Sería interesante descubrir y cuestionar cuáles ideas están detrás de muchos de los hábitos que hemos asumido a lo largo de nuestra vida, en los que hemos basado nuestro bienestar y éxito personal. Pensar que trabajar sin parar nos hará ser más eficientes y productivos, al final puede resultar muy equivocado; pues al vivir y actuar de esta manera, estaremos forzando a nuestro cuerpo y nuestra mente a trabajar hasta perder el equilibrio y la capacidad de responder eficientemente a nuestras exigencias. Buscar el balance en todas las áreas de nuestra vida nos hará sentir mejor y más dispuestos a afrontar cada día con entusiasmo, energía y optimismo.
Claves prácticas y sencillas para sentirte mejor.
Toma un descanso. Cuando te sientas cansado y estresado no insistas
en continuar haciendo el esfuerzo para terminar o adelantar el trabajo
que tienes, pues de esta manera te agotarás más y te será más difícil
ser todo lo eficiente que deseas. El descanso no es una pérdida de tiempo, es una inversión. Toma unos minutos para respirar, distraer la mente
y observar a tu alrededor. A veces sólo unos pocos minutos son
suficientes para recuperar la concentración y la energía física
necesarias para continuar.
Ponte en movimiento. Sentarte por horas delante del televisor o ponerte a pensar en todas las cosas que todavía tienes por resolver no te hará sentir mejor. Vence la resistencia inicial a ponerte en movimiento y sal a caminar al aire libre o a practicar algún tipo de ejercicio. Luego de unos minutos, el movimiento te oxigenará y tu cuerpo producirá endorfinas, haciendo que recuperes la vitalidad y el bienestar. Incluye a tu familia, pareja, hijos y amigos en tus actividades recreativas.
Desconéctate de vez en cuando. Comienza a incorporar en tu rutina diaria pequeñas pausas para estirarte, tomarte un vaso de agua o conversar unos minutos con otra persona. Cualquiera de estas sencillas actividades te hará sentir descansado y más dispuesto a regresar a tu actividad. Unos minutos de ocio te pueden ayudar a recuperar la capacidad creativa y productiva.
Recarga las baterías durmiendo. Tal vez te sea difícil conciliar el sueño después de un largo día de actividad. Te sugiero que antes de meterte en la cama anotes en tu agenda todos los asuntos pendientes que tienes dando vueltas en tu cabeza y luego tomes una ducha larga con agua tibia, te pongas tu pijama preferida y escuches un poco de música relajante. Así te será más fácil descansar cuando llegue el momento.
Deja salir tus emociones. Cuando guardas emociones que no expresas inmediatamente, éstas se acumulan y, con el tiempo, se convierten en estrés y ansiedad. Aprende a expresar lo que sientes o a canalizar esas emociones de una mejor manera. Prueba escribir en un papel los detalles de lo que sentiste o te pasó, luego lee en voz alta lo que escribiste y al final quémalo imaginando que desaparecen todas esas emociones y pensamientos negativos.
Establece prioridades. Revisa tus metas, crea estrategias para conseguirlas, concentra tus esfuerzos y trabaja con ahínco para alcanzar tus sueños, pero no olvides incluir entre tus prioridades tiempo para el descanso, el ocio y la diversión. No lo dejes en: "Cuando tenga tiempo", "tal vez más tarde", "la semana entrante", "cuando tenga vacaciones".
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