lunes, 6 de septiembre de 2010

Algunas formas de lucir más joven

Todas queremos lucir más jóvenes. La presión la sentimos a partir, digamos, de los cuarenta años cuando, en términos generales, empezamos a estar pendientes de no envejecer. Nos pasa, aunque no nos guste, porque no somos inmunes a la publicidad, a la moda y el aspecto de las modelos, a las costumbres en boga y a los códigos de una sociedad que endiosa la juventud. De paso, la sociedad va perdiendo el respeto por la edad y la experiencia de los mayores en las que se han basado la mayoría de las culturas del planeta desde que el mundo es mundo, de modo que es casi un estigma envejecer.

Llegadas a este punto, podemos sentarnos frente a un espejo y ponernos a llorar mientras contamos las arruguitas que nos han ido apareciendo, escondernos en la playa por ese poco de celulitis inevitable, vestirnos de negro para parecer más flacas (aunque seamos como Olivia la novia de Popeye) o entrar en el círculo perverso e inútil de las cirugías presuntamente rejuvenecedoras para tener, inevitablemente, cara y cuerpo de operadas.

También podríamos parar los relojes con la ilusión de que el tiempo no pasara. Sería inútil. El tiempo está allí, quieto, las que pasamos somos nosotras. Nos queda entonces el recurso de ser inteligentes y hacer todo lo posible para lucir más jóvenes sin llegar al disparate, sin operarnos y sin ser patéticas por pretender competir con nuestras hijas adolescentes.

Algunos trucos rejuvenecedores

- Mantener la piel limpia con cremas limpiadoras y productos exfoliantes y usar, con constancia, cremas humectantes y nutritivas. Parece elemental pero no lo es. Todas creemos que vamos a ser jóvenes siempre y no cuidamos la piel desde la juventud. Cuanto antes se comience, mejor. Hoy día, muchas marcas tienen claramente marcadas las edades a las que se dirigen los productos; usar el que corresponde a la edad ayuda a mantener la piel joven y luminosa.

- Cuidarse del sol para evitar manchas y deterioro de la epidermis. El mercado ofrece todos los grados de protección necesarios y siempre se deben usar los más altos en la cara y el cuello.

- Usar maquillajes livianos: sombras ligeras en polvo, base líquida en vez de compacta, polvos extrafinos, brillo labial. El exceso de maquillaje, cuanto más espeso peor, avejenta y resalta las fallas y arrugas.

- No dejar de hacer ejercicios variados: pilates, danza, natación, tenis, bicicleta. El ejercicio oxigena, rejuvenece y mejora la postura y el aspecto del cuerpo.

- Si las canas avanzan (algo que puede comenzar desde muy temprano) es mejor teñir el pelo con un color de base claro y agregar reflejos. El color muy oscuro y parejo endurece el rostro y agrega años. Un corte irregular y desmechado es más juvenil que un peinado rígido y formal.

- Salvo que sea indispensable para el trabajo, dejar de lado el look "trajecito formal" o pantalón oscuro, camisa y cardigan. Se vuelven a usar vestidos, ropas superpuestas, conjuntos engamados, suéteres de colores vivos. Las prendas flojas y en picos, el look "blando", las transparencias y los colores suaves combinados quitan años.

- Zapatos y accesorios hacen la diferencia. Muchas pulseras, aros grandes, sandalias bordadas, botas arrugadas y con tachas, bolsos grandes de color, todo contribuye.

Hacer lo posible por lucir más joven es muy recomendable. Pero, ¡cuidado! a no pasar los límites. Los años están, por suerte... y nada resulta más patético que ver a una mujer de 40 años vestida como su hija adolescente o una señora de 50 como una niña de 15. La prudencia mezclada con las ganas de divertirse un poco y el animarse a cambiar suelen dar la medida exacta. No hay que olvidar el contexto, el aspecto total de una misma y aquel dicho de las abuelas: "El mejor maquillaje es una sonrisa".

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