“Por largo tiempo parecía que mi vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad, pero siempre encontraba un obstáculo en el camino, algo que tenía que resolver primero, algún asunto por terminar, un tiempo que esperar, una deuda que pagar, hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida.
No hay camino para la felicidad, pues la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento y mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, recordemos que el tiempo no espera por nadie.
No esperes más, el momento es ahora, no tienes que esperar a que tengas tiempo, a que se presente la oportunidad, al próximo mes, hasta tener hijos, hasta comprar esa casa, hasta que salgan de la escuela, hasta el viernes, hasta la primavera.
No olvides, siempre trabaja como si necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo. La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora mismo”.
Ultimamente estoy haciendo el trabajo consciente de poner atención a la mayoría de las cosas que suceden en mi vida. Esto significa que estoy más dispuesta a reconocer las actitudes, los hábitos o los pensamientos que me impiden disfrutar de todos y cada uno de los eventos cotidianos. He descubierto que la mayoría de mis amigos y las personas con las que más comparto han ido perdiendo la capacidad de disfrutar el momento, inclusive de reconocer el valor de los placeres sencillos del día a día, justificando esta actitud con un exceso de responsabilidades, pendientes, falta de recursos económicos y, por supuesto, de tiempo… Pero, en realidad, lo que nos sucede a la mayoría de nosotros es que vamos convirtiéndonos en adultos programados y estructurados, acostumbrados a vivir hacia fuera, atemorizados por el futuro, pendientes sólo de las cosas que suceden con intensidad, aunque estas sean negativas. Olvidando el niño sensible que siempre habitó dentro de nosotros y que es una parte esencial de quienes somos realmente.
Lo único que no debemos olvidar es nuestra capacidad de disfrutar al máximo cada momento o situación de vida, no podemos postergar nuestra decisión de ser felices ahora, independientemente de que todavía tengamos metas y sueños por alcanzar, o de que pensemos que nos hacen falta ciertas cosas para conseguir la felicidad. Disfrutar no es sólo pasarla bien o que las cosas te salgan como tú quieres, en realidad lo que implica es que te sientas bien contigo mismo, con los demás, con lo que haces, con el lugar donde te encuentras en este momento… Puedes aprender a vivir el momento con pasión y a disfrutar de todo lo que tienes, no le permitas a tu mente llena de prejuicios, temores o ideas limitantes, que te impida hacerlo.
Claves para disfrutar la vida
Vive el momento. Cada vez que tu mente te lleve a preocuparte por el futuro, tráela de vuelta al presente. Atiende con todos tus sentidos lo que sucede en el momento, disfrútalo si es bueno, y si no, toma lo mejor sin dejarte afectar y aprende la lección que lleva consigo.
Serena tus emociones. Aprende a aquietar tus emociones y a no dejarte atrapar por ninguna de ellas. Un poco de ejercicio, contarle a una persona de tu confianza lo que te pasa, hacer alguna actividad creativa, pasar tiempo al aire libre, puede ayudarte a recuperar tu balance emocional.
No te amargues por pequeñeces. No le des importancia a las cosas que en realidad no la tienen. Aprende a minimizar las situaciones negativas que no representan ninguna gravedad y que se pueden solucionar. Acepta lo inesperado en tu vida y búscale el lado positivo.
Rompe la rutina. Atrévete a hacer algunas cosas diferentes. Puedes cambiar la vía que usas para ir al trabajo o a tu casa cada día, incorporar pequeños momentos de ocio para compartir con tus seres queridos o con un amigo, levantarte más temprano y hacer un poco de ejercicio, o inscribirte en un curso de relajación, pintura o yoga el fin de semana.
Vive con pasión. Descubre qué es lo que te motiva y hace que suba tu entusiasmo y practícalo. Haz un inventario de tus cualidades y apóyate en ellas para iluminar tu vida. ¡Vence el desánimo, el pesimismo y la apatía! Renueva las ganas de vivir.
Cambia tus hábitos negativos. ¡Tú eres la única persona que puede cambiar tu estilo de vida! Anímate a superar aquellos hábitos negativos que te impiden sentirte bien y disfrutar la vida. Valórate y quiérete más, para que tengas la voluntad, el valor y la determinación que necesitas para aumentar tu calidad de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario