Hace un par de dias me di cuenta de que el bienestar y la felicidad dependen casi totalmente de nuestro estado de ánimo y de la actitud con la que asumamos cada situación o circunstancia. Es increíble reconocer hasta qué punto podemos descender emocionalmente cuando se nos baja el ánimo, es como si apagáramos los motores y todo en nuestra vida comenzara a verse distorsionado y oscurecido por nuestra perspectiva. Lentamente surgen los fantasmas del temor y del pesimismo, que nos impulsan a caer en un estado de apatía y desilusión. ¿Te has sentido alguna vez así?
Cada día me convenzo más a mí misma acerca de la importancia de mantenernos animados y entusiastas a pesar de todo lo inesperado que ocurre en nuestra vida diaria. Cuando recordamos que todo pasa y que siempre lo que sucede es lo mejor… tenemos mayor capacidad de aceptar y dejar pasar. Cada uno de nosotros tiene un par de lentes a través de los cuales observa la vida, muchas veces lo que nos han enseñado, lo que hemos vivido en el pasado y hasta lo que nos dicen otros que tienen cierta influencia sobre nosotros, nubla o empaña el cristal a través del cual observamos e interpretamos todo lo que nos sucede cada día. Es por esto que la mayoría de las veces tenemos la tendencia a distorsionar la realidad para tomar el aspecto más negativo de cada situación.
Cuando estás animado y contento, todo te parece más bonito, ganas seguridad en ti mismo y crees que podrás vencer cualquier obstáculo que se atraviese en tu camino; inclusive puedes relacionarte con más facilidad con los extraños y de manera más amable y cariñosa con tus seres queridos; eres más tolerante y hasta comprensivo con los errores que cometen los demás. ¿Cómo es que permites que de un instante para otro la aparición de una situación externa te cambie toda esa actitud positiva?
Vamos, anímate, quiero recordarte que tú puedes hacer la diferencia en tu vida y en la de otras personas con tu actitud.
Elabora una lista de frases positivas. Anota en tarjetas pequeñas algunos pensamientos positivos o frases que te sirvan para levantar el ánimo y fortalecer el espíritu. Léelas cuantas veces sea necesario para mantenerte entusiasta y optimista.
Posterga tus pensamientos negativos. Cada vez que un pensamiento negativo surja en tu mente, dile que pensarás en ello el próximo viernes a las 6:00pm, cada vez que te aparezca repítele que pensarás en ello… el día más lejano y calmado que tengas. Hacerlo una y otra vez descansará tu mente y aliviará tu tensión. Recuerda ocuparte de darle solución a tus preocupaciones.
Busca la compañía de personas optimistas. Cuando sientas que tu estado de ánimo comienza a bajar, comparte con ese buen amigo o con tu pareja si es una persona entusiasta y positiva, para que con sus comentarios, energía y presencia te ayuden a mantenerte arriba.
Distrae tu mente. Realiza una actividad que mantenga ocupada tu mente para así desconectarla de tus preocupaciones y concentrarla en los otros aspectos positivos de tu vida. No te quedes solo y encerrado, pues así sólo lograrás empeorar tu estado de ánimo. Ver una película, escuchar radio, poner música rítmica y animada, cocinar, arreglar el jardín… son algunos de los recursos que puedes utilizar para sacarte adelante.
Fortalece tu capacidad de adaptación. Aprende a adaptarte a los cambios. Siempre habrá situaciones inesperadas, prepárate para que cuando lleguen no te agarren desprevenido y sin saber cómo manejarlas. Recuerda que la vida está en constante movimiento y cambio, de manera que tú también estás expuesto a ellos, trata de tomar siempre el aspecto más positivo de cada situación y sal rápidamente de todo lo negativo.
Conéctate a tus recuerdos positivos. Elabora una caja de recuerdos felices. Consigue una caja que te parezca especial, coloca en su interior una foto que te recuerde un lugar o un momento muy especial, una carta o una tarjeta que te haya enviado una persona querida, algún objeto pequeño que te recuerde el amor de tu pareja, un par de caramelos para endulzarte el momento, algún dibujo de tus hijos expresándote el amor, algo que represente la imagen de la Divinidad… y colócala en tu mesa de noche, en el clóset o debajo de tu cama. Cada vez que te sientas desanimado, ábrela y conéctate a sentimientos positivos y entusiastas a través de tus recuerdos. Todos podemos experimentar un estado de ánimo bajito, lo importante es no permanecer sumidos en él por largo tiempo.
Practica la sonrisa, fortalece tu confianza y renueva tu Fe, ¡Verás cómo haciéndolo tu perspectiva de la vida será más positiva!
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