En estos días hablaba con una amiga que vive sola hace un tiempo. Ella me contaba que se le ha hecho muy difícil en los últimos meses llegar al apartamento y no tener compañía. Todo el tiempo piensa en cuándo conocerá a esa persona especial con quien compartir su vida. Muchas veces se atormenta pensando que el tiempo pasa y no lo encuentra, siente temor de quedarse sola para siempre. Mientras tanto, vive angustiada y malhumorada por su situación. Me preocupa que tome la decisión de relacionarse con cualquier persona sólo por la necesidad tan grande que tiene de un poco de cariño y compañía.
Es cierto que cuando estamos sometidos por ciertas circunstancias a vivir solos, sin que lo hayamos elegido conscientemente, esta situación puede convertirse en una de las lecciones más difíciles de nuestra vida. Hemos sido enseñados a vivir en función de otros, siempre buscando la compañía de los demás. En el pasado el hombre vivía más aislado y en contacto con la naturaleza, por esta razón le era sencillo vivir consigo mismo y en paz. Hoy en día, hay personas que cuando llegan a casa encienden las luces, el televisor y se ponen a hablar por teléfono para no enfrentar el silencio y la soledad que experimentan al llegar cada día. El miedo a la soledad lo experimentan aquellas personas que han perdido la capacidad de pensar en sí mismas y que tienen el temor de reconocer sus inseguridades y vacíos.
A pesar de todo esto, la soledad tiene un aspecto muy positivo. Estar a solas te ayuda a alcanzar la madurez y a prepararte para la vida compartida con otros. Por ejemplo: después de un largo día de trabajo, lleno de tensión, es muy agradable poder disfrutar de un momento de soledad para revivir algunos eventos del día y, así, comprender mejor lo que hemos vivido. Es importante que aprendamos a estar solos. La incapacidad de manejar y asumir nuestra soledad puede llevarnos a sufrir depresión y malestar físico.
Disfruta de tu propia compañía. Recuerda algunos de los sueños que tenías cuando eras pequeño. Pregúntate qué te gusta hacer; a qué te gustaría dedicarte. Y luego simplemente busca las herramientas o los medios que te permitan cumplir con algunos de tus sueños. Aprovecha que estas solo en este momento para darle la dirección que deseas a tu vida.
Prepárate para recibir a tu nueva pareja. Muchas veces te sientes desesperado por encontrar a tu pareja ideal, sin detenerte a pensar si estarás listo para compartir una relación con ella. Usa este momento de soledad para autoobservarte y trabajar en ti mismo, para cambiar aquellos hábitos y actitudes negativas que te dificulten dar lo mejor de ti para mantener una relación de pareja estable y satisfactoria.
Mantén una actitud positiva. Siéntete capaz de experimentar y aventúrate a vivir nuevas experiencias. Deja el pasado atrás y ábrete a vivir el presente, momento a momento. Sonríe, relájate y decide disfrutar más de la vida. Cuando alguien te invite, di que sí, sal y socializa un poco, anímate a compartir con tus amigos o conocidos. Siempre es grato disfrutar de buena compañía, aunque sea temporal.
Acompáñate de una mascota. Muchas personas han encontrado el cariño y la compañía en un animal. Si bien no sustituyen el afecto humano son una grata presencia con quien suavizamos la soledad, especialmente para las personas de la tercera edad. Recuerda que el contacto, la relación y el intercambio con otras personas enriquecen nuestras vidas.
Vuélvete útil. Es muy importante que te mantengas activo, especialmente haciendo aquello que más te gusta. Algunas personas se jubilan y paran su actividad sin darse cuenta que al cabo de los meses comenzaran a experimentar un sentimiento de vacío existencial. Por esta razón, quiero sugerirte que encuentres una actividad que te devuelva el sentimiento de ser útil para otros. Al mismo tiempo mantenerte activo mentalmente, leyendo libros o asistiendo a charlas o talleres que te ayuden a estar informado y al día con todo lo que está pasando te hará sentir mejor.
Toma la iniciativa. A veces sucede que te quedas esperando a que alguien te invite a salir o a compartir un rato; toma tú la iniciativa y anímate a invitar a una persona en particular o a un grupo de amigos para hacer algo divertido. No tengas miedo al rechazo o a la negativa de los demás, siempre podrás encontrar personas afines con tu personalidad y gustos con quienes pasar un buen rato.
Aprovecha esos momentos de paz y soledad para repasar la película de tu vida, decide qué aspectos de ella te gustaría cambiar o mejorar y trabaja en ellos para que logres tener una vida plena. Si uno alcanza la madurez emocional y la armonía necesaria podrá disfrutar plenamente de la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario