“Un gusanito iba caminando en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un duendecillo,
-¿Hacia dónde te diriges?— le preguntó
Sin dejar de caminar el gusanito contestó:
-Anoche soñé que desde la cima veía todo el valle. Me gustó lo que vi y he decidido realizarlo.
El duendecillo dijo:
-Debes estar loco, ¿cómo podrás llegar hasta ese lugar si eres una simple oruga?; para ti una piedra será una montaña— . Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:
-¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?—. El gusanito jadeante respondió:
-Tuve un sueño y deseo realizarlo— y entonces le contó.
El escarabajo soltó una carcajada y dijo:
-Ni yo con estas patas tan grandes intentaría una empresa así de ambiciosa—. La oruga continuó su camino.
Del mismo modo la araña, el topo, la rana y el conejo le decían:
-No lo lograrás jamás.
Pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Después de caminar y caminar, agotado y sin fuerzas decidió detenerse para descansar. ‘Estaré mejor aquí’, fue lo último que dijo y murió.
Todos los animales se reunieron en torno a los restos del animal más loco del valle, y consideraban el hecho una advertencia para los atrevidos. De pronto la concha comenzó a quebrarse y aparecieron unos ojos y una antena, poco a poco fueron saliendo las hermosas alas de una espléndida mariposa.
No había nada que decir, pues todos sabían que se iría volando hasta la gran montaña, realizando así sus sueños”.
Estás aquí y ahora, siendo el protagonista activo de tu transformación. Pensar en este momento que sólo el término de un año traerá como consecuencia un nuevo ciclo significa que no hemos descubierto el verdadero sentido de lo que hemos aprendido. No podemos confundir la verdad, ni pensar que en algún momento perderá su vigencia. Tendremos siempre la ayuda, el apoyo y la compañía de la Divinidad, pero el trabajo hay que hacerlo con responsabilidad, valor, determinación, convencimiento y perseverancia. Así que no te canses, no abandones, no te desanimes; no pienses, ni por un instante siquiera, que no vale la pena seguir adelante. Algunas situaciones cambiarán y otras terminarán para dar paso a otras nuevas y mejores, ábrete para aceptarlas y para recibirlas. Podemos alcanzar nuestras metas, rescatar y mantener el balance en nuestra vida y, al mismo tiempo, podemos recuperar la confianza y el aprecio por el ser humano, además de conectarnos con nosotros mismos para querernos y valorarnos más, entregar lo mejor al mundo y tener una vida plena.
Hoy eres elegido para convertir tus sueños en realidad, para sonreír, para perdonar, para vivir con amor, para dar sin esperar recompensa alguna, para rociar un perfume suave de reconocimiento, detalles, gestos y palabras amables, para ser un elemento conciliador y así brindar a otros paz, amor y esperanza.
Claves para tener una vida mejor
Deja el pasado atrás. Sobretodo si fue difícil o doloroso. Aprende a vivir en el presente, aquí y ahora. Perdona y suelta, guarda sólo el aprendizaje que te dejó esa situación. Permite que tu corazón sane y comienza de nuevo… Este es el mejor momento para reconciliarnos con el pasado y ser libres, para vivir un nuevo año.
Vive con valor. No permitas que el temor sea la emoción que te impulse a tomar decisiones equivocadas en tu vida. Fortalece la confianza en ti mismo y la fe en la Divinidad, de manera que puedas vencer o superar cualquier situación difícil o inesperada a la que te enfrentes. Recuerda que la mayoría de las veces los temores existen sólo en tu mente.
Atrévete a soñar. Tener una meta le da dirección y sentido a nuestros esfuerzos diarios. ¿Cómo te quieres sentir?, ¿cómo quieres vivir?, ¿en qué te gustaría invertir el resto de tu vida? Responder a algunas de estas interrogantes te ayudará a crear un plan de acción. Recuerda sentir pasión por lo que hagas y tener voluntad, disciplina y constancia para convertir tus sueños en realidad.
Siembra paz y amor a tu alrededor. Entrega y comparte lo mejor de ti: una sonrisa, un gesto amable, un acto de bondad, un detalle, una frase amistosa y optimista; esto puede ser suficiente para suavizar, refrescar o fortalecer la vida de alguien. Recuerda que quien te devuelve lo que compartes con los demás es el Universo, y no la persona a quien se lo das.
Asume la responsabilidad de tu vida. Deja de buscar culpables de lo que te pasa; evita sentirte víctima de los demás; ya no te quejes ni te lamentes todo el tiempo. Recuerda que tú eres la causa que genera o atrae las situaciones que te toca vivir. Si quieres mejorar o transformar tu estilo de vida necesitas cambiar algunas de tus creencias, tener pensamientos más optimistas, mejorar tu actitud, vencer algunos de tus temores y ajustar tu comportamiento para que sea el reflejo de tus valores esenciales.
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