sábado, 25 de octubre de 2008

Niños en tu vida


Debido al estrés del ajetreo diario y a las presiones a las que estamos sometidos, en el trabajo, en el tráfico o en la calle, nuestro margen de tolerancia se vuelve muy pequeño, haciendo que perdamos la paciencia con nuestros seres queridos, en especial con nuestros hijos pequeños que terminan siendo las víctimas más grandes de nuestro descontrol. Lamentablemente terminamos gritando o maltratando a las personas que más amamos. Cuando maltratas a tus hijos física o psicológicamente, su autoestima se debilita, pierden la confianza en sí mismos, se convierten en personas tímidas, resentidas y hasta agresivas, perdiendo su sonrisa y la posibilidad de ser felices. Por ninguna razón castigues a tus hijos con violencia o usando la humillación, nunca les grites o los intimides, pues te tendrán miedo y se alejaran de ti. Evita la manipulación o la agresión psicológica, no los compares, no los amenaces ni los hagas sentir menos que nadie. ¡Amalos!

¡Los hijos son un préstamo que nos hace la vida! Cuando los recibimos, asumimos una responsabilidad, con nosotros mismos y con el universo, de cuidarlos, educarlos y amarlos incondicionalmente. Maltratarlos física o psicológicamente los marcará para toda la vida.

Todos los extremos son negativos. Por ejemplo, algunos padres piensan que es positivo dejar que sus hijos hagan lo que quieran, sin establecer reglas o límites algunos para educarlos y protegerlos. De esta manera se permite que se conviertan en pequeños tiranos que con su mal comportamiento afecten a sus compañeros, a sus familiares, incluso a ellos mismos. En estos casos será la vida la que encuentre el instrumento y la situación perfectos para enseñarles otra manera de vivir.

Como padres debemos estar siempre de acuerdo en lo que vamos a enseñar o a decirles a nuestros hijos, para que comprendan que tenemos una sola posición; esto les dará seguridad y estabilidad. Al momento de reprenderlos, recordemos que las acciones son más efectivas que las palabras, porque los niños entienden la relación entre causa y efecto.

Un correctivo firme e inmediato hará que los niños entiendan que su mala conducta tiene una consecuencia.

Para corregirlos
El aislamiento. Apenas comience la pataleta, lleva o envía a tu hijo a su cuarto. Hazlo sin regañarlo o sin justificarte, dile que estará ahí hasta que se calme. Una vez que se tranquilice, levántale el castigo. No lo pongas en un lugar donde tenga juguetes o televisión, pues debe ser un sitio aburrido. Nunca lo dejes en sitios oscuros ni peligrosos y, aunque no le hables, es importante que él sepa que tú estás cerca.
Corta la comunicación. Si tu hijo comienza un show, vete a tu cuarto o al baño inmediatamente, sin alterarte y sin decirle nada. Al darse cuenta de que no tiene público presente tendrá que acabar su función. No cedas ante el embrujo de su ternura; si lo haces una vez perderás el respeto y la autoridad.

La responsabilidad es compartida. No dejes que tu pareja evada su responsabilidad de educar a los hijos y que ésta recaiga sólo sobre ti. Es importante que ambos participen en su educación y desarrollo. La congruencia, la tolerancia y la flexibilidad son necesarias al momento de enseñar a nuestros hijos.

Tómense un tiempo como pareja. Enséñales a los niños que hay un tiempo para ellos, en el cual dejamos todas nuestras ocupaciones para atenderlos y acompañarlos, pero que también existe un tiempo para ustedes, que ellos deberán aprender a respeta

y recuerda tu hijo es sagrado y debes respetarlo, para que sea un ser brillante en el futuro...


Jackie : )

No hay comentarios:

Búsqueda personalizada