Era un humilde leñador que siempre cortaba madera en el mismo bosque, desde hacia años. Vivía muy pobremente y apenas podía alimentar a los suyos, a pesar de que trabajaba desde el amanecer hasta el anochecer. Cierto día le apareció un ermitaño y le dijo: Amigo leñador, siempre sigue adelante.
En aquel momento el leñador no le prestó especial atención a esas palabras, pero al día siguiente, al acudir al bosque, las recordó y decidió avanzar un poco más. Así, encontró un bosque de árboles de madera de sándalo, la madera más cara y apreciada, exquisita y olorosa. Pero unos días después recordó otra vez el consejo del ermitaño, siguió adelante encontró una mina de plata. Así consiguió medios para alimentarse mejor a sí mismo y a su familia.
Una semana después, vinieron de nuevo a su mente las palabras del ermitaño y decidió adentrarse más en el bosque con todo el esfuerzo que significaba. Entonces halló una mina de oro y se convirtió en un hombre muy rico.
Hay momentos en la vida en los que nos sentimos profundamente desanimados y nos preguntamos si en realidad han valido la pena todos los esfuerzos que hemos realizado en busca de nuestros sueños, pensamos en lo equivocados que estuvimos durante todo el tiempo en que creímos tener el conocimiento, las herramientas y la experiencia necesarios. Caemos en este estado, después de llegar a una conclusión de haber fracasado, porque el resultado o la recompensa que esperábamos no llegó… Pero, ¿seremos realmente perdedores? ¿Se habrá perdido el esfuerzo, el trabajo o el empeño que pusimos para lograr nuestro objetivo?
Si eres una persona luchadora y optimista, te tomará un corto tiempo responder: ¡No!
Tal vez no hayamos alcanzado exactamente lo que buscábamos, pero en cambio obtuvimos una serie de resultados que han favorecido nuestro aprendizaje, nos han dado madurez y nos han preparado para seguir trabajando para alcanzar nuestros sueños.
La historia de personas exitosas está llena de experiencias fallidas, que los hicieron sentirse fracasados en muchos momentos, pero los elementos que hicieron la diferencia en sus historias personales fueron la pasión, el empeño, la determinación, la voluntad, el valor, el entusiasmo y la certeza de que, en algún momento, lograrían su propósito.
Nunca abandonaron sus caminos, porque en lugar de vivir para cumplir el sueño de otros, lo hicieron para alcanzar los suyos.
Lo primero que yo hago cuando me siento así es distraer mi mente, suspender de alguna manera esa tempestad de pensamientos negativos que tambalea mi seguridad, salgo; tomo aire fresco, miro a mi alrededor, o me pongo a cocinar, que es una de las actividades que más me relajan y me ponen creativa, evito a toda costa darle vueltas en mi cabeza a cualquiera de esos pensamientos de fracaso e impotencia.
La vida es una escuela, donde más importante que el logro en sí es aprender y crecer. Si no hemos sido capaces de salir fortalecidos y mas optimistas de cualquiera de las situaciones difíciles que hemos vivido, ha sido porque las negamos, nos resistimos o todavía estamos atrapados en ellas, aun cuando ha pasado un cierto tiempo. ¡Vamos! Sal de ahí, toma mi mano y levántate una vez más… ¡Tú puedes hacerlo! Siempre y cuando te des la oportunidad de hacerlo para mantenerte activo y motivado, hasta encontrar un nuevo sendero que te lleve eficientemente a conseguir tu sueño. ¡No claudiques!
l Determinación. Cada obstáculo es un reto y una oportunidad de mostrar tu determinación, enfréntalo con un espíritu indomable hasta vencer
Compromiso y trabajo. Para que con voluntad y trabajo logres lo que quieres alcanzar, sin buscar atajos
Actitud positiva. A pesar de lo intensa que sea la tormenta y la presión por los conflictos, mantén la calma y asume una actitud entusiasta, busca siempre el mejor camino para continuar
Pasión. Para vivir intensamente lo que quieres y deseas, para hacer de cada situación una aventura apasionante y de cada acción, una obra magistral
Visión de futuro. Tener un ideal, una estrella que alcanzar, una razon mas para vivir
Fe y espíritu de superación. Confía en la Presencia Divina presente en ti, y con una fe inquebrantable enfrenta tu vida, haciendo tu mejor esfuerzo, con la certeza de que no habrá obstáculos que no puedas superar.
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