¿Sabías que Playa El Agua, Parguito y Playa El Humo son las tres zonas de anidación de tortugas marinas más importantes en la isla de Margarita, Venezuela? Estas milenarias criaturas guardan innumerables secretos sobre la historia de nuestro planeta y forman parte de complejas cadenas alimenticias que debemos proteger.
En el mundo, actualmente las especies de tortugas marinas que se conocen son siete: Cardón, Caguama, Carey, Verde, Lora, Golfina y Australiana o Kikila, todas en peligro de extinción. El experto en tortugas marinas Pedro Vernet afirmó que en Venezuela hacen vida las cinco primeras especies. Las otras dos se encuentran en México y Australia, respectivamente.
Varios estudios confirman la importancia ecológica de las tortugas. Sus huevos y cascarones desempeñan una función importante en los ecosistemas asociados con gramíneas y dunas costeras. Por su parte, los pastos marinos ramoneados por las tortugas son más productivos y mantienen el equilibrio de los fondos marinos, permitiéndole a otras miles de especies acuáticas, de las que muchas veces se alimenta el hombre, desarrollarse en esos espacios.
En Venezuela se ejecutan proyectos a favor de la conservación de los quelonios en las zonas de la isla La Tortuga, Golfo de Venezuela, Paria, Los Roques y Margarita, de la mano de varias instituciones como Fundación La Tortuga y los Grupos de Trabajo en Tortugas Marinas de Nueva Esparta y del Golfo de Venezuela. No obstante, el esfuerzo debe involucrar a personas e instituciones de todos los sectores, puesto que aunque los galápagos sean vulnerables a sus depredadores naturales como los tiburones, la afectación más grave es ocasionada por el hombre, quien en tan sólo 50 años ha logrado extinguir casi en su totalidad a esta familia de reptiles mediante tres acciones principalmente:
1.Saqueo de nidos y cacería furtiva (para comercializar su carne y caparazón).
2.Destrucción y degradación del hábitat reproductivo y áreas de alimentación.
3.Contaminación ambiental por desechos sólidos o presencia humana en costas usadas para desove.
A la lista podría sumársele el calentamiento global, a partir del hecho de que la temperatura en el período de incubación determina el sexo de los reptiles. Vernet indicó que si la temperatura de la tierra sube un grado celsius más, podrían no nacer ejemplares machos y hembras parejos, afectando la prolongación de la especie.
Por otro lado, de los mil huevos que en temporada de anidación una tortuga puede llegar a poner en varias salidas, por disposición natural, sólo dos tortuguillos alcanzan la madurez sexual. Es de suponer que con las acciones antrópicas la posibilidad de subsistencia de las criaturas disminuye.
¿Qué puedes hacer para poner de tu parte a favor de las tortugas marinas?
No comas su carne ni huevos.
No compres productos de carey.
Denuncia. Infórmanos dónde se comercializa carne de tortugas o sus partes y nosotros le haremos llegar la información a los organismos competentes.
Difunde el mensaje conservacionista.
Somos parte de la naturaleza, no sus dueños
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