cuando ya no puede aguantar la presión que mucha comida y ácidos ejercen en el estómago lleno. Por eso es normal tener, a veces, un poco de reflujo o acidez tras una comida abundante. Algo similar ocurre con las personas que tienen exceso de peso. Sus estómagos, por lo general, soportan mayor presión y, con ello, la probabilidad de que el esfínter se abra, aumenta. Por eso una de las primeras cosas para tratar la acidez es conseguir tener un peso adecuado.
¿Cuáles alimentos y bebidas favorecen la acidez?
Grasas, azúcar, chocolate, cebolla, café, refrescos con gas y bebidas alcohólicas contribuyen a la acidez al disminuir la fuerza con la que se cierra normalmente el esfínter. También naranjas, limón, salsa de tomate y comidas muy condimentadas, con picantes, si bien en estos casos porque irritan directamente las paredes del esófago.
¿A cuáles sustancias químicas se referían?
Hay medicinas que también disminuyen la fuerza de contracción del esfínter. Entre ellas se encuentran las hormonas de progestina (utilizadas para el sangrado menstrual anormal o como anticonceptivo), ciertos broncodilatadores para el asma como la teofilina, los anticolinérgicos (por ejemplo, la escopolamina para el mareo provocado por el movimiento de un bote), meperidina, bloqueadores Beta para la presión alta o para enfermedades cardíacas, y diazepam. Otras irritan al esófago: aspirina, antiinflamatorios, tetraciclina, quinidina y las sales de hierro. Si su doctor le ha recetado alguna de estas sustancias, pues seguramente él ya estaba al tanto de estos efectos y consideró que lo mejor, para usted, era tomarlas.
¿Existen otras causas de la acidez?
Sí. Fumar, por ejemplo. Estar sometido a estrés. También el estar acostado, pues esa posición facilita la salida del ácido del estómago. Cuestión de gravedad.
¿Debo preocuparme si padezco de acidez?
Casi todo el mundo ha experimentado acidez de manera ocasional. El problema es cuando se presenta de manera frecuente y progresiva. En este último caso usted pudiera estar sufriendo la enfermedad del reflujo gastroesofágico que sí puede traer ciertas complicaciones.
¿Cuáles son esas complicaciones?
Según el Manual Merck de Información Médica General, las complicaciones incluyen un estrechamiento de un segmento del esófago (estenosis péptica esofágica), úlceras, y la inducción de cambios precancerosos en el revestimiento del esófago (síndrome de Barret). La inflamación de este órgano puede ocasionar dolor al tragar o una hemorragia que suele ser ligera. Las úlceras se curan con lentitud y tienden a volver a aparecer. La buena noticia es que usted puede prevenir cualquiera de estos males si incorpora ciertos cambios en su vida cotidiana. De no lograr la erradicación del malestar, entonces tendrá que acudir al médico.
¿Cuáles son esos cambios?
Como ya debe suponer, lo primero es evitar los alimentos y bebidas que pueden desencadenar el reflujo y que fueron mencionados antes. También puede poner en práctica los siguientes consejos: Ingerir comidas pequeñas, para evitar lo del estómago lleno; no comer dos o tres horas antes de irse a dormir; tratar de no agacharse o hacer ejercicios inmediatamente después de comer; e ingerir mucho líquido, especialmente si toma medicamentos. Otros cambios más relacionados con en el estilo de vida incluyen:
l Bajar de peso (en algunos casos, los síntomas de la enfermedad desaparecen por completo después de que la persona ha perdido entre tres y cuatro kilos).
l Abandonar el hábito del cigarrillo.
l Dormir con la cabeza levantada unos 15 centímetros (no sirve colocar otra almohada; lo mejor es colocar libros o ladrillos debajo de las patas de la cama, o usar la almohada, pero en forma de cuña, debajo del colchón.
l Evitar el uso de correas apretadas.
l Reducir el estrés.
¿Es cierto que tomar leche es bueno para combatir la acidez?
Es uno de los métodos más naturales. La leche tiene calcio y, al mezclarse con el ácido del estómago, lo neutraliza. La leche es un antiácido. Pero tenga cuidado porque, en algunas personas, cuando se ha bebido mucha leche, se produce un efecto rebote; es decir, el estómago, después de un alivio inicial, vuelve a producir ácidos en mayores cantidades. Si no es su caso, siga tomando leche.
¿Y si nada de eso funciona?
Si no ha logrado un completo alivio puede probar medicamentos de venta libre como antiácidos (una hora después de las comidas y al momento de acostarse), que neutralizan los ácidos estomacales, o como los bloqueadores H2 como el Pepcid AC; Tagamet y Zantac (reducen la cantidad de ácido que produce el estómago).
Cuando el problema se vuelve frecuente o no desaparece después de unas semanas de haber cambiado los hábitos cotidianos. Igualmente si empieza a bajar de peso o tiene dificultades para tragar o los síntomas empeoran con los antiácidos. El especialista sabrá que medicamentos recomendarle y le indicará, si es el caso, cirugía u otros tipos de tratamientos.
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