Desde las manzanas hasta la cebolla, los alimentos combaten las enfermedades del corazón, el cerebro y el organismo en general. Realmente pueden curarnos.
Un misterio rodea el "pan nuestro de cada día"; más de lo que podemos imaginar. De hecho, puede que allí esté la clave de nuestra longevidad emocional, mental y física.
Los alimentos hacen más que brindarnos placer y sustento; realmente pueden sanarnos. Los nutrientes combaten enfermedades del corazón, ayudan a prevenir el cáncer e incluso mantienen el buen funcionamiento del cerebro.
"Los alimentos tienen beneficios para la salud, más allá de la nutrición básica", dice la nutricionista Cheryl Toner, quien dirige las publicaciones de salud en la International Food and Information Council Foundation (IFIC). Sabemos que las frutas y los vegetales contienen vitaminas y que los alimentos no procesados son los mejores. Pero, ¿qué es lo que realmente hacen por nosotros los granos enteros, las frutas y los vegetales? Los expertos consideran que los alimentos que consumimos constituyen una fuente de energía que ayuda a nuestro cuerpo a resistir las enfermedades, además de prolongar la función cognoscitiva y mejorar el humor.
Efectivamente, la creciente popularidad de medios alternativos de fomentar la salud pone a los alimentos en la mira, haciendo que la gente hurgue más allá de la medicina tradicional en busca de respuestas sobre cómo curar y prevenir las enfermedades. Una buena alimentación, combinada con ejercicios, puede ser el ingrediente ideal para mantener la mente y el cuerpo sanos.
De acuerdo con estimaciones de los expertos, la mayoría de las personas cree que por lo menos tienen un control moderado de su salud y que la nutrición desempeña un papel incluso más relevante que el ejercicio y los antecedentes familiares de salud. "La alimentación para el tratamiento y la prevención de enfermedades es un área en crecimiento", señala Andrew Weil, director de Medicina Integral en la Universidad de Arizona, en Tucson.
Si alguna vez escuchó algo sobre los poderes mágicos de los alimentos, probablemente estaba relacionado con los antioxidantes. Ellos neutralizan los agentes que dañan las células y posiblemente reducen el riego de desarrollar enfermedades. Los antioxidantes se encuentran en forma natural en varios tipos de alimentos, como las frutas, vegetales, nueces y otros frutos de cáscara, aceite de pescado, té y muchos otros.
No obstante, " hay cierta exageración", dice Walter Williet, jefe del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Los antioxidantes no son un "curalotodo". "Sin embargo, estamos viendo que los alimentos tienen funciones mucho más importantes de lo que se había reconocido. Por ejemplo, las grasas poliinsaturadas hacen mucho más que bajar los niveles de colesterol en la sangre. Pueden ayudar a prevenir los coágulos sanguíneos y las probabilidades de desarrollar alteraciones fatales en los ritmos cardíacos".
La función de los ácidos grasos esenciales también es objeto de numerosas investigaciones. Weil indica que "mejoran el funcionamiento mental y protegen contra inflamaciones y enfermedades cardíacas. La dieta promedio de la población presenta serias deficiencias de ácidos grasos Omega-3 y esto tiene sus consecuencias en la salud". Una buena fuente de estos ácidos grasos es el aceite de pescado, pero también se encuentra en algunas semillas y nueces.
Los alimentos del reino vegetal, como hortalizas, frutas, soya y granos enteros, también se recomiendan como parte de una dieta óptima. Contienen fitoquímicos, agentes naturales que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y protegen contra las enfermedades. Los fitoquímicos se encuentran en alimentos como el ajo, las legumbres y los frutos de cáscara, entre otros.
El aprendizaje acerca de los alimentos es sólo una parte del objetivo. Para lograr una vida más sana, quizás necesite cambiar sus hábitos. Tal vez modificar la forma de hacer las compras, preparar los alimentos y comerlos. Pasar de las papas fritas a los vegetales no es fácil; ¿cómo encontramos la motivación?
Para empezar, usar el miedo a la muerte para motivar a las personas no funciona, dice Ornish. Sin embargo, "cuando la persona comienza a hacer cambios en su dieta y forma de vida empieza a sentirse mejor. Tiene más energía, piensa con mayor claridad, hay más sangre circulando por el cerebro y el corazón, no necesita tantas horas de sueño y aumenta el vigor".
