Además de poco atractivos, unos dientes amarillentos y con manchas son antihigiénicos. Generalmente, los dientes sucios y poco lustrosos son una señal de poca salud bucal, aunque a veces se debe a que la persona es fumadora y no hay peor cosas que ensucien más los dientes que el humo del cigarrillo.
Cepillado con sal fina y limón: en un recipiente pequeño (no metálico) se coloca una cucharadita de sal fina y se van agregando gotas de limón hasta formar una pasta. Esta preparación tiene buenos resultados para quitar manchas en los dientes, se coloca en el cepillo y se procede cepillando cada diente, poniendo énfasis en los lugares con manchas o zonas más amarillentas. La sal fina actúa como abrasivo y el ácido del limón actúa quitando las manchas. Se debe tener cuidado de no friccionar las encías con esta pasta para no causar irritaciones.
Cepillado con bicarbonato y limón: el bicarbonato es usado comúnmente para blanquear los dientes y puede ser utilizado de varias maneras. Como solución para dientes manchados se utiliza con limón, si los dientes están amarillentos puede ser utilizado solo y si lo que se desea es mantener los dientes blancos, puede ser mezclado con la pasta dental normal y realizar el cepillado habitual con esta mezcla.
Enjuagues con agua oxigenada: se utiliza como enjuague bucal; no usar más de tres veces por semana, se retiene en los dientes por aproximadamente 30 segundos, luego se tira y no se enjuaga. Es conveniente realizar este procedimiento luego de la última cepillada dental, antes de dormir.
La pulpa de fresa: se toma una fresa y se aplasta con un tenedor hasta formar una pasta, luego se coloca sobre el cepillo y se procede a la limpieza de los dientes con un cepillado normal.
Es importante realizar la higiene bucal con paciencia cepillando bien cada diente para evitar que se forme la placa bacteriana, si no se tiene esta precaución la placa se va adhiriendo a los dientes y se transforma en sarro.
Cepillado con sal fina y limón: en un recipiente pequeño (no metálico) se coloca una cucharadita de sal fina y se van agregando gotas de limón hasta formar una pasta. Esta preparación tiene buenos resultados para quitar manchas en los dientes, se coloca en el cepillo y se procede cepillando cada diente, poniendo énfasis en los lugares con manchas o zonas más amarillentas. La sal fina actúa como abrasivo y el ácido del limón actúa quitando las manchas. Se debe tener cuidado de no friccionar las encías con esta pasta para no causar irritaciones.
Cepillado con bicarbonato y limón: el bicarbonato es usado comúnmente para blanquear los dientes y puede ser utilizado de varias maneras. Como solución para dientes manchados se utiliza con limón, si los dientes están amarillentos puede ser utilizado solo y si lo que se desea es mantener los dientes blancos, puede ser mezclado con la pasta dental normal y realizar el cepillado habitual con esta mezcla.
Enjuagues con agua oxigenada: se utiliza como enjuague bucal; no usar más de tres veces por semana, se retiene en los dientes por aproximadamente 30 segundos, luego se tira y no se enjuaga. Es conveniente realizar este procedimiento luego de la última cepillada dental, antes de dormir.
La pulpa de fresa: se toma una fresa y se aplasta con un tenedor hasta formar una pasta, luego se coloca sobre el cepillo y se procede a la limpieza de los dientes con un cepillado normal.
Es importante realizar la higiene bucal con paciencia cepillando bien cada diente para evitar que se forme la placa bacteriana, si no se tiene esta precaución la placa se va adhiriendo a los dientes y se transforma en sarro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario