domingo, 29 de agosto de 2010

Cuando quieres lo que tienen los demás


Cuando somos capaces de alegrarnos y de celebrar los éxitos y la felicidad de otras personas, a través de la generosidad del corazón, nos llenamos de esos sentimientos positivos y, entonces, la prosperidad, la abundancia y la sabiduría se hacen presentes en nuestra vida. Además, si estamos suficientemente abiertos, podemos aprender cuáles fueron las claves y las herramientas que usaron para conseguirlo.
Mientras que compararnos con aquellos que nos parece que tienen más bienes materiales, más éxito o que resultan más atractivos que nosotros, puede ser muy negativo, porque se nos activa la envidia para hacer que nos sintamos inferiores, al pensar que nunca tendremos aquello que admiramos en esas personas.

Y no es que sea malo experimentar de deseo de complementar nuestro bienestar, o de mejorar nuestra calidad de vida, por el contrario, plantearnos ciertas metas le agregará dirección y motivación a nuestros esfuerzos diarios y mucha pasión a nuestra vida, siempre y cuando el deseo de alcanzar nuevas cimas no sea motivado por la envidia o una ambición desmedida, porque, en cualquiera de estos casos, perderíamos la posibilidad de disfrutar de los logros y los regalos esenciales que tenemos.

Pero lo cierto es que cuando nos embarcamos en la búsqueda alocada de tener lo que otros poseen, corremos el riesgo de perder lo verdaderamente valioso en nuestra vida, al no poder reconocer y apreciar el valor del trabajo que realizamos, de los aspectos positivos que tiene el lugar donde vivimos, del beneficio que nos generan las cosas que ya hemos conseguido y del placer y el lleno que nos producen el contacto y la relación que mantenemos con las personas queridas.

Muchas veces deseamos algo que tienen otras personas, pero no sabemos en realidad cuál ha sido su costo para conseguirlo, tal vez sacrificaron su familia, su tiempo libre y hasta su bienestar.

Desarrollar la capacidad, de apreciar y disfrutar la vida nos permite tener el valor y la fortaleza para enfrentar y superar la dificultad, nos estimula a disfrutar de cada pequeño o gran regalo que recibimos, nos crea el compromiso de reconocer y celebrar cada logro o propósito conseguido y nos da la conciencia de continuar haciendo nuestro mejor y mayor esfuerzo para continuar disfrutando de la vida que llevamos.

Si deseamos cambiar o mejorar algún aspecto de ella, lo que necesitamos es tomar la decisión de buscar las herramientas, los recursos y la información, que nos permita hacer el trabajo necesario con voluntad, responsabilidad, pasión, perseverancia y mucho entusiasmo para lograrlo.

Claves para reconciliarse con uno mismo
Define lo que realmente necesitas para sentirte a gusto con tu vida, traza un límite y una vez que consigas tus objetivos, detén tu búsqueda y disfruta la vida.

Descubre qué te hace sentir bien, y haz una lista con todas esas cosas, dedícate a conseguirlas.

En lugar de seguir conquistando nuevas cumbres, tómate el tiempo para asumir y disfrutar cada logro conseguido por ti.

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