Ojo con esto
Según la Organización Mundial
de la Salud cada cinco segundos
una persona adulta pierde la visión en el planeta y cada minuto sucede
lo mismo con la población infantil. Sólo la prevención podría disminuir estas cifras. Este artículo revela información que puede ser de su interés.
Con frecuencia cuando sentimos algún malestar físico lo primero que hacemos es huir del médico como de la peste. Quizás tenemos miedo de escuchar algo que nos asuste o que pueda no tener solución y el sólo pensamiento nos hace correr muy lejos del especialista, o ignorar el síntoma, hasta que este no nos deja vivir en paz.
Todo esto es humano y comprensible, pero lo cierto es que muchos de los temores que tenemos podrían ser sólo fantasmas si tomamos en cuenta la palabra mágica: prevención.
La vista, como sentido que nos permite aprehender el mundo y relacionarnos de múltiples formas con nuestro entorno es un recurso más que valioso. Todas las actividades que realizamos a diario, las habilidades que adquirimos y, de alguna manera, buena parte de nuestro crecimiento en el mundo, dependen de nuestros ojos. Desde el punto de vista fisiológico y de acuerdo a múltiples estudios 85% de nuestro desarrollo cerebral está relacionado con el sentido de la visión.
Por estas y muchas otras razones, todo el cuidado que prestemos a nuestra vista será recompensado con una mayor calidad de vida.
El que tenga ojos... La ceguera, concebida como la consecuencia de ciertas enfermedades visuales y caracterizada por una limitación parcial o severa de la función visual, es temida por todos. Y es que aunque no haya una incapacidad total para ver, si la percepción visual es de muy bajo nivel, puede discapacitar a un individuo para la realización de sus tareas. Se habla, entonces, de la ceguera laboral o profesional.
No hay muchos especialistas que en Venezuela se encarguen del área de prevención de la ceguera. Quizás se pone mayor énfasis en la medicina curativa. Mientras tanto en países más industrializados lo que se maneja hoy en día es la medicina preventiva desde todo punto de vista.
“Hay que comenzar por saber de qué está enferma una comunidad, en este caso en relación con la visión —enfatiza la doctora Magally Hernández de Belisario, médico oftalmólogo y coordinadora del Grupo de Prevención de Ceguera de la Sociedad Venezolana de Oftalmología (SVO)—. De hecho, cuando se dice que mundialmente hay un estimado de 45 a 50 millones de ciegos (personas que no pueden ver por los dos ojos, incluso con el uso de lentes), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos encontramos con cifras que hay que tomar en cuenta para no llegar a tragedias aún mayores si puede hacerse algo”.
A esta cantidad debe sumársele la correspondiente a los 135 millones de personas que a nivel mundial tienen déficit visual. Si sumamos estas dos cifras nos encontramos con un estimado de casi 200 millones de personas en el mundo que no ven bien. A continuación hemos elaborado un trabajo que le permitirá orientarse para evitar, en la medida de lo posible, formar parte de estas estadísticas.
Un trío que no nos deja ver. Las tres enfermedades que a nivel mundial contribuyen mayormente a la ceguera son: la catarata, el glaucoma y la retinopatía diabética. Nada más escuchar los nombres, podemos comenzar a parpadear de los nervios, pero no se preocupe, si acaso padeciera de ellas una buena estrategia preventiva le dará tranquilidad y la posibilidad de saber que la solución puede estar al alcance de su mano.
1. La catarata. ¿Qué es? Se produce por un proceso de “opacificación” del cristalino. Este último es una especie de lente que se encuentra en el ojo y que en principio es totalmente transparente. Sin embargo, con el paso de los años se va volviendo opaco. ¿Por qué el cristalino sufre esta transformación? Porque es uno de los órganos que crece durante toda la vida. Es como una especie de cebolla diminuta, cuyas capas se van multiplicando progresivamente.
La catarata ocupa actualmente 50% dentro de las causas de ceguera global. Esta enfermedad puede ser determinada de manera sencilla por un especialista experto en la materia, y una vez hecho el diagnóstico el paciente entra en la fase de lo que se llama ceguera recuperable. Si nada más se operaran todos los pacientes ciegos por cataratas en el mundo, la cifra de ceguera total debería bajar en un aproximado de 25 millones.
