viernes, 19 de septiembre de 2008

Sonrisa De comercial



Sonrisa
De comercial

Quienes se
encuentran
insatisfechos
con sus
dientes y
desean sonreír
sin disimulos,
tienen como
aliado los
adelantos
que pone
a su disposición
la odontología
estética, una
rama que se
encarga de
mejorar tanto
la salud como
la apariencia
de las piezas dentales
Por Betzy Barragán


Ya no es necesario ser una estrella de cine o de televisión ni poseer una fortuna para poder lucir una dentadura radiante. Los avances en el campo de la odontología han propiciado la incorporación de materiales más efectivos y menos costosos, lo cual ha permitido que, para un mayor número de individuos, sea cada vez más posible gozar de una sonrisa sana y agradable.

Se dice que es a los ojos donde de entrada se mira alguien cuando apenas se le está conociendo; luego a los dientes o la sonrisa; y que dependiendo de lo armónicos que estos elementos resulten a la vista, esa persona gozará de mayor o menor aceptación. Pero los cánones de belleza pueden presentar algunas variaciones dependiendo de la cultura en la que se viva; por ejemplo, los integrantes de algunas tribus amazónicas, al llegar a la pubertad, se liman los dientes en forman puntiaguda como señal de belleza. En otros clanes africanos se los desgastan hasta dejarlos pequeños y muy parejos, igualmente como realce del atractivo físico. En la sociedad occidental, lo ideal es lucir una dentadura blanca y alineada, con dientes de tamaño regular (ni muy grandes ni muy pequeños), sin fisuras y encías rosadas y sin manchas.

La búsqueda de ese modelo ha hecho que se incorporen, en la práctica odontológica, términos como arquitectura dental y diseño de sonrisas, para referirse a las nuevas opciones que permiten reconstruir, remodelar o rejuvenecer la boca de casi cualquier persona. Un trabajo que no sólo involucra el aspecto de los dientes, sino también todo lo que tiene que ver con la armonía general del rostro: el grosor de los labios, el tono de la piel, la línea de la nariz y la forma de los pómulos, entre otras variables. Los especialistas coinciden en la idea de que todo este repunte en la importancia de la apariencia dental tiene que ver con el boom de los cambios estéticos en general. Pareciera que ya no existen límites a la hora de querer y conseguir ser "otra persona".

"En este afán por lucir cada vez mejor -dice Emma Oliveros, odontóloga especialista en odontología estética- hay que tener sumo cuidado con la elección del profesional, pues de esto dependerá tanto el resultado final como la garantía de dicho trabajo. Lamentablemente, hay mucho empírico ejerciendo actividades para las que no está realmente capacitado. Esta profesión tiene que ejercerse con mucha rigurosidad. Hay que estar preparado, sobre todo, porque el odontólogo tiene que tener criterio al momento de decidir qué es lo que más le conviene al paciente, más allá de sus exigencias estéticas".

Los materiales

El anhelo del paciente es que su odontólogo le realice las restauraciones dentarias con la menor cantidad de molestias (durante y después del tratamiento) y con el mejor resultado visual; es decir, que la intervención se note lo menos posible. Son estos requerimientos los que han motivado y estimulado el avance en la industria odontológica; la meta es desarrollar materiales cuyo comportamiento sea lo más parecido posible al del tejido orgánico dental. "En la actualidad, los profesionales cuentan con sistemas libres de metal, altamente resistentes, translúcidos y, además, biocompatibles; es decir, son elementos que prácticamente no generan efectos adversos en el individuo", explica Oliveros.

Entre los materiales más usados en la actualidad se encuentran:

Resinas: Son polímeros compuestos, generalmente con base de acrílico. Se presentan en forma de pasta y se endurecen al exponerse a la luz ultravioleta. Vienen en una amplia gama de tonos que simulan con gran precisión el color natural del diente.
Cerómeros: Se puede decir que son unas resinas mejoradas, libres de metal y compuestas por partículas muy pequeñas de porcelana y de fibras reforzadas. Es un material muy estético, resistente a las fracturas y se comporta de manera muy similar al esmalte dental.
Porcelana: Es un producto que se obtiene al mezclar polvo de cerámica (cuarzo, caolín, pigmentos, opacificadores, y otras sustancias) con agua destilada. Se trabaja en el laboratorio y su uso está destinado, básicamente, a elaborar coronas y carillas.
Zirconio: Los especialistas dicen que este producto representa una pequeña revolución dentro de la odontología debido a su alta biocompatibilidad. Es un nuevo tipo de cerámica que se elabora a partir del óxido de zirconio (ZrO2), tiene mejores propiedades mecánicas y es químicamente inerte; también es uno de los materiales más costosos. Se usa tanto para la elaboración de coronas como de implantes (estructuras que se fijan al hueso de la mandíbula y en las que, posteriormente,
se atornillan las coronas).
Titanio: Aunque es un metal y la tendencia es a utilizarlo en la menor cantidad posible, está muy presente en la industria médica. Su alta resistencia a la corrosión permite que los tejidos orgánicos toleren su presencia en forma de prótesis
e implantes.

