Niños y niñas tienen problemas médicos similares a los de los adultos, pero pueden manifestar señales diferentes. Los síntomas que son serios para un niño, pueden no ser tan serios en un adulto. En este sentido, los padres deben estar atentos y saber interpretar el comportamiento y las reacciones de sus hijos.
La sala de emergencias es el lugar donde acuden niños y adultos si tienen, repentinamente, un accidente o un problema de salud grave o no identificado. Por pequeño que parezca el daño, siempre es aconsejable que el médico tenga la última palabra, pues un trauma externo puede encubrir una lesión interna, no visible, de órganos importantes. Desde lesiones tan comunes en los niños, como las caídas, se deben tratar de reconocer los signos de una lesión interna.
No hay datos estadísticos que precisen qué tipo de situaciones se presentan con mayor frecuencia en las áreas de emergencias de hospitales y/ o clínicas; sin embargo, son comunes en los niños las afecciones de Otorrinolaringología, fracturas, quemaduras intensas e inclusive lesiones por arma de fuego. Asimismo, patologías quirúrgicas como, apendicitis, tumores y enfermedades crónicas que se dan en un momento dado o desde el nacimiento, también son comunes.
Particularmente, los niños atraviesan traumas o situaciones de bajo riesgo entre la edad preescolar y escolar, una vez que comienzan a independizarse. En casos de emergencia pediátricas es conveniente llevar al niño al centro de atención médica para que sea evaluado, más aún si la causa persiste.
"El dolor es un signo que indica que algo anda mal en el organismo. En el caso de los niños, siempre hay expresiones, aunque no haya verbalización del dolor y, para ello, existen mediciones conductuales, es decir, escalas y signos clínicos para distinguir si el dolor en un niño pequeño es leve, moderado o grave. El llanto, por ejemplo, varía en los diversos momentos, no es igual el llanto de un niño que pide que lo carguen al de un niño que tiene un dolor agudo. La característica del llanto es distinta. Un niño que siente dolor no come, no duerme, adopta posturas poco usuales en el", explicó la doctora Miren Viteri, especialista en Anestesia Infantil.
En este sentido, se han diseñado métodos de evaluación del dolor en niños mayores de cinco años de edad, quienes sí tienen la capacidad de entender explicaciones y pueden reconocer las diferentes representaciones gráficas de las escalas utilizadas: Escala Visual Análoga (EVA), Escala Colorimétrica, Escala Verbal del Dolor, Algocubos, Escala Frutal Análoga (EFA), Escala Facial del Dolor o Escala de Usher, cuyos rostros están adaptados a todas las razas.
"El dolor es una señal de alarma tan importante que la Asociación Interamericana para el Estudio del Dolor, IASP, está tratando de que la Organización Mundial de la Salud, OMS, considere al dolor como un quinto signo vital que puede ser cuantificado en la consulta médica, así como se cuantifica la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardiaca", expresó la doctora.
Evaluación del dolor
Viteri considera que no hay mecanismo educativo el en tratamiento del dolor, ya que en el caso de los niños, aun cuando el dolor es evidente, con mucha frecuencia no reciben tratamiento y, si se les administra un analgésico, pocas veces reciben la dosis correcta. Por esta razón, la doctora Viteri exhorta a la comunidad de médicos pediatras a tomar conciencia del manejo adecuado del dolor, especialmente en el caso de los niños.
El tratamiento, por supuesto, dependerá de la causa, ya que no todas las emergencias son factibles de ser tratadas con analgésicos.
"Dentro del ámbito del dolor hay diversas formas terapéuticas para tratarlo. Para los niños, al igual que para los adultos, hay múltiples tratamientos farmacológicos que van desde los analgésicos comunes como los Anti-inflamatorios No-Esteroideos, AINE´s, hasta los analgésicos muy potentes como la morfina. También están las medidas no farmacológicas, es decir, técnicas invasivas que, si bien no desaparecen completamente el dolor, lo alivian", señaló la especialista.
"Todos los medicamentos pueden tener efectos colaterales en un momento dado -advirtió la doctora Viteri- pero dentro del rango de seguridad, los AINE´s son fármacos ampliamente probados en la población pediátrica, con un margen de seguridad muy amplio, que sirven para el tratamiento del dolor leve al moderado. Dentro de este grupo de medicamentos están, por ejemplo, los diclofenacos, que tienen una ventana terapéutica amplia, porque no solamente cumplen funciones anti-inflamatorias específicas, sino además ejercen acciones a nivel periférico sobre los mecanismos de producción del dolor, por lo cual inhiben a una serie de receptores y el dolor no se hace crónico".
El estudio del dolor en el niño es difícil debido a su complejidad y multidimensionalidad. La evaluación del dolor es un elemento esencial para su tratamiento. Por ello, es necesario considerar el comportamiento doloroso como una interacción entre el niño y su contexto, del que deben formar parte los padres y el personal médico que lo asiste.