¿Cuáles son sus síntomas? Existen muchos tipos de catarata, pero la que realmente conforma ese 50% es la que va asociada a un proceso normal de envejecimiento y que es recuperable a través de una intervención quirúrgica. Es decir, toda persona después de los 40 años puede sentir que su cristalino comienza a opacarse, debido a que el mismo ya no filtra la luz como lo hacía antes, y llega un momento en el que puede causar ceguera total.
El síntoma fundamental de la catarata es la disminución de la visión. No obstante, como es una enfermedad progresiva, el chequeo médico regular es fundamental. Usted podría irse acostumbrando a una visión que no es del todo clara y pensar que es algo normal, tomando en consideración que usted tiene 60 ó 70 años y que su visión no puede ser igual a la de los 20 años. No se confíe. Vaya al especialista.
2. El glaucoma. ¿Qué es? Esta enfermedad ocupa entre 12 y 15% como causa de ceguera a nivel global. “Hasta hace algunos años —señala la doctora Hernández— los médicos podíamos definir el glaucoma como: ‘toda hipertensión ocular que cause lesiones en el nervio óptico generando daños en el campo visual del paciente’. La presión intraocular normal va de 14 a 20 milímetros de mercurio (14-20 mmHg), y si la misma era superior a 22 mmHg se consideraba que el paciente era sospechoso. Al igual que ahora se realizaba la evaluación del nervio óptico y del campo visual. De ser positivo el diagnóstico se elegía entre tratamiento médico y/o quirúrgico. Hoy en día se siguen los mismos pasos, pero la situación es diferente, pues el glaucoma tiene muchas formas de presentarse. He allí la importancia del control médico. Ahora se sabe que puede haber alteraciones en el nervio óptico y en el campo visual sin hipertensión ocular. Este es el glaucoma de presión baja. Representa un porcentaje mucho menor que el de presión alta, pero existe”.
En el caso del glaucoma el campo visual se va reduciendo poco a poco hasta que la visión se hace totalmente tubular, llegando a ver 10 o 5 grados centrales. La persona podría perder totalmente la visión. La agudeza visual perdida por glaucoma no es recuperable, pero el diagnóstico temprano puede ser también la salvación. En primera instancia, y luego de diagnosticar con certeza el tipo de glaucoma que tiene el paciente, puede someterse a tratamiento con medicamentos, manteniendo así controlada la presión del ojo; y si el caso lo requiere pasa directamente a cirugía.
¿Cuáles son sus síntomas? Debido a que en una inmensa mayoría de los casos esta enfermedad no presenta molestias ni dolor, el chequeo regular es la única garantía de un buen diagnóstico. Usted podría seguir teniendo una visión perfecta, pero su campo visual podría estar reducido y usted no lo notaría. De allí que ir al especialista con regularidad es la mejor solución. Como ya sabemos la visión que usted puede haber perdido por glaucoma no es recuperable, pero la enfermedad, en un buen porcentaje de casos, puede detenerse o controlarse con medicamentos o cirugía.
3. La retinopatía diabética. ¿Qué es? Es el otro problema de salud pública que abarca entre 10 y 12% de los casos de ceguera global. Esta es una enfermedad de la retina, como lo indica su nombre, producida por la diabetes. Con la presencia de esta enfermedad se forman nuevos vasos en el ojo ocasionados por la enfermedad de base mal controlada. Son vasos que pueden sangrar y producir hemorragias y, en ocasiones, desprendimiento de retina. En estos casos no se espera que el paciente presente síntomas extremos para tratarlo. Actualmente existen procedimientos preventivos de gran efectividad como el láser aplicado precozmente, con el cual se realiza un proceso de fotocoagulación retiniano que brinda al paciente muchos años más de calidad visual y evita una posible ceguera. Siempre y cuando la persona controle su diabetes.
