miércoles, 9 de septiembre de 2009

Estrategias para serenar tu VIDA

"El secreto de la salud, tanto para la mente como para el cuerpo, no consiste en lamentarse por el pasado ni en preocuparse
por el futuro ni en adelantarse a los problemas, sino en vivir
el momento presente con sabiduría y honestidad"

-Buda

Pareciera que vivimos montados en una especie de sube y baja emocional, a ratos nos sentimos felices, tranquilos y, de repente, algo surge y altera por completo nuestro estado emocional, dejándonos sumidos en una profunda tristeza, llenos de ira o con una gran tensión y sin poder controlarnos. Son tantas las emociones y los pensamientos que guardamos sin expresar dentro de nosotros, que fácilmente perdemos el control responsable de nuestras reacciones, convirtiéndonos en víctimas de otros que nos manejan y afectan con sus actitudes, comentarios y actuación.

Muchas veces permitimos que el medio ambiente y las personas nos afecten de manera negativa, por lo que tendríamos que desarrollar una coraza emocional y espiritual para protegernos, para conservarnos entusiastas, confiados, seguros, tolerantes y positivos, a pesar de las circunstancias. Lo mas fácil es volvernos agresivos, pesimistas, críticos, amargados e intolerantes como lo son muchas de las personas que nos rodean, por eso es tan importante mantener un comportamiento diferente, aun en un ambiente hostil... esa es nuestra tarea. A continuación encontrarás algunos consejos para lograrlo...

El estrés
en la vida cotidiana

Es posible recuperar la tranquilidad y la seguridad en medio de tanta conmoción. Para lograrlo sólo tenemos que adoptar hábitos sencillos y relajantes en nuestra rutina diaria: caminar diariamente para aliviar la tensión, practicar la respiración como un elemento clave para tranquilizarnos, tener una alimentación sana para ganar energía y vitalidad, aumentar los momentos de disfrute y descanso... esto nos ayudará a relajarnos, a reconfortar nuestro espíritu y a experimentar la paz que tanto buscamos.

CLAVES PARA COMBATIRLO
• Identifica tus tensiones. Escribe todas las situaciones que te causan estrés y las razones por las que no puedes enfrentarte a ellas. Tal vez estás intentado hacer varias cosas a la vez o estás siendo demasiado exigente contigo o con otras personas… Plantéate metas posibles, y da pequeños pasos que te permitan avanzar.

• Desahógate. Libera la frustración, la ira o la tensión, conversando con un amigo o un consejero profesional acerca de lo que tanto te afecta. El que alguien nos escuche puede ser una experiencia muy reconfortante. Si te sientes muy enojado puedes salir a correr o boxear con una almohada hasta quedar exhausto (no manejes agresivamente ni tires puertas, rompas cosas o maltrates a las personas).

• Aprovecha el tráfico. Si el viaje a tu trabajo o a cumplir con compromisos implica pasar un tiempo en el tráfico, comienza a verlo como la oportunidad de tener unos minutos extra para relajarte escuchando música, organizando tu día o disfrutando del entorno natural. No te dejes ganar por la impaciencia.

• Maneja tus reacciones. Cada vez que una persona se atraviese en tu vía, no te permita cambiar de carril, no quiera cederte el paso, te impida avanzar por ir demasiado despacio o bloquee tu carro al momento de salir de un estacionamiento, no te desesperes, respira profundo y cuenta hasta 20 si fuese necesario antes de responder con algún comentario, gesto o acto de violencia. Aprende a ser mas tolerante con los demás.

• Practica ser más paciente y flexible. Hazlo para que puedas aceptar que una persona no llegue a tiempo a una cita contigo o que tu pareja se demore unos minutos más en salir mientras le esperas... Aceptar nuestras diferencias personales y reconocer y resaltar los aspectos positivos de las otras personas facilita nuestra relación con ellas y aumenta nuestro bienestar.

• No asumas más compromisos de los que puedes cumplir. El exceso de responsabilidades, sumado a la incapacidad de decir no y al hábito de querer resolver lo que no está en nuestras manos, hace que vivamos abrumados por todo lo pendiente. Pongamos límites conscientes que nos eviten vivir esta situación de tensión.

El estrés laboral
Para muchas personas el trabajo es una gran fuente de preocupaciones, por eso es importante aprender a canalizar la insatisfacción para evitar que la tensión que ella causa afecte otras áreas de la vida.

Analiza lo más objetivamente posible la situación que te produce estrés, y pregúntate qué puedes hacer para mejorarla y para impedir que te produzca tensión.

CLAVES PARA COMBATIRLO
• Ten en cuenta que el trabajo es sólo un área de tu vida. Así que si las cosas no salen tan bien, no significa que tú no vales. No lo tomes de modo personal, maneja los conflictos sin emoción y con mucha inteligencia.

• Intenta ver en los retos una oportunidad de cambio o de mejora, en lugar de interpretarlos como un posible peligro o una amenaza.

• Es imposible soportar un estado de mucha tensión por un largo tiempo, pero es posible tolerarlo y manejarlo con pequeños momentos de relajación.