Las soluciones

"Es cierto que los costos de los tratamientos bucales han disminuido, pero tampoco hay que decir que son baratos -comenta la especialista-; sin embargo, pueden estar al alcance de muchas personas si pensamos en el hecho de que mucha gente invierte en un aparato celular más de un millón y medio de bolívares; y, por ejemplo, un blanqueamiento está por el orden de los 900 mil bolívares. Aquí es cuando entran en juego las prioridades de la persona. Por otro lado, los pacientes ahora cuentan con más facilidades de pago, desde los financiamientos que ofrecen algunas entidades bancarias hasta las posibilidades que brinda el consultorio en particular".

Dientes manchados, fracturados, torcidos, con caries, y un sinnúmero de inconvenientes más, pueden ser solucionados con rapidez y con el mínimo de molestias gracias a las bondades de la odontología cosmética. No es un sueño poseer una sonrisa de comercial.

¿Y usted, qué desea
arreglarse?


Dientes amarillos: Es factible aclarar el tono
de una dentadura manchada gracias
a una técnica conocida como blanqueamiento. Consiste en la colocación de un producto
químico (peróxido de carbamida) sobre los
dientes, que se deja actuar durante, aproximadamente, 15 minutos. Previamente
a la administración del químico el especialista
debe realizar una limpieza profunda y exhaustiva de cada una de las piezas dentales para eliminar cualquier rastro de placa o agente irritante,
y así garantizar que el producto actúe eficientemente. De inmediato se aíslan los
tejidos blandos con un material especial que
evita que las encías se irriten; luego se aplica
el gel blanqueador, se activa con la lámpara
de luz ultravioleta y, posteriormente, se retira con agua. El procedimiento está dividido en dos fases: una en el consultorio y otra en la casa. Una vez que finaliza
la sesión en el consultorio se le entrega al paciente un kit que contiene una
férula flexible hecha a la medida, unos dosificadores que contienen el producto blanqueador, y unas cremas dentales para mitigar la sensibilidad. La persona deberá colocarse la férula todas las noches, durante dos semanas, con la finalidad de que los resultados sean más duraderos. Otro método consiste en combinar el
uso de químicos con el láser, con lo que se logra un aclarado más rápido; sin embargo, hay quienes reportan mucha sensibilidad luego de haberse sometido
a este método. Emma Olivares dice que el blanqueamiento es el tratamiento más solicitado, pero aclara que no todas las personas pueden hacérselo. "A aquellas
que sufran de sangramiento en las encías, tengan placa bacteriana, reparaciones defectuosas, sufran de sensibilidad al frío o al calor, o sean fumadoras crónicas,
no se les recomienda el blanqueamiento".

Caries: Hace unas décadas el material disponible para la obturación de un diente una vez curado de la caries era la amalgama, una mezcla metálica de mercurio y cobre, muy resistente al desgaste pero con resultados poco estéticos y la posibilidad de contaminación debido a la presencia del mercurio. Este material, poco a poco, ha sido sustituido por las resinas y los cerómeros, compuestos que garantizan un acabado casi imperceptible a simple vista. Si bien las primeras resinas eran muy porosas y con el tiempo tendían a mancharse, las que se producen actualmente son muy resistentes, compactas, estables, y pueden ser pulidas hasta conseguir la apariencia natural de la pieza dental. Una novedad en este tipo de reparaciones son las obturaciones indirectas: una especie de carilla que realiza el odontólogo fuera de la boca del paciente; para ello debe tomar la impresión de la pieza y luego hacer un molde en el que trabajará la resina que posteriormente fijará al diente con un cemento adhesivo. Este procedimiento se recomienda en las restauraciones de cavidades muy amplias para así preservar la integridad del resto del diente.

