Muchas personas crecieron en familias donde nunca fueron reconocidas por su buen comportamiento; a pesar de que hicieron todo el esfuerzo de dar y actuar lo mejor de sí mismos en todo momento, ni siquiera se sintieron tomados en cuenta. Si eres una de estas personas y sientes que no te han reconocido o premiado por tus logros y esfuerzos en el pasado... hoy tomaremos la iniciativa de recompensarte por ser tú, una persona muy especial.
Es muy importante aprender a recompensarnos a nosotros mismos y no es suficiente con sentirnos mentalmente bien por lo que hacemos y cómo lo hacemos, hace falta premiarnos, darnos gusto de vez en cuando... ¿Hace cuánto tiempo que sueñas con algo, como, por ejemplo: un viaje a algún lugar en particular o asistir a algún evento especial o con cenar en un buen restaurante o sueñas con la posibilidad de adquirir un nuevo estéreo o un televisor mas grande o simplemente con la oportunidad de quedarte en la cama un rato más el domingo? ¿Qué más necesitas hacer para aceptar que te lo mereces? ¿Para cuándo lo vas a dejar, ¿Cuánto tiempo más lo vas a postergar? Quizás hoy sea ese momento oportuno que estabas esperando... No esperes a que otros te sorprendan... ¡decide ahora mismo!
Hacer felices a los que amamos es una labor muy bella, pero decir que nuestra felicidad depende únicamente de la felicidad de otros puede ser equivocado.
Estamos programados para complacer a otros, sabemos lo que necesitan, lo que les daría gusto tener y es posible que estemos dispuestos a realizar cualquier esfuerzo o sacrificio para complacerlos y sentir que somos felices cada vez que podemos hacerlo. Entonces es muy importante que aprendamos a hacer lo mismo con nosotros. ¿Sabías que a falta de ser recompensado nuestro espíritu comienza a sentirse vacío, triste y desanimado?
Vamos, has sido un guerrero de la luz, has librado cantidad de batallas en busca de una mejor vida para los tuyos y para ti... por esto, mereces descansar y sentirte recompensado.
¿De qué manera puedes
aprender a recompensarte?
Evita sentirte víctima de los demás. Deja de esperar que sean otros quienes te recompensen por un día bueno o por una vida bien vivida. Vive limpia y honestamente; hazlo por convicción, aun cuando descubras que los otros estaban de espaldas y no te vieron en ese momento... ¡Deja de esperar!
Recompénsate a menudo. Hazlo cuando hayas realizado una tarea especial o cuando hayas alcanzado un logro, cuando te sientas agotado al terminar de enfrentar y vencer alguna dificultad o cuando te sientas en un proceso de recuperación. Por cualquiera de estas razones, date un regalo, aquello que tanto deseas o simplemente concédete la posibilidad de disfrutar de un momento especial.
Haz un inventario de todo lo vivido. Al recordar y revisar algunos de los momentos que viviste con dolor o con dificultad, te será sencillo apreciar tu esfuerzo, perseverancia y dedicación. Conéctate también a los momentos gratos que has experimentado para sentirte satisfecho e internamente fortalecido.
Aumenta el aprecio hacia ti mismo. Es posible que necesites fortalecer tu autoestima un poco debilitada por alguna de las situaciones que has vivido. Comienza por reconocer tus actitudes y gestos positivos, además de estar atento para darte cuenta de tus características especiales.
Abre tu corazón. Date permiso para disfrutar y gozar de aquello que decidas regalarte. Evita sentirte culpable al momento de comprar algo para ti... piensa en cuáles serían tus sentimientos si fuese para una persona muy especial para ti.
Reconoce tus logros. Decide suavizarte la vida... cada vez que realices un esfuerzo importante di en voz alta pero que otros no escuchen: ¡qué bien lo hiciste! ¡Bravo, lo lograste! Al final, date una palmadita cariñosa en el hombro por la labor cumplida. Crea una rutina semanal de gratificación, practica un hobbie, planifica salir una vez a la semana con tus amigos a bailar, lo importante es que tengas momentos para renovar tu entusiasmo y refrescar tu vida.
