viernes, 13 de marzo de 2009

Aquieta tu mente

Cada noche, luchamos tratando de apagar nuestra cabeza de los miles de pensamientos que cruzan por nuestra mente, haciendo que nuestros miedos y preocupaciones se vuelvan más grandes… ¿Cómo podemos, de esta manera, dormir y descansar realmente? ¿Eres consciente del monólogo permanente que ocurre en tu mente?

Es importante apagar nuestra mente a ratos... La mayoría de las veces estás tan ocupado pensando en lo que ya pasó, que no puedes darte cuenta de lo que está ocurriendo ahora. Otras veces tus pensamientos te llevan a preocuparte, imaginando todo lo que puede suceder mañana o la semana que viene, tratando de predecir mentalmente los eventos que ocurrirán en el futuro y que por esta misma razón te inquietan, sin que puedas hacer nada por evitarlos o resolverlos en este momento. Es común que te sientas cansado y agobiado a causa del excesivo trabajo mental que realizas pensando todo el tiempo, dándole vueltas a la misma idea, buscando una salida para resolver una situación que no está en tus manos, o recordándote a ti mismo, silenciosamente, los detalles del momento difícil por el que estás pasando. En fin, haciendo un ruido mental que dispara tus emociones y te quita la claridad que necesitas para reconocer la salida. ¿Alguna vez has experimentado la necesidad de pensar menos y sentir más?

Cuántas veces sucede que llegas a tu trabajo sin recordar en qué momento atravesaste toda la ciudad para llegar ahí; o te ha pasado que sales de la ducha y te preguntas si te echaste champú... Tal vez le has respondido a tu pareja que estarás en un lugar a una hora determinada y no llegas, luego tu pareja te reclama y tú aseveras que no te dijo nada... Estas son algunas de las situaciones que pueden ocurrir cuando no estamos atentos a causa de los muchos pensamientos que casi todo el tiempo llenan nuestra mente. Podemos volvernos tan mentales que nos desconectamos de lo más importante: nuestros sentimientos.

Cuando nuestra mente está completamente llena de información y conceptos es imposible que entre nada nuevo. Aprender a aquietar nuestra mente significa incorporar a nuestra vida parte de la información positiva que hemos acumulado a lo largo de nuestro aprendizaje personal, a hacer silencio interior, para poder conectarnos con nosotros mismos y reconocer nuestros sentimientos, necesidades y anhelos, al mismo tiempo que nos lleve a sentir y escuchar a los demás, sin prejuicio y sin condición.

Cómo bajar la velocidad de nuestros pensamientos
1. Una vez que tengas tu decisión actúa sin temor. Evita revisarla una y otra vez dándole vueltas en tu cabeza. Confía en tu criterio, recuerda que el universo siempre conspira para que todo salga bien... Las decisiones sirven para liberarnos o ponernos en acción.

2. Enfoca tu atención en cada cosa que haces. Cada vez que tu mente te lleve a pensar en algo diferente a lo que estás haciendo, tráela de nuevo reconociendo los detalles del sitio donde te encuentras, o de la tarea que estás realizando ahora. Deja de divagar y concéntrate mentalmente.

3. Acepta lo que no puedes cambiar. Cuando te sientas afectado por una situación que no está en tus manos resolver, practica aceptarla, y luego suéltala. Mientras más vueltas le des en tu cabeza, más angustia experimentarás. Prueba usar tus pensamientos para encontrar la mejor manera de resolverla o delegarla si fuese responsabilidad de otra persona.

4. Practica concentrarte en tu respiración. Cuando por unos minutos decides atender a tu respiración, tomando aire por la nariz y botándolo por la boca, el ritmo de actividad mental baja. Con la práctica irás descubriendo que eres capaz de pasar más tiempo en silencio mental y con la claridad que te permita reconocer tus sensaciones.

5. Vuélvete menos teórico y más practicante. Trabaja internamente para convertir parte de la teoría que tienes acerca de cómo tener una vida plena, en nuevos hábitos y creencias que te lleven a transformar poco a poco, de manera positiva, tu actitud y tu estilo de vida. Recuerda que son nuestras acciones las que reflejan nuestro verdadero crecimiento.

Vamos, deja de pensar por un momento, descansa y renueva tus pensamientos, a ratos se torna importante ¡disfrutar de los buenos momentos!

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