jueves, 19 de marzo de 2009

La influencia de los demás

“Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando, de repente, dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que este era, le dijeron a las que se habían caído que debían darse por muertas.
Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas, mientras las de arriba gritaban que sus esfuerzos eran inútiles.
Finalmente, una de las ranas atendió lo que las demás le decían, se dio por vencida y murió.
La otra, continuó saltando con tanta fuerza como le era posible. La multitud le gritaba que todo era inútil, pero ella seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que, milagrosamente, salió del hoyo. Entonces, todas le preguntaron: ¿no escuchabas lo que te decíamos? La ranita, sonriendo, les dijo: es que soy sorda y cada vez que las veía a ustedes gritar y mover los brazos, pensaba que me estaban dando ánimo para que pudiera salir del hueco”.

Cuando estamos a punto de iniciar un proyecto nuevo o de tomar una decisión importante, generalmente buscamos el consejo o la sugerencia de los demás. Pareciera que necesitamos de la aprobación, el apoyo o la motivación que nos puedan prestar los otros, en especial nuestros seres queridos. Pero, lamentablemente, en la mayoría de los casos, estas personas en lugar de estimularnos y animarnos a seguir adelante, nos contagian con su pesimismo, prejuicios y temores, afectando y confundiendo nuestra motivación inicial. Inclusive,
si la persona tiene cierto poder sobre nosotros, seguramente terminaremos haciendo lo que esta nos sugiera, aunque esto implique abandonar nuestro sueño, sin siquiera haber intentado el convertirlo en realidad.

No tiene sentido que sigamos permitiendo a otros que nos desanimen y nos hagan perder la motivación y la emoción que experimentamos, cuando estamos a punto de tener la oportunidad de conseguir lo que tanto deseamos. Es muy importante que aprendamos a convertirnos en nuestro propio motivador, para contar con la seguridad y el optimismo necesarios para asumir el riesgo de ir por nuestros sueños, cuantas veces sea necesario, y con la misma ilusión y confianza que lo hicimos la primera vez.

No es fácil encontrar personas optimistas, que nos animen y apoyen en el momento en que compartimos con ellos nuestros proyectos y sueños, pero si cuentas con una de ellas, siéntete agradecido y dispuesto a reconocer el beneficio de sus comentarios, compañía y experiencia.

Herramientas

1- Consulta con un profesional. Habla con personas conocedoras del campo en el que se va a desarrollar tu proyecto, concreta tus dudas y, sin afectarte por ellas, busca aclararlas.
Eres tú quien elige buscar y escuchar a las personas que van a influir en la toma de tus decisiones, por eso es importante que lo hagas tomando en cuenta todo lo positivo que éstas puedan aportar con su entusiasmo, experiencia, conocimiento y optimismo hacia tu proyecto. Evita compartir tu sueño con personas que no tienen relación con él.
2- No le des poder a los demás sobre tí . Recuerda que ninguna persona puede dominarte o manipularte para que hagas lo que ellos quieran, a menos que tú le des la autoridad para hacerlo. Busca la independencia emocional y conviértete en tu principal motivador.
3- Aléjate de las personas negativas. Evita la compañía de personas pesimistas, que siempre están compartiendo sus temores y prejuicios con los demás. Reúnete con personas alegres, optimistas y entusiastas que estén dispuestos a apoyarte o a compartir contigo sugerencias y experiencias con la intención de ayudarte a crecer y a conseguir tu éxito.
4- No claudiques. Sin importar cuantos obstáculos te encuentres en el camino hacia la consecución de tus metas, no abandones. Recuerda que el elemento importante que influye en el éxito de otras personas es la perseverancia. Cuando tropieces con el fracaso, hazlo parte de tu crecimiento y toma todo lo positivo que pueda darte para continuar en tu camino. Ajusta el rumbo si fuese necesario.
5- Desarrolla la voluntad. Este es el combustible necesario para ponerte en acción y para conseguir tus metas. Puedes activar la voluntad, sólo si te valoras lo suficiente y consideras que realizar ese cambio o tomar esa decisión o hacer un trabajo es importante y beneficioso para ti. ¡Ese es el secreto!
Confía en ti, en tu capacidad, en tus cualidades y experiencia para conseguir tus objetivos. Sonríe y enamórate de tu sueño, pues sólo con pasión y determinación podrás realizar el trabajo necesario para insistir, una y otra vez, hasta alcanzarlo

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