domingo, 4 de enero de 2009

Reactivate

Cuando atravesamos por un período lleno de preocupaciones, tensiones, trabajo o temores, el agotamiento nos impide disfrutar de los aspectos positivos que tiene nuestra vida, inclusive nos quita la claridad mental que necesitamos para realizar acciones o tomar decisiones claras en un momento dado. Muchas veces la necesidad de cumplir un horario forzado, el exceso de responsabilidades, el enfrentar una situación difícil de aceptar, la cantidad de actividad que nos imponemos... supone una carga difícil de manejar. Por esta razón es bueno parar la velocidad que lleva nuestra vida, a tiempo de preguntarnos si podremos continuar con ese ritmo por mucho más tiempo.

Generalmente nos obligamos a continuar adelante con nuestra actividad sin detenernos a descansar un poco para recuperar nuestra energía física y mental. Le exigimos a nuestro cuerpo la vitalidad que en muchos momentos ya no puede darnos, producto del cansancio en el que nos encontramos. Reaccionamos constantemente a los cambios y a las exigencias de nuestro entorno. El tráfico nos desespera, los exámenes nos inquietan, una pérdida nos atemoriza, la situación económica nos quita el sueño... cuando el estrés y la tensión sobrepasan el límite que podemos manejar, nuestra salud comienza a quebrarse. Perdemos vitalidad muy fácilmente, cuando tenemos varios asuntos por resolver. Estemos conscientes o no, cada uno de ellos envía órdenes a los músculos para realizar alguna función. Aun cuando tratemos de evitarlo, la tensión muscular ya está instalada y comienza a aparecer el cansancio.

Las emociones también nos hacen perder energía inconscientemente. Cuando nos dejamos llevar por la preocupación, la rabia, la frustracion, la tristeza, la envidia... estas pueden consumir rápidamente la energía que teníamos guardada en nuestro cuerpo. ¿Sabías que sólo unos pocos minutos de rabia pueden hacernos gastar más energía que un día de trabajo físico?

Lo primero que tenemos que aprender es a relajarnos. Esta es una de las herramientas por excelencia que podemos usar para bajar el desgaste de nuestra energía vital. Respirar lenta y rítmicamente antes de dejarnos llevar por una oleada de emoción negativa puede ayudarnos a bajar la intensidad de la misma. También podemos practicarla para darle un respiro a nuestros órganos vitales que se ven afectados por la tensión que acumulamos adentro.

Otra de las herramientas importantes, es la organización. Para una persona que sufre de ansiedad y preocupación o que trabaja demasiadas horas al día, no hay vitaminas o inyecciones suficientes para darle una solución inmediata a sus problemas. Así que es muy importante comenzar por reorganizar su estilo de vida, haciendo una lista de todas las responsabilidades y los compromisos que ya ha adquirido para realizar una agenda tomando en cuenta el tiempo y las distancias que tomarán para cumplir con cada una de ellas. Todo esto sin asumir más compromisos por el momento, hasta que hayamos resuelto todo lo que teníamos pendiente.

Clave para reactivarnos
1 Tranquiliza tu mente. Evita darle vueltas en tu cabeza, una y otra vez, a aquellas situaciones que te preocupan o que te afectan. Practica dejar de pensar por unos minutos concentrando tu atención en cada cosa que haces. Trae tu mente al presente cada vez que sea necesario.

2 Practica la aceptación. Cuando te encuentras en situaciones difíciles o inevitables, es importante que asumas tu realidad sin fantasear o imaginar que será distinto. Esto te ayudará a enfrentar el problema con fortaleza y optimismo, confiando en tus capacidades y en la presencia de la Divinidad a tu lado para ayudarte a superarla con el tiempo.

3 Usa tu libre albeldrío. Cuando te encuentres involucrado en una acción que no te reporta ningún beneficio y que solamente te desgasta y consume energía, recuerda que puedes elegir dejar de hacerla. Pregúntate: ¿Por qué estoy haciendo esto? Seguramente descubrirás que puedes cambiar de actitud y dejar de repetir ese hábito o esa accción que te causa tanto daño.

4 Mantén una alimentación sana y equilibrada. Hoy en día está comprobado que mantener una dieta rica en vegetales, proteínas y cereales integrales, con baja azúcar, puede ayudarnos a mantener la vitalidad. Aprende a comer sin estrés, sin prisa, masticando muy bien tus alimentos, para que puedas disfrutarlo.

5 Ten buenas noches. Dormir profundamente durante la noche te da una oportunidad de descansar y recuperar parte de la energía que has perdido a lo largo del día. Darte una ducha antes de acostarte puede ayudarte a soltar las tensiones y a preparar tu cuerpo para el descanso. Evita conectarte a las noticias negativas antes de dormir.
Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a salir muy bien.

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