* Familia nuclear (madre, padre, hijos).
* Familia extensa (padres, hijos, abuelos, tíos y primos)
* Familia monoparental (hijos y uno de los padres)
* Familia homoparental (hijos que viven con una pareja homosexual)
* Otras familias (hermanos, amigos o parientes que viven juntos).
Durante la vida podemos escoger muchas cosas. Elegimos nuestra ropa, la profesión a la que nos dedicamos, qué películas vemos, quiénes son nuestros amigos y con quién nos relacionamos románticamente. Pero a nuestros padres y hermanos no los elegimos: la familia simplemente nos toca.
Bueno, no necesariamente.
Por ahí se dice que “la sangre llama” y es cierto, los lazos consanguíneos son muy fuertes. Es la naturaleza quien nos induce a proteger a nuestra prole y establecer vínculos más o menos duraderos con una pareja para perpetuar la especie, pero la familia humana se rige también por relaciones culturales y normas sociales que son tan o más fuertes y significativas que nuestras hormonas y reacciones químicas.
La familia: un ente dinámico, jamás estático.
La célula familiar básica está compuesta por una pareja y su descendencia. La mujer cuida al bebé mientras el hombre caza al mamut, por lo menos mientras el niño aprende a caminar. Una vez que puede hacerlo, es más fácil para la madre desplazarse con su cría y recolectar alimento sin necesidad de esperar todo el día el filete del cazador. Es una estrategia de supervivencia, tan simple como eso.
Pero los tiempos cambian y la forma en que sobrevivimos, también. La familia es una estructura social, económica, cultural y afectiva, más que consanguínea. Esto explica que en algunas sociedades, por ejemplo, la figura del padre no sea importante y el rol masculino lo desempeñen los tíos, primos y hermanos: literalmente, a los mosuosos, en China, no les interesa saber quién es su padre. Se lo imaginan, pues aunque las parejas no viven juntas son duraderas y lo más probable es que su progenitor sea el señor a quien su madre frecuenta mucho y que se encarga de sus propios sobrinos. Pero si por algún motivo se repitiera la escena en la que darth Valde confiesa "Luke soy tu padre", ellos responderían con un escueto “ah”.
No podemos negar nuestra consanguinidad, pero tampoco nuestros lazos afectivos. La adopción es un claro ejemplo: los padres y los hijos adoptados no comparten genes, pero sí una misma herencia cultural y formativa, además del amor nacido por la convivencia. La familia es tan importante y los gobiernos la protegen enardecidamente porque es el templo de la trascendencia, tanto biológica como económica (en cuestión de herencias y patrimonios) y especialmente cultural: los padres transmiten a sus hijos no sólo sus genes, si es el caso. Heredan, sobre todo, sus ideas, valores, costumbres, idiomas y formas de ver el mundo.
Tipos de familias
La familia no siempre fue entendida como un espacio de amor, sino como una sociedad que aseguraba la supervivencia y acumulaba riquezas. En la actualidad, el concepto de familia se relaciona estrechamente con las nociones de libertad, igualdad y fraternidad. Reservar el derecho de formar una familia basándose en cuestiones como el nivel social, el estatus legal, el origen étnico y la orientacion sexual es algo erróneo. Nuestras sociedades aún continúan dándose cuenta de ello.
Vivimos de forma diferente y, para sobrevivir, ya no necesitamos ser siempre un hombre que caza y una mujer que cuida niños. En nuestras sociedades las mujeres también cazan y los hombres cuidan, y las parejas se forman de muy diversas maneras: hombre y mujer, mujer y mujer, hombre y hombre; y en muchos casos no hay pareja: una madre y una abuela crían a un niño, un padre soltero educa a su hija, hermanos viven juntos; las familias pueden, incluso, reconfigurarse más de una vez: una madre divorciada con hijos se vuelve a casar, un hombre viudo se une con una mujer que no puede tener hijos y deciden adoptar. Todo esto sin mencionar la poligamia, que en occidente nos resulta extraña pero en otros países es común. Así que familias las hay de fresa, vainilla y chocolate, de todos los tamaños y combinaciones posibles: no existe un orden natural. Una mujer y un hombre son, hasta ahora, los únicos seres capaces de procrear, es cierto, pero este hecho no hace a una familia por sí mismo.
Los tipos de familias que los humanos formamos, entre otras muchas posibilidades, son:
- Familia nuclear (madre, padre, hijos).
- Familia extensa (padres, hijos, abuelos, tíos y primos)
- Familia monoparental (hijos y uno de los padres)
- Familia homoparental (hijos que viven con una pareja homosexual)
- Otras familias (hermanos, amigos o parientes que viven juntos).
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