Hay momentos en los que necesitamos volver a comenzar y salir adelante, después de haber pasado por una etapa de estancamiento y pasividad. Pensamos que no podremos hacerlo a menos que alguien nos ayude o nos apoye para poder lograrlo. ¿Qué crees que nos hace falta realmente en ese momento? Automotivación.
Estamos acostumbrados a esperar o a necesitar, que alguien se haga responsable de nosotros, que alguien nos acompañe o nos motive para que podamos salir adelante... Necesitamos aprender a motivarnos a nosotros mismos para tener un motor propio.
Sentir la fuerza de la motivación, implica experimentar el impulso de hacer cuanto sea necesario para conseguir nuestras metas. Muchas veces, necesitamos sentir que somos motivados por otras personas y cuando ellas dejan de impulsarnos, nos detenemos casi instantáneamente. Es muy importante aprender a tener una motivación propia, de manera que esto nos asegure no detenernos por falta de esa fuerza.
Sentirnos motivados significa tener entusiasmo, voluntad y ganas de vivir, de levantarnos cada día con optimismo, implica el no necesitar que otro nos recuerde el cumplimiento de los compromisos que hemos hecho con nosotros, con otros y con la vida.
Cuando te sientes motivado, eres más fuerte para perseverar en tu empeño. Además puedes vencer los obstáculos con más facilidad. La falta de motivación hace que pierdas el sentido y la dirección de tu vida. Pregúntate ¿Qué es lo que deseas alcanzar en tu vida? ¿Cómo te gustaría vivirla?
Muchas veces a través de tu ejemplo y de tu actitud, motivas a otros a recuperar el entusiasmo y las ganas de vivir.
Cómo recuperar la automotivación
Reconoce todo lo positivo que llega a tu vida. Coloca tu atención en las cosas buenas y especiales que te han sucedido. Realizar un inventario de todo lo bueno que has alcanzado, te permitirá saber y creer que sí puedes alcanzar con trabajo, voluntad y dedicación aquello que deseas en la vida. A través de la consecución de metas pequeñas y diarias, refuerzas la confianza en tu capacidad de alcanzar metas mayores.
Ponte una meta. Cuando quieres alcanzar algo en la vida, inmediatamente toda tu energía se alinea con tu intención, cada pequeño o gran esfuerzo comienza a estar dirigido hacia la consecución de esa meta. Entonces te descubres motivado y entusiasta. Es importante que la meta, sea tuya realmente y no sugerida por otro, para que puedas desarrollar la motivación necesaria para alcanzarla. Cuando después de alcanzar una meta, continúas experimentando el mismo vacío que sentías inicialmente, es porque la meta que perseguiste con tanto empeño era sugerida por otro.
Haz cada cosa con pasión. Cuando hacemos las cosas con pasión, con ganas, desarrollamos una fuerza que nos hace permanecer motivados durante todo el proceso. El verdadero anhelo hace que nos volvamos fuertes para sortear los obstáculos, y fuertes para sobreponernos al fracaso. ¿Recuerdas la última vez que quisiste hacer algo? Seguramente nada te detuvo y al final ni siquiera te sentiste cansado...
Considera tus fracasos una parte importante de tu crecimiento. En algunos casos, el haber experimentado un fracaso hace que perdamos la motivación para intentarlo de nuevo. Recuerda que cada experiencia fallida acorta el camino hacia el éxito y la felicidad. Así que adelante, una vez más con la misma fuerza que tuviste inicialmente, seguro, confiado y motivado. Cada vez que tu mente te recuerde un momento de fracaso, respira profundo y dite a ti mismo: eso forma parte del pasado y quiero desconectarme de él.
Refuerza la confianza en tus capacidades. Si puedes alcanzar tus metas, sin importar de qué tamaño sean. Repítete a ti mismo: soy capaz, voy a lograrlo. Recuerda que puedes al igual que otros, lograr que tus sueños se conviertan en realidad. Cambia el monólogo silencioso que te acompaña en la cabeza, después de un pensamiento negativo de apatía o desánimo, crea uno positivo y contrario.
Alimenta la confianza en ti mismo. Lee libros motivadores, que tengan historias de éxito, que refuercen tus pensamientos positivos y que te recuerden que tú puedes lograrlo porque tienes el poder dentro de ti. Refresca tu espíritu y aumenta el entusiasmo. Acércate a personas entusiastas y optimistas, que puedan con sus comentarios o con su ejemplo fortalecer tu confianza.
