lunes, 16 de marzo de 2009

Sobreviviendo a los cambios

“Una hija se quejaba con su padre acerca de la vida. Le decía que estaba cansada de luchar, y a punto de darse por vencida, pues cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro más grave.
El padre la llevó a la cocina y puso tres ollas con agua a hervir, en la primera hecho una zanahoria, en la segunda un huevo y en la tercera unos granos de café. Pasados veinte minutos sacó la zanahoria, el huevo y el café. Mirando a su hija le preguntó: ¿Querida, qué ves?
-Una zanahoria, un huevo y café, fue su respuesta.
Le pidió que tocara la zanahoria, y estaba blanda, luego rompió el huevo y estaba duro, y por último, le pidió que probara el café...
¿Qué significa esto papa?, preguntó mientras disfrutaba del rico aroma de la bebida.
Que estos tres elementos han enfrentado una misma adversidad, el agua hirviendo, y cada uno ha reaccionado en forma diferente. La zanahoria, antes fuerte y dura se tornó débil y fácil de deshacer, el huevo era frágil pero con el agua hirviendo se endureció, y el café transformó el agua hirviente en una rica bebida que reconforta y calienta. ¿Cómo reaccionas cuando la adversidad toca tu puerta?
Como una zanahoria, que aparenta ser fuerte pero se vuelve débil ante la dificultad; o como el huevo, que su corazón suave se endurece ante las penas; o como el café, que cambia a positivo el elemento que le causa el dolor y que reacciona para bien, cuando las cosas se ponen peor”.

A excepción del nacimiento y la muerte, nada en esta vida está garantizado. Lo único que, en verdad, permanece inalterable en este universo es el cambio. Por lo tanto, debemos aprender a convertimos en personas flexibles y optimistas, capaces de adaptarnos a cada situación de cambio que enfrentamos, sobre todo las difíciles, como: las pérdidas, las crisis, los fracasos y las mudanzas por necesidad, y hacerlo con entusiasmo, entereza, adaptabilidad y persistencia, y hasta con sentido del humor.
Debemos convertirnos en una especie de mago, que con nuestra actitud y disposición, cual varita mágica, podamos transformar el miedo en coraje, la apatía en entusiasmo, la frustración en realización, las crisis en oportunidades, los fracasos en aprendizaje, sin afectarnos con las subidas y bajadas de la rueda de la vida.

Cómo sobrevivir a los cambios

Afronta la situación. Ante cualquier evento, por más difícil que este sea, no huyas, enfréntalo y haz cuanto sea necesario para resolverlo. La negación o la evasión son malas opciones cuando se ha sufrido una desgracia, pues sólo agravarán la situación.
Trabaja en la aceptación. Aceptar un fracaso o una pérdida es difícil, pero hay que hacerlo para poder superarlo y empezar de nuevo. Las crisis son épocas duras y difíciles en las que uno se siente privado de toda posibilidad y de toda esperanza. Comprendo el sentimiento que se experimenta frente a una pérdida, pero es muy importante no quedarse atrapado en ella, hay que salir de ahí lo más rápidamente posible. Desahógate, vive tu duelo, llora, quéjate y luego inicia el proceso de curación para que puedas asimilar la situación, resolverla y seguir adelante sin afectación
Nada es tan grave como parece a primera vista. Busca siempre el aspecto positivo de cualquier situación por difícil que sea. Minimiza lo negativo y pondera lo positivo. Está en nuestra naturaleza pensar siempre en lo peor, tenemos la tendencia a ser dramáticos, quítale color a la situación y así será más fácil resolverla
Usa esa inmensa energía. Cuando enfrentamos una situación dolorosa se apodera de nosotros un sentimiento de impotencia y de ira. Aprende a encausarlo para tu propio beneficio. En vez de devolverte contra los tuyos con violencia, usa esa energía para salir del dolor. Olvídate de la venganza, apaga la ira y enciende tu espíritu de lucha
Continúa con tu vida. Una vez vivido el duelo, comienza a reanudar tus actividades cotidianas o emprende alguna nueva. Refúgiate en tu trabajo, distrae tu mente para que no siga recordándote lo sucedido. Haz planes, aprende algo nuevo, lee libros inspiradores o relajantes y rodéate de buenos y alegres amigos
Haz mucho ejercicio. Esto te distraerá de ti mismo y de tus problemas. Corre, haz ejercicio o simplemente baila, esto te ayudará a sentirte mejor físicamente y mejorará tu bienestar emocional, al liberar la ansiedad y las emociones que tienes guardadas adentro. Una simple caminata al aire libre es especialmente balsámica
Trasciende y busca a Dios. Saber que alguien superior nos apoya y escucha, nos ayudará a encontrar la fortaleza y el consuelo necesarios para salir adelante. Dedícate a prestar servicio voluntario y descubrirás, aunque parezca increíble, que ayudar a otros es la mejor manera de ayudarnos a nosotros mismos.

No hay comentarios:

Búsqueda personalizada