Constantemente surge información nueva, por lo que su manejo puede resultar confuso. Para decidir lo que es mejor para usted consulte a su médico o nutricionista y explore nuevos alimentos. "Intente hacer cambios aunque sea por una semana. Aprenderá a través de la experiencia lo bien que puede sentirse. Esta es una manera mucho más orgánica de hacer cambios", dice Ornish. Asimismo, como apunta Willet, "las decisiones acerca de la comida no deberían tomarse sobre la base de un solo estudio; es importante confirmar datos a partir de diferentes fuentes confiables". Es por ello que se han recopilado en un solo documento algunos de los descubrimientos más recientes. A continuación, algunos estudios, desde el ginkgo hasta los Omega-3, que muestran sus beneficios. Por su extensión, el trabajo se hará en dos entregas.
Ya sabemos que para proteger el corazón hay que hacer ejercicios y tener una dieta baja en grasas saturadas. No obstante, estudios recientes muestran los beneficios de algunos alimentos que quizás no se han considerado. Se cree que la soya, por mencionar uno, reduce el riesgo de ataque cardíaco al bajar los niveles de colesterol. Numerosos expertos recomiendan 25 gramos de proteína de soya al día. Un estudio publicado recientemente en Diabetes Care indica que la soya puede reducir los riesgos de ataque cardíaco y apoplejía en mujeres posmenopáusicas porque contiene el antioxidante isoflavón. La soya se puede ingerir en diversas formas: el edamame (variedad de granos de soya verde, cocido al vapor), el tofu (alimento parecido al queso pero basado en soya), y en su forma similar a las nueces, por ejemplo.
Las nueces también tienen efectos saludables en el corazón, aunque en el pasado su alto contenido de grasas llegó a causar serios temores. Sin embargo, según el Nurses's Health Study, un informe de la Universidad de Harvard, las mujeres que comían una onza por lo menos cinco veces a la semana durante 14 años redujeron el riesgo de enfermedades cardíacas en aproximadamente 30%.
Las nueces contienen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, y de acuerdo con la IFIC, las personas que incluyen altas cantidades de estas grasas en su dieta disfrutan de bajos niveles de colesterol. Las grasas saturadas, por el contrario, aumentan el "colesterol malo", o lipoproteína de baja densidad (LDL). Otros alimentos que contienen grasas saludables son: aguacate, aceite de soya y aceite de oliva.
Los ácidos grasos omega3 constituyen un componente graso igualmente importante que se encuentra en abundancia en pescados como el salmón o la caballa, y en menor grado en otros frutos marinos. Estos ácidos grasos ayudan a mantener y reparar las células cerebrales que están formadas de grasa. También reducen el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como las coronarias, infartos y cáncer. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, indica que las muertes por ataques cardíacos súbitos ocurren con menos frecuencia en quienes comen pescados oceánicos.
Al hacer la lista de los ingredientes sanos para el corazón, no olvide el vino y la cerveza. Todos sabemos que la ingesta moderada de alcohol puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas.
En un trabajo, publicado en el European Journal of Clinical Nutrition, investigadores alemanes estudiaron la ingesta de cerveza en la cena. Los adultos de mediana edad observados registraron bajas en los niveles de la proteína reactiva C, un componente asociado con inflamación y la aparición de coágulos.
Ciertamente, se conocen los efectos saludables del vino, la soya, las nueces y el pescado en el corazón. Pero a continuación, se añaden más sorpresas: miel y chocolates, que mientras más oscuro mejor. Aparentemente, la miel tiene el mismo efecto saludable de los antioxidantes que se encuentran en alimentos como las espinacas y las manzanas. En la Universidad de Illinois, un estudio realizado en hombres con edades entre 18 y 38 años reveló que los niveles de antioxidantes en la sangre aumentaban después de ingerir agua mezclada con miel.
El chocolate también ayuda a proteger el corazón. Sus flavonoides, una familia de antioxidantes, ayudan al cuerpo a resistir los daños celulares de los radicales. Adicionalmente, a su vez, el dulce puede disminuir los riesgos de infartos y enfermedades cardíacas.
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