• Elimina la competitividad con tus compañeros de trabajo y la auto exigencia. No se trata de trabajar menos o de asumir pocas responsabilidades, sino, más bien, de cambiar tu actitud.

• Si te hacen una crítica malintencionada en el medio de una reunión de trabajo, puedes responder con frases como "permíteme que termine" o "puedes darme tu opinión más tarde". No entres en una discusión verbal con la persona.
El estrés por el futuro
No vale la pena angustiarnos por algo que no ha ocurrido todavía y que no estamos seguros de si ocurrirá, imaginando la situación de la peor manera, influenciados por miedos, rumores, noticias negativas o comentarios pesimistas. Más bien deberíamos ocuparnos hoy de tomar las decisiones y las acciones necesarias para enfrentar lo que nos inquieta, resolviéndolo de la mejor manera y minimizando sus posibles efectos y consecuencias.

CLAVES PARA COMBATIRLO
• Vive el momento. El estar atentos a cada cosa que hacemos o sucede en el instante, hace que estemos más concentrados, que seamos más eficientes y que nos preocupemos menos por lo que vendrá después.

• Evita anticipar. Muchas veces tratar de imaginar lo que puede suceder, influenciados por el temor o por los comentarios negativos de otras personas, puede colocarnos en un círculo vicioso difícil de romper. Vale la pena concentrarnos en hacer nuestro mejor esfuerzo en el presente, imaginando que nos traerá una buena recompensa mañana.

• Elimina la frase: "Y si…". Evita suponer lo que puede pasar imaginando que no conseguirás lo que buscas, lo que quieres o lo que sueñas. Una vez que tomes la decisión de hacer algo, da los pasos necesarios para convertirlo en realidad.

• No recibas el miedo de otros. No permitas que el comentario negativo, pesimista o temeroso de otras personas te contagie, haciéndote perder la confianza, el optimismo y la fuerza para ir por tus sueños. Las recompensas son individuales.

• Renuncia a los pensamientos negativos. Comienza a pensar y a actuar en positivo. Sal de los pensamientos que te causan dolor, ira y temor. Cultiva los que te generan paz interior y te motiven a practicar el perdón y la reconciliación.

• Gana confianza en ti mismo. No te dejes afectar por los fracasos o los errores del pasado, cada momento es diferente, y si algo no te salió bien, no tiene porqué volver a repetirse ahora. Tú estás a cargo y más preparado con toda la experiencia que has ganado, para enfrentar lo que se presente.

El estrés en las interrelaciones
Todos recordamos alguna situación en la que nos sentimos ofendidos por un comentario, un tono agresivo o una crítica desafortunada sobre nuestra forma de vestir, nuestra pareja, nuestra forma de pensar o nuestras elecciones… Tenemos que aprender a defendernos para no permitirles que nos vuelvan a afectar o para evitar que nos lleven a actuar de la misma manera que ellos. Recuerda que eres tú quien le concede el poder a esas personas para que te manipulen y molesten.

Si deseas conciliar tus diferencias con alguien, es preferible aplazar la discusión para un momento en el que ambos estén mas tranquilos y dispuestos a establecer un acuerdo que les permita solucionar el malentendido. Evita tratar de resolverlo cuando alguno esté muy alterado.

No permitas que los comentarios, las actitudes y el comportamiento agresivo o negativo de los demás, te hagan perder la serenidad. Nada nos afecta por lo que es en sí, sino por lo que nosotros pensamos acerca de ello.

CLAVES PARA COMBATIRLO
• Ponte el escudo protector y no permitas que su actitud y comportamiento influya en tu estado de ánimo.

• Declara que nada ni nadie perturbará tu tranquilidad.

• Atrévete a poner límites y muéstrate firme en tus decisiones y comportamiento para detenerlos.

• Guarda distancia, la mayoría de las veces necesitas un poco de espacio a tu alrededor para pensar en cómo darle a tu agresor una respuesta que le muestre tu rechazo.

• Evita reaccionar con la misma carga emocional porque así sólo atizarás el fuego del enfrentamiento y la discusión.

• Ignora el comentario hiriente que te hagan. Hacerse el desentendido es lo más inteligente.

• Cambia de tema, haz como si su comentario no fuese contigo.

• Utiliza un cumplido exagerado para elogiar a la persona que trate de ofenderte en un momento dado. Agradécele inclusive su comentario.

• Si cuando una persona se dirige a ti notas una carga de tensión o de malhumor, ya sabes que el problema no lo tienes tú. Responde algo que ponga en evidencia su estado, sé breve, no la juzgues y no le des consejos. Muéstrate como un espejo, donde se vea reflejada y no te dejes afectar.

• Escucha con atención y tranquilidad el punto de vista diferente de otros. Esto no significa cambiar el tuyo a menos que lo consideres conveniente. Vence la necesidad de corregirlos y decirles que están equivocados.

• Comparte la razón con frecuencia, recuerda que todos tenemos nuestros motivos para pensar y actuar como lo hacemos. Darle la razón de vez en cuando a una persona que te critica, la deja desarmada.

• Evita decirles todo el tiempo a los demás cómo deben actuar, especialmente si son tus personas más queridas. Respeta sus métodos diferentes a menos que estén haciendo algo que pueda hacerles daño.

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