LA SERENIDAD EN LA SALUD: Los pensamientos negativos afectan directamente nuestra salud, nos provocan estrés y tensión, el mal humor aflora y se afecta seriamente nuestro sistema nervioso, el inmunológico y el sistema cardiovascular. No hay nada mejor que recuperar la calma para reducir el estrés y fortalecer la salud natural del organismo. Mientras te mantengas sumergido en pensamientos negativos, sin atender a todo lo positivo que también está ocurriendo en tu presente, la mente te llevará a recordar el pasado triste o amargo, o a preocuparte por el futuro incierto y tenebroso, haciéndote perder la conciencia de cuidar y mantener la salud de tu cuerpo.
LA SERENIDAD Y TU TRABAJO: La claridad mental y la visión de negocios, claves en nuestra profesión, son anuladas cuando estamos sometidos al agobio del día a día, ya sea porque estemos paralizados por un miedo excesivo o trabajando en una carrera loca por conseguir solo metas materiales y llenos de un gran estrés. Detenernos por un momento, mirar a nuestro alrededor para ubicarnos, replantear nuestros objetivos, crear una estrategia y continuar nuestro camino renovados, con optimismo y confianza, hará la diferencia entre el éxito y el fracaso. Podemos ver nuestro trabajo desde una perspectiva más positiva que nos permita reconocer la importancia y el valor que tiene, especialmente cuando a través de este podemos suavizar y enriquecer la vida de los demás.
LA SERENIDAD Y TU PAZ INTERIOR: Los pensamientos negativos se instalan en nuestra mente, llenándonos de preocupaciones y temores que nos alteran y desequilibran hasta el punto de hacernos sentir paralizados, deprimidos, exhaustos o a punto de estallar. Aprendamos a distraer la mente de las ideas y las imágenes negativas que hacen crecer nuestros temores acerca de algunas situaciones que tal vez nunca sucedan. Vale la pena afrontar el temor con valor y confianza en nosotros y en la vida, para fortalecer nuestra paz interior.
LA SERENIDAD Y LA INSPIRACIÓN: Si vivimos acelerados, si el estrés nos maneja, si la vida se ha convertido en una carrera loca por conseguir las cosas que deseamos o necesitamos, perderemos la capacidad de apreciar los elementos esenciales de nuestra vida y nos desconectaremos de la intuición y la inspiración, quedando a merced de las circunstancias externas. Solo cuando estamos tranquilos, serenos y en presente podemos recibir la inspiración que tanto necesitamos para encontrar la solución, la respuesta o el camino que estábamos buscando para transformar o superar una situación.
LA SERENIDAD Y LA DIVINIDAD: Solo cuando estamos serenos podemos hacer contacto con Dios en nuestro interior. Cualquiera que sea tu concepto sobre él, necesitas serenar tu mente, aquietar las emociones para abrir tu corazón y percibir su presencia en tu vida. Recordemos que somos seres espirituales tratando de tener una experiencia humana y no seres humanos tratando de tener una experiencia espiritual.
LA SERENIDAD Y TU TRABAJO: La claridad mental y la visión de negocios, claves en nuestra profesión, son anuladas cuando estamos sometidos al agobio del día a día, ya sea porque estemos paralizados por un miedo excesivo o trabajando en una carrera loca por conseguir solo metas materiales y llenos de un gran estrés. Detenernos por un momento, mirar a nuestro alrededor para ubicarnos, replantear nuestros objetivos, crear una estrategia y continuar nuestro camino renovados, con optimismo y confianza, hará la diferencia entre el éxito y el fracaso. Podemos ver nuestro trabajo desde una perspectiva más positiva que nos permita reconocer la importancia y el valor que tiene, especialmente cuando a través de este podemos suavizar y enriquecer la vida de los demás.
LA SERENIDAD Y TU PAZ INTERIOR: Los pensamientos negativos se instalan en nuestra mente, llenándonos de preocupaciones y temores que nos alteran y desequilibran hasta el punto de hacernos sentir paralizados, deprimidos, exhaustos o a punto de estallar. Aprendamos a distraer la mente de las ideas y las imágenes negativas que hacen crecer nuestros temores acerca de algunas situaciones que tal vez nunca sucedan. Vale la pena afrontar el temor con valor y confianza en nosotros y en la vida, para fortalecer nuestra paz interior.
LA SERENIDAD Y LA INSPIRACIÓN: Si vivimos acelerados, si el estrés nos maneja, si la vida se ha convertido en una carrera loca por conseguir las cosas que deseamos o necesitamos, perderemos la capacidad de apreciar los elementos esenciales de nuestra vida y nos desconectaremos de la intuición y la inspiración, quedando a merced de las circunstancias externas. Solo cuando estamos tranquilos, serenos y en presente podemos recibir la inspiración que tanto necesitamos para encontrar la solución, la respuesta o el camino que estábamos buscando para transformar o superar una situación.
LA SERENIDAD Y LA DIVINIDAD: Solo cuando estamos serenos podemos hacer contacto con Dios en nuestro interior. Cualquiera que sea tu concepto sobre él, necesitas serenar tu mente, aquietar las emociones para abrir tu corazón y percibir su presencia en tu vida. Recordemos que somos seres espirituales tratando de tener una experiencia humana y no seres humanos tratando de tener una experiencia espiritual.
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