Explica la doctora Belisario que esta enfermedad es una de las más difíciles de tratar, por la cantidad de factores que involucra. “En los países más pobres —explica— nos alimentamos, sobre todo, con carbohidratos, pues son más económicos. Las personas no tienen la capacidad de incluir muchas proteínas y vegetales en su dieta, y el paciente diabético necesita comer de manera balanceada, mínimo, tres veces al día. La lucha contra la diabetes no es fácil. No se puede examinar a un paciente diabético con alteraciones en la retina, tratarlo con láser y no decirle, además, que debe cuidarse los pies, que debe ejercitarse, alimentarse mejor, que debes verlo en conjunto con un endocrino y muchas cosas más que son vitales en un paciente de este tipo, a fin de lograr una verdadera calidad de vida”.
Hazte tu chequeo. Es muy sencillo, pero para ello debes acudir a un especialista. A fin de evaluar y verificar en qué nivel se encuentra nuestro maravilloso aparato visual se utilizan básicamente dos variables. La primera está relacionada con la definición de nuestra agudeza visual. Así sabremos cómo captan nuestros ojos la figura y la forma de los objetos, además de la percepción de los detalles. Normalmente esta variable se mide utilizando paneles de símbolos o letras.
La segunda variable está referida a la definición del campo visual. Así sabremos a qué nivel percibimos los objetos ubicados fuera de la visión central, la cual corresponde al punto de visión más nítido. Esta valoración se realiza a través de la campimetría.
¿Cuándo debo ir al médico?
En condiciones normales hay momentos de nuestra vida donde una evaluación oftalmológica resulta clave. Una de ellas es al momento del nacimiento, sobre todo si los bebés son prematuros. Posteriormente se debe realizar una nueva evaluación a las seis semanas. Más tarde el niño no debería pasar de los seis años de edad sin un nuevo chequeo, seguido por un estudio profundo a los doce años.
Los problemas que se presentan entre los veinte y treinta años de edad están relacionados, en su mayoría, con lo que los médicos llaman vicios de refracción, tales como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía.
No obstante, en la mayoría de los casos, los seres humanos debemos comenzar a chequear nuestra vista con más regularidad después de haber vivido 14.600 días; es decir, 40 primaveras. Es esta la edad promedio que los galenos han tomado como referencia para chequeos más regulares, pues en principio tiende a aparecer la presbicia, definida como la dificultad para leer de cerca.
Ninguna persona debería superar esta edad sin una evaluación. Sin embargo, lo ideal es que usted vaya a una consulta regular anual a fin de detectar cualquier alteración. Así mismo, en caos de presentarse alguna molestia no se automedique o comience a usar lentes sin prescripción médica, pues podría empeorar cualquier afección.
Lo más grave en estos casos es cuando el paciente no ha buscado ayuda porque no sabe que el problema tiene solución. De allí la importancia que las personas sepan cuáles son las principales causas de ceguera, sus síntomas y las posibilidades de curación que se ofrecen en cada caso.
¿Dónde acudir?
Según la doctora Hernández, “no sólo la medicina privada ofrece soluciones preventivas y tratamientos para todo lo que tiene que ver con la salud visual: nuestros hospitales deberían poder ofrecer las mismas soluciones, al igual que ciertas organizaciones no gubernamentales que prestan este tipo de servicio médico. Lo importante es asistir con regularidad a un control, al menos una vez por año, no automedicarse y estar siempre atento a las informaciones que se ofrecen para el cuidado de nuestra salud visual”.
Es bueno recordar que la mayoría de los problemas que pueden causar una discapacidad visual tienen solución si vamos a nuestro oftalmólogo periódicamente y chequeamos nuestra vista sin miedo al diagnóstico. De esta manera será posible seguir disfrutando, si no de una visión de concurso: 20/20, al menos de la fortuna de ver cada día todo lo que nos rodea con una mayor calidad de vida. l
Las más frecuentes
Cataratas
Causa: Opacificación del cristalino
Síntomas: Pérdida progresiva de la visión
Tratamiento: Quirúrgico
Glaucoma
Causa: Presión ocular alta (mayor porcentaje)
Síntomas: Pudieran no darse
Tratamiento: Médico y/o quirúrgico
Retinopatía Diabética
Causa: Diabetes Mellitus
Síntomas: Disminución de la visión
Tratamiento: Láser retiniano precoz y control adecuado de la diabetes
de la Salud cada cinco segundos
una persona adulta pierde la visión en el planeta y cada minuto sucede
lo mismo con la población infantil. Sólo la prevención podría disminuir estas cifras. Este artículo revela información que puede ser de su interés.