Nos hace falta desarrollar la automotivación, para no depender tanto del reconocimiento o la calificación que nos quieran o nos puedan dar los demás.
J: )
Es muy importante aprender a recompensarnos a nosotros mismos y no es suficiente con sentirnos mentalmente bien por lo que hacemos y cómo lo hacemos, hace falta premiarnos, darnos gusto de vez en cuando... ¿Hace cuánto tiempo que sueñas con algo, como, por ejemplo: un viaje a algún lugar en particular o asistir a algún evento especial o con cenar en un buen restaurante o sueñas con la posibilidad de adquirir un nuevo estéreo o un televisor mas grande o simplemente con la oportunidad de quedarte en la cama un rato más el domingo? ¿Qué más necesitas hacer para aceptar que te lo mereces? ¿Para cuándo lo vas a dejar, ¿Cuánto tiempo más lo vas a postergar? Quizás hoy sea ese momento oportuno que estabas esperando... No esperes a que otros te sorprendan... ¡decide ahora mismo!
Hacer felices a los que amamos es una labor muy bella, pero decir que nuestra felicidad depende únicamente de la felicidad de otros puede ser equivocado.
Estamos programados para complacer a otros, sabemos lo que necesitan, lo que les daría gusto tener y es posible que estemos dispuestos a realizar cualquier esfuerzo o sacrificio para complacerlos y sentir que somos felices cada vez que podemos hacerlo. Entonces es muy importante que aprendamos a hacer lo mismo con nosotros. ¿Sabías que a falta de ser recompensado nuestro espíritu comienza a sentirse vacío, triste y desanimado?
Vamos, has sido un guerrero de la luz, has librado cantidad de batallas en busca de una mejor vida para los tuyos y para ti... por esto, mereces descansar y sentirte recompensado.
¿De qué manera puedes
aprender a recompensarte?
Evita sentirte víctima de los demás. Deja de esperar que sean otros quienes te recompensen por un día bueno o por una vida bien vivida. Vive limpia y honestamente; hazlo por convicción, aun cuando descubras que los otros estaban de espaldas y no te vieron en ese momento... ¡Deja de esperar!
Recompénsate a menudo. Hazlo cuando hayas realizado una tarea especial o cuando hayas alcanzado un logro, cuando te sientas agotado al terminar de enfrentar y vencer alguna dificultad o cuando te sientas en un proceso de recuperación. Por cualquiera de estas razones, date un regalo, aquello que tanto deseas o simplemente concédete la posibilidad de disfrutar de un momento especial.
Haz un inventario de todo lo vivido. Al recordar y revisar algunos de los momentos que viviste con dolor o con dificultad, te será sencillo apreciar tu esfuerzo, perseverancia y dedicación. Conéctate también a los momentos gratos que has experimentado para sentirte satisfecho e internamente fortalecido.
Aumenta el aprecio hacia ti mismo. Es posible que necesites fortalecer tu autoestima un poco debilitada por alguna de las situaciones que has vivido. Comienza por reconocer tus actitudes y gestos positivos, además de estar atento para darte cuenta de tus características especiales.
Abre tu corazón. Date permiso para disfrutar y gozar de aquello que decidas regalarte. Evita sentirte culpable al momento de comprar algo para ti... piensa en cuáles serían tus sentimientos si fuese para una persona muy especial para ti.
Reconoce tus logros. Decide suavizarte la vida... cada vez que realices un esfuerzo importante di en voz alta pero que otros no escuchen: ¡qué bien lo hiciste! ¡Bravo, lo lograste! Al final, date una palmadita cariñosa en el hombro por la labor cumplida. Crea una rutina semanal de gratificación, practica un hobbie, planifica salir una vez a la semana con tus amigos a bailar, lo importante es que tengas momentos para renovar tu entusiasmo y refrescar tu vida.
Nos hace falta desarrollar la automotivación, para no depender tanto del reconocimiento o la calificación que nos quieran o nos puedan dar los demás.
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