Otro estudio, esta vez de Suiza, expuso los beneficios de las frutas, las verduras y el alcohol ocasional para ayudar a las mujeres a combatir el ataque cardíaco.
El estudio estadounidense analizó la relación entre la ingesta de cereales para el desayuno y los casos nuevos de insuficiencia cardiaca, en la que el corazón pierde de manera progresiva su capacidad para bombear sangre.
El estudio incluyó datos de más de 21,000 participantes del Estudio de salud de los médicos, a quienes se les dio seguimiento durante casi veinte años.
En comparación con los que no comían cereal integral, los hombres que consumían entre dos y seis porciones a la semana observaron una reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca de 21 por ciento, mientras que los que comían siete o más porciones por semana alcanzaron una reducción del 29 por ciento en el riesgo, según informaron los investigadores en la edición del 22 de octubre de Archives of Internal Medicine.
El efecto se debe, en parte, a los altos niveles de magnesio, potasio y fibra en esos cereales para el desayuno, afirmó el Dr. Luc Djousse, coautor del estudio y profesor asociado de epidemiología del Hospital Brigham and Women's de Boston.
"Nuestra recomendación es que una persona corriente que consuma cereal para desayuno debe evaluar la fibra", observó Djousse. "Al menos cuatro gramos de fibra [por porción], eso debe ser suficiente".
La fibra aumenta la sensibilidad de las células a la insulina, lo que reduce el riesgo de diabetes, mientras que el potasio y el magnesio disminuyen la presión arterial, explicó.
Lo mejor es tomar el cereal al desayuno con leche descremada, apuntó Djousse, "y si desea añadirlo, un trozo o medio trozo de fruta sería bueno".
Aunque en el estudio sólo participaron hombres, "no hay ningún motivo" para que los resultados no apliquen para las mujeres, señaló.
El estudio sueco, llevado a cabo en el Instituto Karolinska de Estocolmo, utilizó un método mucho más amplio respecto a la ingesta alimentaria de más de 24,000 mujeres posmenopáusicas que suministraron información sobre con qué frecuencia consumían 96 alimentos comunes.
El estudio, que aparece en la misma edición de la revista, identificó cuatro patrones de dieta principales, saludable (verduras, frutas y legumbres), occidental/sueco (carne roja, carne procesada, aves, arroz, pasta, huevos, papas fritas, pescado), alcohol (vino, licor, cerveza y algunos refrigerios); y dulces (productos horneados dulces, caramelos, chocolate, mermelada y helado).
En un periodo de seguimiento de 6.2 años en promedio, 308 mujeres sufrieron ataques cardiacos. Sin embargo, dos patrones de dieta, la saludable y el alcohol, se relacionaron con una reducción en el riesgo de ataque cardiaco, apuntaron los investigadores.
Una dieta de bajo riesgo se caracteriza por una alta ingesta de granos integrales, pescado, verduras, frutas y legumbres, un consumo moderado de alcohol, además de no fumar y permanecer físicamente activo y relativamente delgado, concluyeron los investigadores.
"Esta combinación de conductas sanas, presente en el cinco por ciento [de los participantes del estudio], podría prevenir el 77 por ciento de los infartos del miocardio [ataques cardiacos] en la población del estudio", escribió el equipo.
El estudio fue calificado como "una fuente de potestad" por la Dra. Suzanne Steinbaum, directora de mujeres y enfermedad cardiaca del Hospital Lenox Hill de Nueva York, porque "demuestra que la gente tiene la potestad de controlar su salud y puede tomar control, comer de manera apropiada y prevenir el inicio de las enfermedades".
"Este estudio demuestra claramente que está dentro del control de un individuo cambiar su destino y que tiene la capacidad de controlar su salud", afirmó Steinbaum.
"Lo sorprendente es que un estudio de 24,000 mujeres demuestre que una reducción del 77 por ciento es posible", señaló. "¿Qué puede dar más potestad que eso?".
Reconoció que el tema se vuelve menos claro con el exceso de libros que aconsejas distintas dietas. Pero el verdadero camino para la salud a largo plazo "no es tanto hacer una dieta, sino adoptar un estilo de vida saludable", concluyó Steinbaum.
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