Practica con disciplina y voluntad, todo aquello que aprendas y que pueda mejorar tu vida. Quiérete más, para que puedas tener la motivación necesaria para hacer cosas buenas para ti. Déjate llevar por la iniciativa que se enciende en tu interior... no lo pienses tanto y entrégate a ella
Estamos acostumbrados a esperar o a necesitar, que alguien se haga responsable de nosotros, que alguien nos acompañe o nos motive para que podamos salir adelante... Necesitamos aprender a motivarnos a nosotros mismos para tener un motor propio.
Sentir la fuerza de la motivación, implica experimentar el impulso de hacer cuanto sea necesario para conseguir nuestras metas. Muchas veces, necesitamos sentir que somos motivados por otras personas y cuando ellas dejan de impulsarnos, nos detenemos casi instantáneamente. Es muy importante aprender a tener una motivación propia, de manera que esto nos asegure no detenernos por falta de esa fuerza.
Sentirnos motivados significa tener entusiasmo, voluntad y ganas de vivir, de levantarnos cada día con optimismo, implica el no necesitar que otro nos recuerde el cumplimiento de los compromisos que hemos hecho con nosotros, con otros y con la vida.
Cuando te sientes motivado, eres más fuerte para perseverar en tu empeño. Además puedes vencer los obstáculos con más facilidad. La falta de motivación hace que pierdas el sentido y la dirección de tu vida. Pregúntate ¿Qué es lo que deseas alcanzar en tu vida? ¿Cómo te gustaría vivirla?
Muchas veces a través de tu ejemplo y de tu actitud, motivas a otros a recuperar el entusiasmo y las ganas de vivir.
Cómo recuperar la automotivación
Reconoce todo lo positivo que llega a tu vida. Coloca tu atención en las cosas buenas y especiales que te han sucedido. Realizar un inventario de todo lo bueno que has alcanzado, te permitirá saber y creer que sí puedes alcanzar con trabajo, voluntad y dedicación aquello que deseas en la vida. A través de la consecución de metas pequeñas y diarias, refuerzas la confianza en tu capacidad de alcanzar metas mayores.
Ponte una meta. Cuando quieres alcanzar algo en la vida, inmediatamente toda tu energía se alinea con tu intención, cada pequeño o gran esfuerzo comienza a estar dirigido hacia la consecución de esa meta. Entonces te descubres motivado y entusiasta. Es importante que la meta, sea tuya realmente y no sugerida por otro, para que puedas desarrollar la motivación necesaria para alcanzarla. Cuando después de alcanzar una meta, continúas experimentando el mismo vacío que sentías inicialmente, es porque la meta que perseguiste con tanto empeño era sugerida por otro.
Haz cada cosa con pasión. Cuando hacemos las cosas con pasión, con ganas, desarrollamos una fuerza que nos hace permanecer motivados durante todo el proceso. El verdadero anhelo hace que nos volvamos fuertes para sortear los obstáculos, y fuertes para sobreponernos al fracaso. ¿Recuerdas la última vez que quisiste hacer algo? Seguramente nada te detuvo y al final ni siquiera te sentiste cansado...
Considera tus fracasos una parte importante de tu crecimiento. En algunos casos, el haber experimentado un fracaso hace que perdamos la motivación para intentarlo de nuevo. Recuerda que cada experiencia fallida acorta el camino hacia el éxito y la felicidad. Así que adelante, una vez más con la misma fuerza que tuviste inicialmente, seguro, confiado y motivado. Cada vez que tu mente te recuerde un momento de fracaso, respira profundo y dite a ti mismo: eso forma parte del pasado y quiero desconectarme de él.
Refuerza la confianza en tus capacidades. Si puedes alcanzar tus metas, sin importar de qué tamaño sean. Repítete a ti mismo: soy capaz, voy a lograrlo. Recuerda que puedes al igual que otros, lograr que tus sueños se conviertan en realidad. Cambia el monólogo silencioso que te acompaña en la cabeza, después de un pensamiento negativo de apatía o desánimo, crea uno positivo y contrario.
Alimenta la confianza en ti mismo. Lee libros motivadores, que tengan historias de éxito, que refuercen tus pensamientos positivos y que te recuerden que tú puedes lograrlo porque tienes el poder dentro de ti. Refresca tu espíritu y aumenta el entusiasmo. Acércate a personas entusiastas y optimistas, que puedan con sus comentarios o con su ejemplo fortalecer tu confianza.
Practica con disciplina y voluntad, todo aquello que aprendas y que pueda mejorar tu vida. Quiérete más, para que puedas tener la motivación necesaria para hacer cosas buenas para ti. Déjate llevar por la iniciativa que se enciende en tu interior... no lo pienses tanto y entrégate a ella
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