lunes, 22 de septiembre de 2008

APRENDAMOS A CERRAR CICLOS



















"Los ciclos hay que cerrarlos con conciencia, voluntad y madurez para que podamos dejarlos en el pasado"

Tenemos una amiga que se fue hace mucho tiempo del país, dejando confiadamente en manos de su familia un exitoso negocio para que lo manejaran con total y absoluta autonomía. Pero, después de muchos años, diferentes circunstancias la hicieron regresar al país, para tener que afrontar la casi quiebra del negocio, del cual casi toda su familia se beneficiaba. Una situación económica que pensó que había dejado resuelta tiempo atrás y que implicaba, ahora, no sólo rescatar el negocio para el bien de todos, sino afrontar el complejo manejo de las relaciones familiares en el proceso. ¡Tenía un ciclo pendiente!

Para cerrar un ciclo, y abrir otro completamente nuevo y diferente, ya sea terminar con una situación, irnos de una relación o movernos a otro lugar, no podemos dejar ningún hilo suelto: tenemos que salvar nuestra responsabilidad, cumpliendo con todos y cada uno de los compromisos que tengamos pendientes. Inclusive estar dispuestos a perdonar, si fuese necesario, a cambiar algunos de los hábitos y de las actitudes negativas que nos acompañaron durante esta etapa de la vida, por otros, positivos, que renueven y suavicen nuestra forma de vivir y que realmente nos impulsen a abrir un nuevo ciclo.

No podemos abandonarlo todo y pretender que las cosas se mantendrán o se arreglarán por sí solas, o que no tendremos que volver a enfrentarlas en algún momento porque ya nos fuimos o, simplemente, así lo decidimos… Los ciclos hay que cerrarlos con conciencia, voluntad y madurez para que podamos dejarlos en el pasado y los efectos que otros produzcan no nos alcancen y sigan afectándonos.
Para cerrar un ciclo tenemos que estar dispuestos a soltar, a renunciar y a cambiar para comenzar de nuevo, porque si no lo estamos, la relación, el apego y el amarre pendiente que mantenemos con ese pasado nos alcanzará en algún momento para que tengamos que afrontarlo, resolverlo y darlo por terminado.

De todas las situaciones que vivimos siempre tenemos algo que aprender, especialmente si fueron difíciles o repetitivas en nuestra vida; lo más importante es que tengamos la claridad que nos permita reconocer y asumir el precio que tendremos que pagar para cerrarlas definitivamente, pensando en la liberación y la que experimentaremos después de hacerlo.

Recuerda que no importa que tan difíciles o inesperadas sean las situaciones que se te presenten, siempre contarás con la ayuda y la guía divina para afrontarlas y manejarlas; pero serás tú quien tenga que asumir el control y la responsabilidad de la situación, pues sólo a través de la voluntad, el valor, la determinación y la perseverancia, podrás resolverlas y superarlas para experimentar la plenitud que da poner nuestros asuntos en orden y en paz.


CLAVES para cerrar un ciclo

1 ACEPTA LO QUE NO PUEDES CAMBIAR
El pasado ya no importa, pues ya ocurrió. Suelta los recuerdos negativos, vive tu duelo, perdona y libérate del peso emocional que sientes. Aprende a ver los inconvenientes como oportunidades y procura darle una respuesta creativa y oportuna a cada situación.

2 AFRONTA LA SITUACIÓN CON VALOR
No metas tu cabeza dentro de la arena como el avestruz. Si dejaste un asunto pendiente, enfréntalo y resuélvelo lo más pronto que puedas, busca el momento y la manera apropiada de hacerlo. Los temas pendientes son como los intereses de un préstamo, suben y se acumulan mientras no se paguen, el hecho de ignorarlos sólo agrava las cosas.

3 NO PIENSES TANTO
Vamos, no pienses tanto las cosas... planifícalo bien, revísalo una vez más y actúa. Recuerda que mientras más vueltas le das en la cabeza a una idea o a una situación, más difícil se hace de resolver. Además, en algún momento el temor te hará sentir paralizado y te será difícil tomar la decisión correcta.

4 SÉ HONESTO Y FIRME
No participes en chismes o acciones dirigidas a enredar o a evadir la solución de una situación. Hazlo con decisión, franqueza y fuerza para resolver el asunto pendiente.
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5 CONSERVA LA CALMA
Aprende a canalizar el estrés, la tensión o la preocupación, no permitas que se conviertan en malhumor, porque muy fácilmente te volverás irritable o violento. Tampoco te dejes llevar por la reacción o las emociones, mantén una actitud serena y con voz suave y argumentos firmes afronta la situación.
"Ponte en el lugar de la contraparte y procura mantener en todo momento una actitud pacífica y tolerante"

6 SÉ CONSIDERADO
Ponte en el lugar de la contraparte y procura mantener en todo momento una actitud pacífica y tolerante.
Busquen juntos la mejor solución. Recuerda que el proceso de cerrar ciclos, puede ser difícil y doloroso, llénate de paciencia para considerar y respetar el dolor del otro.
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7 VUÉLVETE UN ELEMENTO CONCILIADOR
Procura facilitar con tus comentarios y actitud la buena comunicación, el entendimiento y el acuerdo entre las partes en conflictos. Mantente siempre atento a encontrar las semejanzas y los puntos en común para trabajar en todo momento por los acuerdos.

8 PERDONA A LOS SUPUESTOS CULPABLES
Mientras guardes el recuerdo de lo que te hicieron te mantienes preso del pasado y afectado por ese suceso. Cierra los ojos, recuerda la imagen de la persona, háblale mentalmente sobre tu malestar… Al final dile que le perdonas e imagina que sonríe.

9 NO TE DEJES AFECTAR POR LOS DEMÁS
Muchas veces la actitud y el comportamiento de los otros nos afecta, hasta el punto en que trastornan nuestra manera de actuar, confunden nuestros objetivos y perturban la claridad que necesitamos conservar para resolver la situación de la mejor manera. Evita reaccionar y tómate unos segundos para pensar antes de actuar.

10 BAJA EL NIVEL DE EXPECTATIVA
Deja de pensar en la dificultad que enfrentarás, en lo que dirán o en lo que harán los demás... suponer lo que va a suceder hará que te llenes de ansiedad y que lo veas más difícil.

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