¿Padece de piedras en los riñones? Le dirán que evite el café
y los alimentos ricos en calcio. Pero las pruebas de laboratorio
no siempre reflejan la realidad.
No es raro que las recomendaciones dietéticas se basen en sólo uno o dos de los componentes de un alimento. Sin embargo, la mayoría de las cosas que entran por nuestra boca son complejas preparaciones químicas, por lo que juzgarlas de acuerdo a una pequeña porción de lo que contienen puede conducir a evaluaciones no completamente exactas sobre sus probables efectos en la salud. Observé un ejemplo de este mal uso de la ciencia en el boletín Journal of Urology. Los investigadores encontraron que administrar cafeína pura a los sujetos del estudio provocaba cambios bioquímicos en la orina que podrían incrementar el riesgo de piedras en los riñones. Así que los autores recomendaron limitar severamente el consumo de té y café a las personas con antecedentes de cálculos renales. En marcado contraste con esta recomendación, varios estudios establecen una relación entre beber té y café en exceso con un menor riesgo de piedras en los riñones.
La aparente capacidad del café y del té de proteger contra cálculos renales muy probablemente tenga que ver con el hecho de que el principal componente de estas bebidas es agua. Beber té o café estimula el flujo de líquidos a través de los riñones y la vejiga, lo cual tiende a reducir el riesgo de cálculos. Otra opción consiste simplemente en beber más agua. En un estudio se observó que esto redujo las posibilidades de reaparición de cálculos en más de 50%.
El riesgo de piedras en los riñones también se relaciona con lo que comemos. Los cálculos se presentan en varias formas; la más común consiste en calcio y una sustancia llamada oxalato. A las personas con antecedentes de cálculos se les puede recomendar que limiten el consumo de alimentos ricos en calcio (tales como productos lácteos, semillas y vegetales verdes). Sin embargo, este consejo no parece ser científicamente acertado: los estudios muestran que quienes presentan un alto consumo de calcio tienden a tener un menor riesgo de cálculos de oxalato. El calcio establece un enlace con el oxalato en los intestinos, lo cual impide que el cuerpo lo absorba. Los científicos creen que la presencia de este mineral en la dieta realmente podría proteger contra la formación de cálculos de oxalato de calcio.
El magnesio y la vitamina B6 ayudan a convertir el oxalato en sustancias que no contribuyen con la formación de piedras en los riñones. Los frutos secos son ricos en ambos elementos, además de contener cantidades significativas de potasio, que se ha relacionado con un menor riesgo de cálculos renales. Otras fuentes de potasio incluyen frutas y vegetales.
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