“EN EL BOSQUE HABITABAN el rey de los cuervos y el rey de los búhos, cada uno con su respectiva legión. Siempre habían compartido la paz del bosque, pero cierto día los dos se encontraron y empezaron a intercambiar impresiones. El rey de los cuervos preguntó: ¿Por qué tú y tu legión de búhos trabajáis por la noche?
El búho, sorprendido, replicó: Sóis vosotros los que trabajáis por la noche. Nosotros lo hacemos de día. Así que no mientas.
Y los dos reyes se enredaron en una discusión, convencidos ambos de que trabajaban de día. La discusión adquirió tal carácter de violencia que ambas legiones se disponían a entrar en combate. Cuando apareció un apacible cisne que al saber de la pelea, dijo: “Calmaos todos, queridos amigos. Y dirigiéndose a los reyes, agregó: No debéis en absoluto pelear, porque los dos tenéis razón. Desde vuestra perspectiva, los dos trabajáis de día”.
Lo más importante a tener presente en una relación de pareja es que somos diferentes. Cada uno de nosotros tiene una visión, una opinión y un punto de vista distinto, basados en su propia experiencia o en lo que sus padres y las figuras de afecto y autoridad le enseñaron a lo largo de su vida. Por eso cuando nos relacionamos con otro, casi siempre el análisis y la respuesta que damos a una situación es distinta. El problema se inicia al momento en que uno de los dos insiste en resaltar las diferencias que existen entre los dos o quiere invalidar el punto de vista del otro, y para ello se vale de cualquier argumento o artimaña, hiriendo los sentimientos y la autoestima de la pareja, sin darse cuenta de que esto, más tarde que temprano, convertirá a la otra persona en alguien pasivo, que evite compartir sus opiniones y expresar sus ideas por temor al rechazo o a la actitud crítica y hasta agresiva de su pareja.
Para evitar conflictos y enfrentamientos constantes con tu pareja lo primordial es no tomar nada de lo que suceda durante la conversación de manera personal. No debes dejarte enganchar y afectar por sus comentarios, por su actitud y comportamiento, especialmente si está alterada y lo que busca es encenderte para iniciar una pelea que, al final, le haga sentir justificada en su reacción. En una discusión ambos pierden, porque ya sea que uno de los dos la inició y el otro la continuó, al final ambos quedarán heridos y afectados.
De vez en cuando es conveniente ceder el control, el poder o la gerencia de la relación, del proyecto o de una conversación, en aras de obtener la armonía, la tranquilidad y el bienestar de la relación. No necesitas probarle ni a tu pareja ni a los demás cuánto sabes.
Comparte la razón con frecuencia, aun cuando pienses que tienes la razón la mayor parte del tiempo. Apagar tu mente y escuchar con atención y sin prejuicios a la otra persona te permitirá conocer su punto de vista, sus razones y hasta la visión que tiene de una situación en particular. Por el hecho de que tengamos diferentes puntos de vista no necesariamente significa que alguno de los dos, o ambos, estemos equivocados.
Querer cambiar a la otra persona, inclusive hasta el punto de criticar y corregir sus comentarios, actitudes y comportamiento la mayor parte del tiempo, significa que ignoramos su identidad y su derecho a ser quien es. Además, forzarlo a actuar y a pensar como lo haríamos nosotros, lo hará perder la confianza en sí mismo y el sentido de identidad.
Hagamos la prueba, cambiemos nuestra actitud y comportamiento negativos, evite-mos estar a la defensiva, ayudémonos con la respiración para liberar las emociones que se concentran en nuestro pecho o en la boca del estómago y que son el disparador de nuestras reacciones más comunes. Decidamos que mantener la armonía en nuestra relación es mucho más importante que responder con el ego, para unos minutos después sentirnos doblemente mal por lo que dijimos y sentimos, y por lo que nos hicieron. No nos dejemos arrastrar hacia ese rincón oscuro donde lo único que podemos sentir es vacío, resentimiento y malestar.
En una relación debe existir espacio suficiente para la expresión de nuestras diferencias individuales, y a menos que éstas vayan en detrimento de nuestra dignidad, bienestar o de la vida, el amor y el respeto hará que podamos aceptarnos y apoyarnos mutuamente, al sumar nuestras capacidades, experiencias y conocimientos individuales.
Algunas claves para mejorar
la comunicación en la pareja
l Construyan un acuerdo que les permita tomar en cuenta la posición de los dos y hagan el compromiso de cumplirlo.
l Eviten caer en los insultos, piensen por unos segundos en como se sentirá la otra persona unos minutos más tarde.
l Concéntrense en los aspectos positivos de la relación y rescaten los elementos afines entre los dos. Si están llenos de estrés, eviten conversar sobre asuntos personales.¡Las diferencias personales pueden enriquecernos y favorecer nuestro crecimiento y madurez!
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