Con frecuencia cuando sentimos algún malestar físico lo primero que hacemos es huir del médico como de la peste. Quizás tenemos miedo de escuchar algo que nos asuste o que pueda no tener solución y el sólo pensamiento nos hace correr muy lejos del especialista, o ignorar el síntoma, hasta que este no nos deja vivir en paz.
Todo esto es humano y comprensible, pero lo cierto es que muchos de los temores que tenemos podrían ser sólo fantasmas si tomamos en cuenta la palabra mágica: prevención.
La vista, como sentido que nos permite aprehender el mundo y relacionarnos de múltiples formas con nuestro entorno es un recurso más que valioso. Todas las actividades que realizamos a diario, las habilidades que adquirimos y, de alguna manera, buena parte de nuestro crecimiento en el mundo, dependen de nuestros ojos. Desde el punto de vista fisiológico y de acuerdo a múltiples estudios 85% de nuestro desarrollo cerebral está relacionado con el sentido de la visión.
Por estas y muchas otras razones, todo el cuidado que prestemos a nuestra vista será recompensado con una mayor calidad de vida.
El que tenga ojos... La ceguera, concebida como la consecuencia de ciertas enfermedades visuales y caracterizada por una limitación parcial o severa de la función visual, es temida por todos. Y es que aunque no haya una incapacidad total para ver, si la percepción visual es de muy bajo nivel, puede discapacitar a un individuo para la realización de sus tareas. Se habla, entonces, de la ceguera laboral o profesional.
No hay muchos especialistas que en Venezuela se encarguen del área de prevención de la ceguera. Quizás se pone mayor énfasis en la medicina curativa. Mientras tanto en países más industrializados lo que se maneja hoy en día es la medicina preventiva desde todo punto de vista.
“Hay que comenzar por saber de qué está enferma una comunidad, en este caso en relación con la visión —enfatiza la doctora Magally Hernández de Belisario, médico oftalmólogo y coordinadora del Grupo de Prevención de Ceguera de la Sociedad Venezolana de Oftalmología (SVO)—. De hecho, cuando se dice que mundialmente hay un estimado de 45 a 50 millones de ciegos (personas que no pueden ver por los dos ojos, incluso con el uso de lentes), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos encontramos con cifras que hay que tomar en cuenta para no llegar a tragedias aún mayores si puede hacerse algo”.
A esta cantidad debe sumársele la correspondiente a los 135 millones de personas que a nivel mundial tienen déficit visual. Si sumamos estas dos cifras nos encontramos con un estimado de casi 200 millones de personas en el mundo que no ven bien. A continuación hemos elaborado un trabajo que le permitirá orientarse para evitar, en la medida de lo posible, formar parte de estas estadísticas.
Un trío que no nos deja ver. Las tres enfermedades que a nivel mundial contribuyen mayormente a la ceguera son: la catarata, el glaucoma y la retinopatía diabética. Nada más escuchar los nombres, podemos comenzar a parpadear de los nervios, pero no se preocupe, si acaso padeciera de ellas una buena estrategia preventiva le dará tranquilidad y la posibilidad de saber que la solución puede estar al alcance de su mano.
1. La catarata. ¿Qué es? Se produce por un proceso de “opacificación” del cristalino. Este último es una especie de lente que se encuentra en el ojo y que en principio es totalmente transparente. Sin embargo, con el paso de los años se va volviendo opaco. ¿Por qué el cristalino sufre esta transformación? Porque es uno de los órganos que crece durante toda la vida. Es como una especie de cebolla diminuta, cuyas capas se van multiplicando progresivamente.
La catarata ocupa actualmente 50% dentro de las causas de ceguera global. Esta enfermedad puede ser determinada de manera sencilla por un especialista experto en la materia, y una vez hecho el diagnóstico el paciente entra en la fase de lo que se llama ceguera recuperable. Si nada más se operaran todos los pacientes ciegos por cataratas en el mundo, la cifra de ceguera total debería bajar en un aproximado de 25 millones.
