martes, 24 de febrero de 2009

Hacerlo y hacerlo bien

“Juan trabajaba en una empresa hacía dos años, nunca había sido amonestado y cumplía su trabajo con normalidad. Cierto día, buscó al gerente para hacerle un reclamo:

-Señor, trabajo en la empresa hace dos años, pero siento que usted me ha dejado de lado. Mi compañero ingresó hace solo seis meses y ha sido promovido a supervisor. Y mostrando cierta preocupación le dijo: -Juan, antes de contestarte quisiera que me ayudases a resolver un pequeño problema. Quiero dar fruta en el almuerzo de hoy. Averigua en la tienda de enfrente si tienen frutas frescas. Juan se esmeró en cumplir el encargo y en cinco minutos estaba de vuelta.

-Sí señor, tienen naranjas para la venta.

-Y ¿cuánto cuestan?

-Disculpe pero no pregunté.

-OK. ¿Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?

-Tampoco pregunté eso.

-¿Hay alguna fruta que pudiera sustituir la naranja?

-No lo sé señor, pero creo que...

-Bueno siéntate un momento.

El gerente cogió el teléfono y le encargó al compañero de Juan y en diez minutos estaba tocando la puerta. El gerente le preguntó:

-Bien Fernando, ¿qué noticias me traes?

-Señor, en este momento tienen naranjas, las suficientes para atender a todo el personal, pero si prefiere, en media hora están llegando melones y mangos. Aquí tiene la lista de los precios de cada fruta y me dicen que si compro por cantidades, nos darán un descuento. Dejé separadas las naranjas, pero si usted escoge otra fruta, debo regresar para confirmar el pedido.

-Muchas gracias, Fernando.

-Entonces se dirigió a Juan que aún seguía allí:

-Disculpa Juan, ¿en que estábamos?

-En nada señor, con su permiso”.

Este relato nos recuerda, que hay muchas personas que se conforman con hacer el mínimo que se les pide, sin atreverse a ir más allá con la intención de aportar y mostrar excelencia y pasión en su trabajo.

El mundo se ha contagiado por una enfermedad llamada mediocridad, queremos tenerlo todo sin hacer esfuerzo alguno: riqueza, amor, salud, figura… Y además, rápido, fácil y sin riesgo. Tenemos que recuperar la conciencia, de que sólo a través del esfuerzo (trabajo y voluntad) podemos alcanzar las metas cualesquiera que ellas sean.

El fracaso tiene mil excusas y el éxito no requiere explicación. El mediocre siempre está buscando una justificación para su fracaso, para asumir el papel devíctima. Evitemos decir: “Ese no es mi problema” o “A mi no me pagan para hacer eso”. Digamos: “¿Qué puedo hacer para resolverlo?”, “Yo me encargo, yo puedo hacerlo”. Aprendamos a ver una oportunidad donde antes sólo veíamos un problema. Pensemos: “Es difícil, pero se puede hacer”, y no: “Se podría hacer, pero es muy difícil”. Hay una gran diferencia.

Algunas de las características básicas de las personas exitosas son: No suponer, ir siempre un poco más allá, realizar su trabajo con excelencia, hacer más de lo que le pagan por hacer, ser perseverantes, comprometidos y responsables… Esto los convierte en personas triunfadoras y plenas.

Vale la pena seguir haciendo el esfuerzo de hacer las cosas con excelencia, a la larga siempre paga y hace que la prosperidad y el bienestar se mantengan junto a nosotros.

Vive la diferencia, entrega siempre lo mejor de ti sin límites y con entusiasmo, así la abundancia lloverá para ti. Cuando alguien te pida que lo acompañes un kilómetro, acompáñalo dos.

No creas que te estafan si haces más, por el poco dinero que te pagan, la vida que es justa y se encargara de hacerte sentir recompensado con creces en el futuro. Recorrer un kilómetro más es un privilegio, y deberás hacerlopor iniciativa propia; no lo evites, pues si lo haces la responsabilidad de tu fracaso será enteramente tuya.
No seas parte de esa mayoría que siempre busca el camino fácil, el atajo, la llamada de la suerte que llegará en cualquier momento y sin tener que trabajar; porque en un universo donde nada es gratis y todo obedece a una ley de merecimiento, quienes esperan que así sea, se encontrarán perdidos para siempre.

¡Huye de la mediocridad y aspira a una vida mas digna y feliz!

Herramientas:
Siempre da un paso más allá: Haz siempre más de lo que se te pide o se espera de ti. Busca las herramientas, el conocimiento o la forma de alcanzar tus metas.

No seas conformista: Ciertamente aspirar a más sin estar preparados para disfrutarlo y sin saber si vamos a poder manejarlo puede ser equivocado, pero permanecer estancados sin atrevernos a conseguir nuestro éxito y realización personal puede ser muy frustrante.

Evita suponer: Si imaginar lo que puede suceder, lo que te van a responder, o lo que vas a obtener producto de tu esfuerzo, siempre va a acompañado de una imagen negativa, te sugiero que evites suponer y te asegures antes de tomar una acción.

Hazlo con excelencia: Siente amor por lo que haces, cuida los detalles, reconoce el valor y la importancia de que lo que estás haciendo y concéntrate siempre a hacerlo de la mejor manera.

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