La sala de emergencias es el lugar donde acuden niños y adultos si tienen, repentinamente, un accidente o un problema de salud grave o no identificado. Por pequeño que parezca el daño, siempre es aconsejable que el médico tenga la última palabra, pues un trauma externo puede encubrir una lesión interna, no visible, de órganos importantes. Desde lesiones tan comunes en los niños, como las caídas, se deben tratar de reconocer los signos de una lesión interna.
No hay datos estadísticos que precisen qué tipo de situaciones se presentan con mayor frecuencia en las áreas de emergencias de hospitales y/ o clínicas; sin embargo, son comunes en los niños las afecciones de Otorrinolaringología, fracturas, quemaduras intensas e inclusive lesiones por arma de fuego. Asimismo, patologías quirúrgicas como, apendicitis, tumores y enfermedades crónicas que se dan en un momento dado o desde el nacimiento, también son comunes.
Particularmente, los niños atraviesan traumas o situaciones de bajo riesgo entre la edad preescolar y escolar, una vez que comienzan a independizarse. En casos de emergencia pediátricas es conveniente llevar al niño al centro de atención médica para que sea evaluado, más aún si la causa persiste.
"El dolor es un signo que indica que algo anda mal en el organismo. En el caso de los niños, siempre hay expresiones, aunque no haya verbalización del dolor y, para ello, existen mediciones conductuales, es decir, escalas y signos clínicos para distinguir si el dolor en un niño pequeño es leve, moderado o grave. El llanto, por ejemplo, varía en los diversos momentos, no es igual el llanto de un niño que pide que lo carguen al de un niño que tiene un dolor agudo. La característica del llanto es distinta. Un niño que siente dolor no come, no duerme, adopta posturas poco usuales en el", explicó la doctora Miren Viteri, especialista en Anestesia Infantil.
En este sentido, se han diseñado métodos de evaluación del dolor en niños mayores de cinco años de edad, quienes sí tienen la capacidad de entender explicaciones y pueden reconocer las diferentes representaciones gráficas de las escalas utilizadas: Escala Visual Análoga (EVA), Escala Colorimétrica, Escala Verbal del Dolor, Algocubos, Escala Frutal Análoga (EFA), Escala Facial del Dolor o Escala de Usher, cuyos rostros están adaptados a todas las razas.
"El dolor es una señal de alarma tan importante que la Asociación Interamericana para el Estudio del Dolor, IASP, está tratando de que la Organización Mundial de la Salud, OMS, considere al dolor como un quinto signo vital que puede ser cuantificado en la consulta médica, así como se cuantifica la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardiaca", expresó la doctora.
Evaluación del dolor
Viteri considera que no hay mecanismo educativo el en tratamiento del dolor, ya que en el caso de los niños, aun cuando el dolor es evidente, con mucha frecuencia no reciben tratamiento y, si se les administra un analgésico, pocas veces reciben la dosis correcta. Por esta razón, la doctora Viteri exhorta a la comunidad de médicos pediatras a tomar conciencia del manejo adecuado del dolor, especialmente en el caso de los niños.
El tratamiento, por supuesto, dependerá de la causa, ya que no todas las emergencias son factibles de ser tratadas con analgésicos.
"Dentro del ámbito del dolor hay diversas formas terapéuticas para tratarlo. Para los niños, al igual que para los adultos, hay múltiples tratamientos farmacológicos que van desde los analgésicos comunes como los Anti-inflamatorios No-Esteroideos, AINE´s, hasta los analgésicos muy potentes como la morfina. También están las medidas no farmacológicas, es decir, técnicas invasivas que, si bien no desaparecen completamente el dolor, lo alivian", señaló la especialista.
"Todos los medicamentos pueden tener efectos colaterales en un momento dado -advirtió la doctora Viteri- pero dentro del rango de seguridad, los AINE´s son fármacos ampliamente probados en la población pediátrica, con un margen de seguridad muy amplio, que sirven para el tratamiento del dolor leve al moderado. Dentro de este grupo de medicamentos están, por ejemplo, los diclofenacos, que tienen una ventana terapéutica amplia, porque no solamente cumplen funciones anti-inflamatorias específicas, sino además ejercen acciones a nivel periférico sobre los mecanismos de producción del dolor, por lo cual inhiben a una serie de receptores y el dolor no se hace crónico".
El estudio del dolor en el niño es difícil debido a su complejidad y multidimensionalidad. La evaluación del dolor es un elemento esencial para su tratamiento. Por ello, es necesario considerar el comportamiento doloroso como una interacción entre el niño y su contexto, del que deben formar parte los padres y el personal médico que lo asiste.
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