¿Cuáles son sus síntomas? Existen muchos tipos de catarata, pero la que realmente conforma ese 50% es la que va asociada a un proceso normal de envejecimiento y que es recuperable a través de una intervención quirúrgica. Es decir, toda persona después de los 40 años puede sentir que su cristalino comienza a opacarse, debido a que el mismo ya no filtra la luz como lo hacía antes, y llega un momento en el que puede causar ceguera total.
El síntoma fundamental de la catarata es la disminución de la visión. No obstante, como es una enfermedad progresiva, el chequeo médico regular es fundamental. Usted podría irse acostumbrando a una visión que no es del todo clara y pensar que es algo normal, tomando en consideración que usted tiene 60 ó 70 años y que su visión no puede ser igual a la de los 20 años. No se confíe. Vaya al especialista.
2. El glaucoma. ¿Qué es? Esta enfermedad ocupa entre 12 y 15% como causa de ceguera a nivel global. “Hasta hace algunos años —señala la doctora Hernández— los médicos podíamos definir el glaucoma como: ‘toda hipertensión ocular que cause lesiones en el nervio óptico generando daños en el campo visual del paciente’. La presión intraocular normal va de 14 a 20 milímetros de mercurio (14-20 mmHg), y si la misma era superior a 22 mmHg se consideraba que el paciente era sospechoso. Al igual que ahora se realizaba la evaluación del nervio óptico y del campo visual. De ser positivo el diagnóstico se elegía entre tratamiento médico y/o quirúrgico. Hoy en día se siguen los mismos pasos, pero la situación es diferente, pues el glaucoma tiene muchas formas de presentarse. He allí la importancia del control médico. Ahora se sabe que puede haber alteraciones en el nervio óptico y en el campo visual sin hipertensión ocular. Este es el glaucoma de presión baja. Representa un porcentaje mucho menor que el de presión alta, pero existe”.
En el caso del glaucoma el campo visual se va reduciendo poco a poco hasta que la visión se hace totalmente tubular, llegando a ver 10 o 5 grados centrales. La persona podría perder totalmente la visión. La agudeza visual perdida por glaucoma no es recuperable, pero el diagnóstico temprano puede ser también la salvación. En primera instancia, y luego de diagnosticar con certeza el tipo de glaucoma que tiene el paciente, puede someterse a tratamiento con medicamentos, manteniendo así controlada la presión del ojo; y si el caso lo requiere pasa directamente a cirugía.
¿Cuáles son sus síntomas? Debido a que en una inmensa mayoría de los casos esta enfermedad no presenta molestias ni dolor, el chequeo regular es la única garantía de un buen diagnóstico. Usted podría seguir teniendo una visión perfecta, pero su campo visual podría estar reducido y usted no lo notaría. De allí que ir al especialista con regularidad es la mejor solución. Como ya sabemos la visión que usted puede haber perdido por glaucoma no es recuperable, pero la enfermedad, en un buen porcentaje de casos, puede detenerse o controlarse con medicamentos o cirugía.
3. La retinopatía diabética. ¿Qué es? Es el otro problema de salud pública que abarca entre 10 y 12% de los casos de ceguera global. Esta es una enfermedad de la retina, como lo indica su nombre, producida por la diabetes. Con la presencia de esta enfermedad se forman nuevos vasos en el ojo ocasionados por la enfermedad de base mal controlada. Son vasos que pueden sangrar y producir hemorragias y, en ocasiones, desprendimiento de retina. En estos casos no se espera que el paciente presente síntomas extremos para tratarlo. Actualmente existen procedimientos preventivos de gran efectividad como el láser aplicado precozmente, con el cual se realiza un proceso de fotocoagulación retiniano que brinda al paciente muchos años más de calidad visual y evita una posible ceguera. Siempre y cuando la persona controle su diabetes.
