lunes, 12 de mayo de 2008

El entrenamiento da forma tanto a los músculos como al corazón














El ejercicio puede modificar estructuralmente el corazón de los atletas, según el tipo de entrenamiento que realizan.

Un equipo de investigadores en Estados Unidos halló que en los atletas de resistencia aumentaba el tamaño de los ventrículos izquierdo y derecho después de 90 días de entrenamiento en equipo.

En tanto, en los atletas de fuerza crecía excesivamente el tamaño del ventrículo izquierdo, pero no registraban cambios en el derecho. Y mientras la capacidad del ventrículo izquierdo de relajarse entre latidos (función diastólica) mejoraba en los atletas de resistencia, empeoraba en los de fuerza, indicó el equipo dirigido por el doctor Aaron L. Baggish, del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Estudios pequeños habían hallado que el ventrículo izquierdo, que es la principal cavidad de bombeo del corazón, está agrandado en los atletas, aunque no existen estudios sobre cómo el ejercicio modifica la estructura del ventrículo derecho. Se desconoce también si la actividad física en sí cambia la estructura cardíaca o si las personas con el ventrículo izquierdo agrandado son más propensas a ser atletas.

Para investigarlo, el equipo estudió a 40 atletas de resistencia y a 24 de fuerza, a los que les controló el corazón con electrocardiografía antes y después de 90 días de entrenamiento en equipo. El grupo de resistencia incluyó a remeros de larga distancia masculinos y femeninos, mientras que la otra cohorte estaba integrada por jugadores de fútbol.

En ambos grupos se registró un crecimiento del ventrículo izquierdo, pero los atletas de resistencia tuvieron además una mejor función diastólica en el ventrículo izquierdo más el agrandamiento y una mejor contracción y relajación de las dos cavidades inferiores del corazón o en el las superiores (atria). Pero los atletas de fuerza ya tenían hipertrofia (crecimiento excesivo) muscular en el ventrículo izquierdo y menor función diastólica, sin otros cambios funcionales.

Estos resultados "refutan sólidamente" la idea de que las personas pueden ser atletas competitivos según su estructura cardíaca y demuestran que es el entrenamiento atlético la causa del "corazón de atleta", escribieron los autores. Los resultados indicarían también el camino para realizar recomendaciones individualizadas de rehabilitación y ejercicio recreativo para los cardíacos, finalizó el equipo.

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