Manzanilla milagrosa
Desde hace unos cuatro mil años esta planta medicinal ha ayudado a la humanidad a aliviar algunos de sus padecimientos gracias a sus comprobadas cualidades terapéuticas. Una pequeña florecita que nunca debe faltar en la despensa. Idalia De León
La manzanilla es una planta medicinal infaltable en la despensa. Muchos son los adjetivos que se le pueden atribuir a esta herbácea como también son numerosos los que se han beneficiado con sus virtudes. Generosa, útil y saludable. Desintoxicante, antiespasmódica y analgésica.
Tres maneras de llamarla: camomila, chamomilla o manzanilla, esta última es la denominación más común, y responde a la similitud que guarda su olor con la manzana. Su nombre científico, Matricaria recutita, suministra otro dato sobre la planta, pues matricaria es un vocablo latino que significa útero; y de allí su asociación con el hecho de que la manzanilla sirve para tratar los malestares que padecen mensualmente algunas mujeres con la llegada de la menstruación.
La manzanilla se identifica fácilmente por su parecido con la margarita; sin embargo, aunque sus flores son más pequeñas que las de la popular flor silvestre, guarda los denominados principios activos o compuestos que coadyuvan en la curación de muchas afecciones del organismo. Por ejemplo, la camomila es fuente de ácido salicílico y de vitamina C.
Esta hierba llegó a las costas americanas procedente del sudeste de Europa y de Asia Menor, regiones en donde se explotaban las virtudes de esta planta desde mucho antes de la era cristiana. Por ejemplo, se sabe que desde comienzos de la historia, el hombre supo que ingerir té de manzanilla le aliviaba trastornos digestivos tales como gastritis, disentería, cólicos e indigestión.
Sus cualidades como cicatrizante ya eran reconocidas durante el siglo XVI, y era muy utilizada por los campesinos, quienes encontraban en esta planta la panacea para sus dolores musculares, y para lavar y cicatrizar heridas pequeñas. La medicina ortodoxa no niega sus virtudes y la recomienda en casos de gota, malaria y reumatismo.
Mil y un beneficios
Para uso externo, la manzanilla atiende diferentes tipos de afecciones. El acné, heridas y ampollas, encuentran alivio al aplicarse compresas en la zona afectada. Igualmente, una infusión de manzanilla actúa como enjuague bucal y como analgésico en caso de dolor de muelas, para lo cual se debe ingerir la infusión a temperatura fría.
La delicada zona de los ojos no se escapa de obtener remedio a los males que los aquejan, debido a que la manzanilla posee agentes antiinflamatorios y antisépticos. Los molestos orzuelos, cansancio en la vista y alergias, pueden desaparecer si se coloca una gasa empapada en infusión de manzanilla durante 15 minutos.
Por otra parte, los pediatras suelen recetar aguas de manzanilla para aliviar la pañalitis, y para limpiar la lagañas que frecuentemente presentan los bebés. El común de la gente suele recomendar beber el té de esta hierba en casos de flatulencia y digestiones pesadas; aunque la manzanilla cumple su más famoso rol al momento de combatir los dolores menstruales. En este caso, el consejo de la abuela receta preparar una infusión de seis flores por una taza de agua, y beberla tres veces al día. Una utilización menos medicinal y que apunta hacia lo estético, destaca a la manzanilla por su cualidad para aclarar de manera natural los cabellos castaños. Otra aplicación, esta vez orientada a atender el sistema nervioso, recomienda baños de agua de manzanilla para atender los síntomas físicos de la depresión.
Se dice que el reumatismo, los dolores ocasionados por la ciática, así como la hinchazón y dolores de los pies, se mejoran aplicando fricciones durante un par de horas.
A pesar de los comprobados y múltiples beneficios de esta planta, se deben tomar en cuenta algunas contraindicaciones, pues, en escasas ocasiones, los efectos de la manzanilla no son inocuos. Las personas alérgicas a las plantas familia de las Asteraceae (crisantemos, por ejemplo) deben abstenerse de ingerir brebajes de manzanilla. Se tiene certeza de que puede ocasionar, en algunos individuos, constricción bronquial y alergias en la piel cuando se utiliza como cataplasma. Igualmente, no se recomiendan tratamientos muy prolongados con esta planta debido a que podría ocasionar problemas digestivos. Se han registrado casos, por otro lado, de personas que han excedido el consumo de manzanilla y han presentado estados de nerviosismo e insomnio. Sin embargo, es bueno saber que, en general, la manzanilla no ocasiona trastornos de ningún tipo y que tampoco está contraindicada a mujeres embarazadas o que estén amamantando.
Reconózcala
Su olor le recordará al de la manzana, de allí su nombre. Pero si la quiere reconocer por su aspecto, es una hierba que no alcanza a medir más de 40 centímentros de altura. Se caracteriza por tener un tallo liso y generoso en ramificaciones. Sus hojas son de color verde oscuro y las acompañan grupos de florecitas blancas cuyos pétalos se ubican alrededor de un botón amarillo (al igual que las margaritas).
Cuenta una antigua leyenda que, en los países europeos, la recolección de esta planta debe efectuarse al inicio del verano; es decir, en la víspera de las fiestas de San Juan que se celebran el 24 de junio, debido a que si se efectúa después, se corre el riesgo de que las "brujas" orinen sobre las plantas destruyendo sus propiedades medicinales y su característico olor.
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