domingo, 21 de noviembre de 2010

Aprender a poner límites


Muchas personas han sido educadas para complacer a los demás, aun cuando no quieran hacerlo porque ello significaría ir en contra de sus gustos, necesidades o intereses. Aprendieron a decir que sí la mayor parte del tiempo, a pensar en otros antes que en ellas mismas, especialmente si eran sus familiares, amigos o figuras de autoridad por quienes estaban dispuestos a hacer cuanto fuese necesario para complacerlos y protegerlos. ¿Serás tú una de esas personas quienes con frecuencia dicen frases como "no hay problema, nos encontramos donde tú quieras", "escojan la película que les guste, a mí me da igual", "está bien, yo te recojo a las seis en punto", "tranquilo, vete que yo me hago cargo"..? En otras palabras, ¿te has encontrado diciendo cosas que no piensas o no puedes hacer sólo para quedar bien, o dejándote convencer rápidamente por la persona que te pide o te exige algo..?

Si tu respuesta es sí, vale la pena que sigas leyendo porque, tal vez, tienes problemas para decir "no" y para establecer ciertos límites, sin sentirte culpable.

Algunas de las razones por las cuales es tan difícil decir "no", son: Tienes miedo de perder el cariño de algunas personas, entonces te dedicas a complacerlas para que te quieran y te acepten a su lado.

Necesitas ser aceptado y entonces vives en función de otros ignorando, muchas veces, tus verdaderos deseos y necesidades.

Te crees responsable de ayudar y apoyar a los demás en todo momento, aun cuando esto te lleve a olvidarte de ti…

Es posible que no hayas practicado suficiente el arte de decir "no", porque cada vez que vas a hacerlo le miras la cara a la persona o escuchas su petición y te rindes antes de atreverte a decirlo.

Cuando en lugar de decir "no", dices "sí," generalmente te sientes arrepentido y molesto con la persona, con la situación o contigo mismo por ceder una vez más, a pesar de que tu decisión era decir "no".

Además, es una falta de respeto a ti mismo que muestra a otros que pueden conseguir de ti aquello que necesitan o desean, ejerciendo un poco de manipulación, conociendo tu sensibilidad, gran responsabilidad o debilidad. Y por supuesto, cuando te sientes agobiado por la cantidad de compromisos que has adquirido sin querer, tu autoestima baja reafirmando tu incapacidad de superar y manejar la situación de una mejor manera.

Atrévete a defender tus verdaderos deseos y puntos de vista, fortalece tu autoestima, aprende a decir "no" y a establecer ciertos límites, sin quedar o sentirte mal con los otros. No se trata de ser insensible a las necesidades y a los deseos de las demás personas, se trata, más bien, de aprender a pensar más en ti mismo.

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