Fracturas o astilladuras: Este tipo de problemas se soluciona mediante la reconstrucción con resinas o con la aplicación de carillas, las cuales pueden ser de resina, cerómero o porcelana. Las más utilizadas son las de porcelana -aunque son las más costosas- y para poder adherirlas al diente es preciso rebajar un poco la cara anterior de la pieza dental. El resultado es un diente liso, de color parejo y muy parecido a su forma original.

Diastemas: La separación que se presenta entre los dos dientes incisivos superiores puede ser corregida con la aplicación y tallado de la resina, o mediante la colocación de carillas ligeramente más anchas que el diente original y que ayudan a disminuir esos antiestéticos espacios.

Pérdida de piezas: Si bien la misión del odontólogo es preservar, en la medida de lo posible, la integridad del diente, hay ocasiones en las que las piezas son insalvables y por ello es necesario recurrir a técnicas sustitutivas como los implantes o las prótesis (parciales o totales). Los implantes suplantan la raíz del diente y sirven de base para la colocación de la pieza protésica. Se fijan a la mandíbula mediante una pequeña intervención quirúrgica. Los más utilizados son los de titanio, un metal sumamente resistente; también se fabrican de zirconio, elemento que ofrece un mayor número de ventajas: es bicompatible, libre de metal, y su dureza y resistencia garantizan un resultado perdurable; pero su costo elevado lo convierte en una opción muy poco accesible. Las prótesis, son elementos artificiales que se usan cuando el paciente, por alguna u otra razón, no puede colocarse el implante; o cuando se requiere sustituir totalmente un gran número de piezas dentales. En este sentido, la mayor innovación son las prótesis parciales flexibles, las cuales se elaboran con una resina de nylon termoplástico transparente cuya elasticidad facilita la adaptación en la boca y, además, pasan totalmente desapercibidas.

Dientes torcidos: La "maloclusión" -que significa mala mordida- es el término que utilizan los odontólogos para referirse a los dientes apiñados, salidos o desalineados. Esta afección puede ser corregida mediante la ortodoncia, práctica que consiste en el diseño, colocación y control de ciertos instrumentos o aparatos, comúnmente llamados "frenos" con la finalidad de corregir la posición de las piezas dentales. Los avances técnicos han permitido ampliar el espectro de personas tratadas. Antes se pensaba que este tipo de tratamiento sólo estaba dirigido a niños y adolescentes, pero se ha comprobado que es igualmente provechoso en los adultos. Las innovaciones en los materiales, como los brackets de resina o porcelana, que se notan muy poco a simple vista, ayudan a que el paciente se vea y se sienta mejor; con lo que finalmente conseguirá una dentadura pareja y, muy probablemente, se aliviará de dolores crónicos de cabeza, oídos, molestias faciales, desgaste de los dientes, rigidez en el cuello y los hombros; padecimientos que suelen estar asociados a las disfunciones maxilares. La ortodoncia lingual o la invisaligne o transparente es lo más nuevo que ha surgido en el campo de la ortodoncia; aunque todavía no es común en los consultorios venezolanos, quienes la ofrecen aseguran que estas técnicas son tan efectivas como la tradicional. La ortodoncia lingual se basa en la fijación de los brackets en la parte posterior de los dientes. Podría pensarse que es un tanto más incómoda que la ortodoncia convencional; sin embargo, algunos especialistas lo niegan y además acotan los beneficios estéticos de este procedimiento, pues es indetectable. En cuanto a la ortodoncia transparente, se puede decir que consiste en un conjunto de férulas que se va cambiando a medida que se van moviendo los dientes. Aún no son muchas las clínicas que la ofrecen, pero se dice que es un poco más dolorosa que la tradicional y más costosa.

Rejuvenecimiento
de la sonrisa


La odontóloga Emma Oliveros asegura que un rostro luce más jovial y fresco cuando apenas se realiza un pequeño alargamiento de los incisivos superiores. "Dependiendo
de la mordida del paciente, lo que determinará la pertinencia
y permanencia del procedimiento, se puede aumentar unos cuanto milímetros el tamaño de los dientes frontales, para
ello se usa la pasta de resina que se fija al esmalte y se le
da un acabado igual al de la pieza. Con este método se consigue un efecto visual que se asemeja a una ligera "u".
Al comparar las imágenes del antes y después puede
notarse cómo los rasgos faciales parecen menos duros
y más agradables a la vista. El único inconveniente es
que hay que tener mucho cuidado de no morder alimentos
muy duros o crujientes".

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