En estos dias he pensado seriamente acerca de nuestro futuro... Me he preguntado acerca de las posibilidades reales que tenemos de lograr una convivencia más armónica, si podremos lograr un entendimiento mas allá de nuestras diferencias individuales.
Algunas personas dan por sentado que muchas de las razones por las cuales se nos dificulta vivir en paz, se transformarán por si solas sin que tengamos que hacer algún cambio sustancial de parte de cada uno de nosotros para lograrlo. Pero la verdad es que la única forma que tenemos de conseguir la verdadera paz y un futuro mejor es a través del rescate de los valores esenciales en nuestro hogar.
Nuestros hijos serán mejores seres humanos en la medida en que podamos transmitirles nuevos y mejores valores a través del ejemplo y la convivencia familiar. Comencemos a ocuparnos de nuestros niños con responsabilidad, amor y conciencia. Si queremos que ellos tengan una mejor forma de vida tenemos que abocarnos a mejorar como personas, para que con nuestro ejemplo les demos las herramientas y las bases que les permita lograrlo.
Fortalece el sentido espiritual
Es importante enseñar a nuestros hijos a reconocer y dar gracias por todos los regalos y las bendiciones pequeñas o grandes que recibimos a diario. Realizar una breve oración por la paz o por la necesidad de algún amigo o familiar, los enseña a considerar la situación de otros.
Expresa físicamente tu afecto
Si alguna vez te has sentido seguro o protegido dentro de un gran abrazo, conoces el poder de compartirlo. Es importante intercambiar muestras de afecto con nuestros seres queridos: un masajito, un abrazo de oso en los momentos difíciles, una sobadita de cabeza o simplemente una caricia en la punta de la nariz pueden ser suficientes para hacerlos sentir queridos e importantes.
Coman juntos en la mesa
Muchas veces, nuestras diferentes ocupaciones dificultan el sentarnos a comer a la misma hora; hagan el esfuerzo de encontrar un espacio del día en el que puedan coincidir para compartir los alimentos. Eviten hablar sobre problemas o emitir críticas. Prueben conversar sobre la comida o sobre alguna experiencia positiva que hayan tenido.
Compartan momentos divertidos
Dejar salir nuestro niño interior nos permitirá disfrutar de un buen partido con nuestros hijos o tener una batalla de cosquillas o de almohadas. También podemos cantar viejas canciones de la infancia, mientras vamos en el carro de paseo... Todavía estás a tiempo de permitir que tus hijos descubran que tienen un padre y una madre muy divertidos. Además, los enseñará a ganar o perder sin que decaiga su ánimo por ello.
Comienza a reconocerlos
A todos nos cae muy bien una frase de reconocimiento al esfuerzo que realizamos. Enséñalos a reconocer y agradecer a otros haciendo lo mismo con ellos y con los demás. Hazlos sentir apoyados, expresándoles que comprendes su situación o su limitación, con frases como: No te preocupes, todo saldrá bien. Yo sé que puedes lograrlo. Eres el mejor... Así lo ayudarás a fortalecer su autoestima.
Practica el buen humor
Esto contribuye a que tengamos una buena actitud frente a la vida. Es posible que te sorprenda escuchar de tus hijos cuándo fue la última vez que reíste libremente con ellos... No te tomes la vida tan en serio, o ellos lo aprenderán de ti y lo repetirán. Recuerden situaciones graciosas juntos y ríanse de ellas. La próxima vez que tu hija haga una travesura, prueba reírte de ella en vez de reprenderla; enséñale a sonreír y a desarrollar el sentido del humor.
Compartan las responsabilidades
Una familia es un equipo; enséñalos a asumir responsabilidades de acuerdo a sus capacidades. Aprender la importancia que tiene el trabajo de cada uno para el bienestar de todos, los enseñará a trabajar en equipo. Cuando vayas a limpiar o a ordenar el clóset, llévalos contigo e invítalos a participar; no olvides hacerlo divertido para que se sientan atraídos.
Crea rituales familiares
Puedes conservar alguna tradición familiar de tu infancia que te parezca positiva o divertida. También pueden crear nuevos rituales que le den a todos un sentido de pertenencia a la familia: las hamburguesas del viernes por la noche, el desayuno de los domingos para el que cada uno prepara una parte, o la celebración después de pasar un examen... Desarrolla tu creatividad y dale a tu familia ese sello especial y diferente. Nuestros niños son el futuro... pensemos y actuemos por ellos hoy. Brindémosles todo el amor, el cuidado y el respeto que se merecen.
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