domingo, 25 de enero de 2009

La paz sea contigo

"Un fuerte verano arreciaba en las planicies africanas y los animales andaban de un lado a otro en busca de agua para calmar su sed. Luego de fatigosas horas de marcha, un tigre y un jabalí llegaron por caminos distintos a una misma fuente de agua.
En cuanto se vieron, se lanzaron rugidos de guerra y corrieron hacia la fuente para tomar posesión de ella. El jabalí llegó antes que el tigre, pero cuando se disponía a beber el tigre lo atacó y lo derribó de un zarpazo. Enfurecido, el jabalí se enfrentó al felino y los dos se trabaron en feroz combate. Después de un rato de lucha, ambas fieras se sintieron cansadas y muy sedientas, y sigilosamente, y en tácito acuerdo, cada uno se retiró, a una orilla del lago a beber y a calmar su sed en paz, dándose cuenta de que al fin y al cabo había en esa fuente de agua espacio para los dos.
Más vale acabar las querellas, pues el resultado puede ser fatal para ambas partes".
Esopo

"La Paz sea contigo" es una de las frases que más me gusta oír cuando asisto a misa, me parece emocionante que todos se deseen paz en medio de un buen apretón de manos, un abrazo y una sonrisa.

La paz es el resultado de una convivencia sana, llena de tolerancia y fraternidad entre todos los seres humanos. Para que la paz sea posible, se requiere de una sociedad justa, en la cual todos tengamos las mismas oportunidades para desarrollarnos como personas y donde nuestros derechos fundamentales sean respetados.

La paz no es necesariamente la ausencia de diferencias y conflictos, sino la capacidad de manejar dichos conflictos y superarlos por medio de métodos no violentos, como la comunicación, los acuerdos, la solidaridad, la cordialidad, la tolerancia y la flexibilidad, además de un gran sentido de justicia. Que nunca se nos olvide que el respeto al derecho ajeno es la paz.

Lo contrario a la paz necesariamente es la violencia, que no es más que el uso de la fuerza para resolver los desacuerdos o conflictos, como consecuencia de la intolerancia, los prejuicios o el desconocimiento.

La paz comienza en casa, por eso debemos ser lo suficientemente inteligentes como para escuchar a los demás, para aceptar sinceramente sus opiniones y puntos de vista, propiciando un diálogo franco y justo de entendimiento y nunca, por ningún motivo, tratar de imponer nuestras ideas o consideraciones a la fuerza mediante amenazas o maltratos hacia quienes se expresan o actúan de forma diferente.

La intransigencia, el fanatismo, los prejuicios y la arrogancia son las causas por las cuales los violentos imponen a la fuerza a otros, sus ideas, su estilo de vida o creencias.

La violencia sólo trae más violencia como consecuencia, y si no sabemos canalizarla será mas dañina que los problemas que la provocaron. La violencia en cualquiera de sus formas destruye nuestras vidas dejando una estela de rencores y odios que nos aleja más y más de una justa solución.

Claves para conseguir la paz
Evita reaccionar, piensa
La mayoría de las veces nos dejamos llevar por las emociones al momento de reaccionar negativamente. Te sugiero que la próxima vez te tomes un par de minutos para pensar en cuál es la mejor manera de actuar en ese momento, recuerda que eres un ser humano racional, y piensa que la otra persona pudiera estar alterada o mal informada, tranquilízala y mantén tú la calma. Resuelvan sus diferencias con serenidad y sin recurrir a la agresión.

Reconoce los derechos y la dignidad de los otros
Piensa que es posible que la otra persona tenga parte de la razón, trata de ponerte en su lugar para poder tomar una decisión justa, nada te da derecho para agredir a otro, ni siquiera el tener la razón. En caso de que no puedan ponerse de acuerdo, busquen un tercero que les ayude a resolver la situación.

Piensa en las consecuencias
En verdad, es tan importante aquello por lo que discutes. ¿Qué significa para ti? ¿No crees que puedas ceder y olvidarlo en vez de pasar un mal rato, además, con consecuencias imprevisibles..? ¡Ojalá! que el sentido común prime sobre el falso orgullo para que puedas evitar una situación difícil, inclusive una pelea o una separación. Recuerda que nada, pero nada, es tan importante como para hacernos perder la paz mental.

No te dejes envenenar
No permitas que los comentarios, las actitudes y el comportamiento agresivo o negativo de los demás te sabotee tu estado de paz interior y serenidad. Nada nos afecta por lo que es en sí sino por lo que nosotros pensamos acerca de ello. Administra las noticias negativas en tu vida para que no te hagan sentir abrumado y sin esperanzas.

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