Anorexia y perfeccionismo corporal suelen ir agarrados de la mano en muchísimos casos, por lo cual creemos muy importante e interesante hacer una buena prevención. Entender por qué el perfeccionismo corporal nos puede llevar a la anorexia y el cómo evitarlo es vital.
Hoy día se habla mucho de la anorexia y la bulimia y en general de los trastornos de la alimentación, pero lo que muchas veces se desconoce es la relación de la anorexia con la búsqueda del perfeccionismo en nuestro cuerpo y la autoexigencia extrema.
La moda por la delgadez no es el único factor que ha influido para que hoy en día cada vez se den más casos de jóvenes, en particular de sexo femenino, con trastornos de alimentación de uno u otro tipo. De hecho, el perfeccionismo es uno de los mayores factores de riesgo con este tipo de problemas, ya que es una idea que influye en todos los aspectos de la vida, y es como si al manejar una falsa idea de perfección, no fuese la persona, la mujer, lo suficientemente válida o buena.
Esto se ve en cada una de las facetas de la vida de las personas con anorexia, se vuelven extremadamente exigentes consigo mismas, no solo luchan por verse bien en el espejo y tener un cuerpo perfecto, además, en sus estudios y en el trabajo se tornan obsesivas y tratan de hacer más horas que los demás.
Viendo el problema, habría que plantear algunas alternativas frente a este perfeccionismo extremo que nos libere de esa presión y que, por otra parte, nos ayude a valorarnos a nosotros mismos. Algunas sugerencias al respecto serían las siguientes:
- No extralimites tus objetivos personales, valórate por lo que eres. Los éxitos no dependen sólo de uno mismo, también influyen factores externos y por lo tanto el lograrlos o no, no siempre dice algo de uno mismo.
- Disfruta no sólo cuando alcances los logros, sino durante todo el camino que conduce a ellos; de este modo, podrás valorar cada instante.
- Recuerda que el ser humano es imperfecto, cometemos errores y no por eso somos menos, hay que contar con ello.
Sé tolerante con tus errores; como decimos: es normal cometerlos.
Las cosas son mejor hacerlas de un modo u otro, en lugar de esperar a mover la ficha cuando tengo la certeza de dar en el clavo. Actuando de esta última forma no aprenderé de los errores y tendré pocas oportunidades de llevar a cabo diversas actividades, ya que las cosas se aprenden haciéndolas.
Hoy día se habla mucho de la anorexia y la bulimia y en general de los trastornos de la alimentación, pero lo que muchas veces se desconoce es la relación de la anorexia con la búsqueda del perfeccionismo en nuestro cuerpo y la autoexigencia extrema.
La moda por la delgadez no es el único factor que ha influido para que hoy en día cada vez se den más casos de jóvenes, en particular de sexo femenino, con trastornos de alimentación de uno u otro tipo. De hecho, el perfeccionismo es uno de los mayores factores de riesgo con este tipo de problemas, ya que es una idea que influye en todos los aspectos de la vida, y es como si al manejar una falsa idea de perfección, no fuese la persona, la mujer, lo suficientemente válida o buena.
Esto se ve en cada una de las facetas de la vida de las personas con anorexia, se vuelven extremadamente exigentes consigo mismas, no solo luchan por verse bien en el espejo y tener un cuerpo perfecto, además, en sus estudios y en el trabajo se tornan obsesivas y tratan de hacer más horas que los demás.
Viendo el problema, habría que plantear algunas alternativas frente a este perfeccionismo extremo que nos libere de esa presión y que, por otra parte, nos ayude a valorarnos a nosotros mismos. Algunas sugerencias al respecto serían las siguientes:
- No extralimites tus objetivos personales, valórate por lo que eres. Los éxitos no dependen sólo de uno mismo, también influyen factores externos y por lo tanto el lograrlos o no, no siempre dice algo de uno mismo.
- Disfruta no sólo cuando alcances los logros, sino durante todo el camino que conduce a ellos; de este modo, podrás valorar cada instante.
- Recuerda que el ser humano es imperfecto, cometemos errores y no por eso somos menos, hay que contar con ello.
Sé tolerante con tus errores; como decimos: es normal cometerlos.
Las cosas son mejor hacerlas de un modo u otro, en lugar de esperar a mover la ficha cuando tengo la certeza de dar en el clavo. Actuando de esta última forma no aprenderé de los errores y tendré pocas oportunidades de llevar a cabo diversas actividades, ya que las cosas se aprenden haciéndolas.
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