Explica la doctora Belisario que esta enfermedad es una de las más difíciles de tratar, por la cantidad de factores que involucra. “En los países más pobres —explica— nos alimentamos, sobre todo, con carbohidratos, pues son más económicos. Las personas no tienen la capacidad de incluir muchas proteínas y vegetales en su dieta, y el paciente diabético necesita comer de manera balanceada, mínimo, tres veces al día. La lucha contra la diabetes no es fácil. No se puede examinar a un paciente diabético con alteraciones en la retina, tratarlo con láser y no decirle, además, que debe cuidarse los pies, que debe ejercitarse, alimentarse mejor, que debes verlo en conjunto con un endocrino y muchas cosas más que son vitales en un paciente de este tipo, a fin de lograr una verdadera calidad de vida”.
Hazte tu chequeo. Es muy sencillo, pero para ello debes acudir a un especialista. A fin de evaluar y verificar en qué nivel se encuentra nuestro maravilloso aparato visual se utilizan básicamente dos variables. La primera está relacionada con la definición de nuestra agudeza visual. Así sabremos cómo captan nuestros ojos la figura y la forma de los objetos, además de la percepción de los detalles. Normalmente esta variable se mide utilizando paneles de símbolos o letras.
La segunda variable está referida a la definición del campo visual. Así sabremos a qué nivel percibimos los objetos ubicados fuera de la visión central, la cual corresponde al punto de visión más nítido. Esta valoración se realiza a través de la campimetría.
¿Cuándo debo ir al médico?
En condiciones normales hay momentos de nuestra vida donde una evaluación oftalmológica resulta clave. Una de ellas es al momento del nacimiento, sobre todo si los bebés son prematuros. Posteriormente se debe realizar una nueva evaluación a las seis semanas. Más tarde el niño no debería pasar de los seis años de edad sin un nuevo chequeo, seguido por un estudio profundo a los doce años.
Los problemas que se presentan entre los veinte y treinta años de edad están relacionados, en su mayoría, con lo que los médicos llaman vicios de refracción, tales como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía.
No obstante, en la mayoría de los casos, los seres humanos debemos comenzar a chequear nuestra vista con más regularidad después de haber vivido 14.600 días; es decir, 40 primaveras. Es esta la edad promedio que los galenos han tomado como referencia para chequeos más regulares, pues en principio tiende a aparecer la presbicia, definida como la dificultad para leer de cerca.
Ninguna persona debería superar esta edad sin una evaluación. Sin embargo, lo ideal es que usted vaya a una consulta regular anual a fin de detectar cualquier alteración. Así mismo, en caos de presentarse alguna molestia no se automedique o comience a usar lentes sin prescripción médica, pues podría empeorar cualquier afección.
Lo más grave en estos casos es cuando el paciente no ha buscado ayuda porque no sabe que el problema tiene solución. De allí la importancia que las personas sepan cuáles son las principales causas de ceguera, sus síntomas y las posibilidades de curación que se ofrecen en cada caso.
¿Dónde acudir?
Según la doctora Hernández, “no sólo la medicina privada ofrece soluciones preventivas y tratamientos para todo lo que tiene que ver con la salud visual: nuestros hospitales deberían poder ofrecer las mismas soluciones, al igual que ciertas organizaciones no gubernamentales que prestan este tipo de servicio médico. Lo importante es asistir con regularidad a un control, al menos una vez por año, no automedicarse y estar siempre atento a las informaciones que se ofrecen para el cuidado de nuestra salud visual”.
Es bueno recordar que la mayoría de los problemas que pueden causar una discapacidad visual tienen solución si vamos a nuestro oftalmólogo periódicamente y chequeamos nuestra vista sin miedo al diagnóstico. De esta manera será posible seguir disfrutando, si no de una visión de concurso: 20/20, al menos de la fortuna de ver cada día todo lo que nos rodea con una mayor calidad de vida. l
Las más frecuentes
Cataratas
Causa: Opacificación del cristalino
Síntomas: Pérdida progresiva de la visión
Tratamiento: Quirúrgico
Glaucoma
Causa: Presión ocular alta (mayor porcentaje)
Síntomas: Pudieran no darse
Tratamiento: Médico y/o quirúrgico
Retinopatía Diabética
Causa: Diabetes Mellitus
Síntomas: Disminución de la visión
Tratamiento: Láser retiniano precoz y control adecuado de la diabetes
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